LO MÁS SIMPLE POSIBLE, PERO NO MÁS SENCILLO | TERESA GÓMEZ
Por: Juan Ramón Jiménez Simón
Luminosidad, elegía, sentimiento, sublimación del yo, espiritualidad, afirmación, verbo, desolación gozosa, felicidad desbordante… Hasta la penumbra es bella en el último poemario de Teresa Gómez, “La espalda de la violinista” (Fundación José Manuel Lara, colección Vandalia, 2018). No hay nada fuera de la geometría de la simplicidad. Los versos de la autora nos elevan al considerarnos como extensiones de la palabra, pero luego nos convierte en imágenes vivas y sorprendentes que pronuncian nuestras contradicciones, nuestro presente y nuestra esperanza. El violín me ha llevado a preguntarme si el silencio late bajo círculo cromático de la mirada o es la encarnación perfecta de la evocación desestabilizadora de lo sonoro.
Desde “La espalda de la violinista”, los poemas sitúan al lector en un vuelo donde se conjugan la música y la palabra, al paso de una sinfonía que combina la cotidianeidad trascendida con el despliegue de imágenes sorprendentes; la voz de mujer que declama se ve atravesada por las emociones: el amor, la distancia, el desamor, el dolor, el desencanto o la mañana laten bajo cada línea constituyendo la clave de una identidad propia y elegida, frente a los condicionantes ideológicos del momento. La expresión de una mujer que viene dada por la pequeñez, y complejidad, de la ternura en medio de la soledad, en una permanente tensión entre lo que ama y la vivencia de la incertidumbre que la vida nos regala.
¿Qué es lo que hace que la ejecución de una pieza musical pueda ser percibida por una poeta como un asunto afín a su trabajo creador, como cargada de poesía, en una palabra, como un poema? Se trata de un poemario que nació de la contemplación de un concierto de violín, cuando la danza de pequeños músculos de la espalda de la violinista sugirió a la autora el contraste entre la danza silenciosa de la piel y la fluidez del sonido resultante. Se destaca la unidad y variación entrelazadas de las metáforas e imágenes, así como la intensidad de una pedagogía de la gratitud que reacciona a los cánones de la uniformidad, y proyecta “otra” mirada, la de mujer y poeta, que define una ontología donde evidencia que la poesía llega donde el silencio sublima al sonido.
Teresa Gómez es una poeta activa: contempla al mundo sabiéndose interlocutora; la autora habla desde la unidad captada por vía analógica. Trazo que solo las virtualidades e imágenes inherentes a la palabra permiten revelar. Pero a lo que la poeta atiende, sobre todo en esos símbolos entrelazados por el ritmo del lenguaje, es al sentimiento que ha puesto en movimiento su actividad creadora. A ese “no sé qué que quedan balbuciendo” las cosas (S. Juan de la Cruz), nos deja un profundo deseo que late bajo esta partitura que jamás podemos dejar de leer.
Tener la posibilidad de crecer con el silencio de la música a través de la poesía es un privilegio. Con un arco y un violín, los sueños, melodías y sentimientos se funden uno a uno en cada acorde que provenga de su inspiración, especialmente a través de la elipsis contemplativa de la mirada. Por ello, sirva mi agradecimiento a la autora con estos versos:
Desnudan por mi silencio alto
sus tiernas partituras,
lo que alguna vez oí
se va en la espalda de su violín…
Y resuena a lo lejos
la mirada de un sonido…
sonrojando mis labios
antes de frotar por vivir…
con su deseo,
en los gozosos acordes
que escriben de tus sueños.
NOTA BIOGRÁFICA DEL AUTOR:
Teresa Gómez es poeta, premio Joven Poesía de la Diputación de Granada en el año 19886. Sus poemas han sido publicados en revistas literarias (Olvidos de Granada, Urogallo, Nefelibata, Litoral, Letra Clara…) y diversas Antologías. Subasta en mi ventana (colección Cuadernos del Vigía), es una selección de poemas tomados del libro inédito Plaza de Abastos. Actualmente, la mayor colección de sus poemas recogida en libro la encontramos en la Antología La otra sentimentalidad editada por Francisco Díaz de Castro en la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara. Un estudio crítico de su obra puede leerse en Dichos y Escritos de Juan Carlos Rodríguez, editorial Hiperión. Es fundadora de la Asociación Cultural Verso Libre, que organizó en noviembre del 2002 el VII Encuentro de Mujeres Poetas, en Granada.