SOR JUANA

Por: Miguel Ángel Yusta


Poco a poco, pero con firmeza, la mujer parece tomar con decisión el relevo del varón en muchas actividades, aportando sensibilidad, saber y competencia, tan útiles para ahuyentar algunos demonios machistas que condicionan tantas facetas de nuestra sociedad.

Al respecto, releía casualmente hace poco a una de mis autoras admiradas, a quien, por la época y circunstancias que le tocaron vivir, deberíamos considerar como una feliz precursora del feminismo moderno: Sor Juana Inés de la Cruz (“la Décima Musa”). Poeta precoz, mujer hermosa en lo físico y espiritual, persona apasionada, a quien sus hábitos de monja y lo que entonces significaban no le impidieron escribir ni hacer acopio de una enorme cantidad de conocimientos, llegó a juntar una biblioteca con más de cuatro mil volúmenes que fue obligada a vender al fin de su no muy dilatada vida.

Os invito, como alternativa a la telebasura, a hojear más esos viejos libros, llenos de sorpresas, que esperan vuestra atención ya que a veces, como en este caso, surge la voz de la sensibilidad y el suave lírismo :

“Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve
sé que lo siento, y no sé
la causa porque lo siento”.

O la firme reivindicación de género que hoy, actualizada, sería plenamente vigente:

“Que cuál es más de culpar
aunque cualquiera mal haga
¿la que peca por la paga
o el que paga por pecar?”

Todo eso (“y soy diamante al que de amor me trata”) lo decía, allá en el Méjico de mil seiscientos, sor Juana Inés, mujer con mezcla de sangre andaluza y vasca, que dictó, ya entonces, una lección magistral de total actualidad, para conocimiento y aplicación de algunos discutidores de purezas étnicas y tantísimos “talibanes” redivivos…

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