Te dije:
- Dame tus ojos
como floridos
pulsos,
como bocanadas
de aire
que al mar imitan.
Tú me cogías
las manos
como otras
veces,
y yo escuchaba
tus pasos
con impaciencia
de niño.
El día muere
confundido
en tus ojos,
ocultando
su sombra
en tu apacible
espalda.
Ya sólo me queda
el tiempo
y el recuerdo
de las flores.
Aquellos jardines
que solían
acompañar
a mis silencios.
Pero te digo
de nuevo
que me des
tus ojos,
mientras
la tarde camina
bostezando
entre hojas,
y tú callado
me escuchas
sin querer
hablarme,
ignorando
mis labios
que susurran
dormidos.
Poema: Nocturno
El amanecer en este sombrío
© 2014 Inma J. Ferrero
Nº de Asiento Registral 16/2014/929
ISBN-10: 1500327859
ISBN-13: 978-1500327859
Copyright © Todos los Derechos Reservados
Imagen: Nicoletta Tomas
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