19 IMPRESCINDIBLES | EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA CLÁSICA
Por: Francisco Acosta (Profesor de Piano. Compositor y Pianista)
1 Johann Pachelbel (1653-1706. Alemania). Figura clave del periodo Barroco, su obra constituye una contribución importante en el desarrollo de la música sacra. Durante muchos años vivió en Viena. Su Canon en Re (1680) es una obra llena de calma, profundidad y espiritualidad, donde sus compases se asemejan a los latidos del corazón. Es la pieza clásica más popular de todos los tiempos. Compuesta en origen para tres violines y bajo continuo, las diversas versiones para todo tipo de instrumentos y agrupaciones, son inimaginables. Sin duda una pieza de inspiración casi divina.
2 Henry Purcell (1659-1695. Inglaterra). El compositor inglés más importante del Barroco. Definió el estilo musical en la Inglaterra del siglo XVII. Cultivó todos los géneros con inteligencia y brillantez. La Música para el funeral de la reina Mary (1695), compuesta para el fallecimiento de la reina María II, esposa de Guillermo de Orange, fue encomendada a él. El Londres del otoño de 1694 se vio sorprendido por la viruela, con más de mil fallecidos. La reina cayó gravemente enferma y, sabiendo su destino, puso en orden sus asuntos y dispuso cómo habría de ser su funeral. La soberana falleció el 28 de diciembre y Purcell compuso para sus funerales una de las músicas más bellas y sobrecogedoras de la historia.
3 Georg Friedrich Händel (1685-1759. Alemania). Inició su carrera en Alemania como organista y fue dueño de una sólida cultura musical y humanística. Enseguida viajó a Italia, donde pasó varios años y pudo familiarizarse con las distintas escuelas operísticas. Volvió a su patria, y sus últimos años los pasó alternativamente en Alemania, Inglaterra e Irlanda, donde produjo intensamente, conservando siempre su alta jerarquía de compositor. Escuchad la Sarabande de la Suite nº4 (1706), pertenece a su época de juventud y ya demuestra su inmensidad como compositor.
4 Alessandro Marcello (1673-1747. Italia). Noble intelectual italiano destacando sobre todo en su faceta musical. Aunque sus obras se tocan con escasa frecuencia hoy en día, Marcello está considerado como uno de los grandes compositores del Barroco. El Concierto para Oboe (1710), fue escrito a comienzos del siglo XVIII y se ha convertido en su obra más famosa. Es además uno de los conciertos para oboe más interpretados dentro del repertorio barroco.
5 Antonio Vivaldi (1678-1741. Italia). Uno de los músicos más prolíficos en la historia de la música clásica. Fue compositor, violinista, empresario, profesor y sacerdote católico. Sacerdote y pelirrojo, fue apodado Il prete rosso («El cura rojo»). Es especialmente conocido, a nivel popular, por ser el autor de la serie de conciertos para violín y orquesta Las Cuatro Estaciones. El Invierno de Las Cuatro Estaciones (1725), es una buena muestra de su elegancia y creatividad.
6 Johann Sebastian Bach (1685-1750. Alemania). Considerado el Antiguo Testamento Musical. Su obra es el hito musical más importante en la historia de la música. De una gran extirpe de músicos, su legado artístico es el mayor y más poderoso referente para las generaciones venideras. Hablar de Bach es hablar de la definición de música por excelencia. La Cantata BWV 156 (1729), corrobora el porqué su música se ha utilizado a lo largo de los siglos como sustento de la armonía académica más ortodoxa.
7 Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791. Austria). El genio más precoz en la historia de la música. A los cuatro años ya tocaba el clavicordio y el violín, y componía pequeños minuetos. Tenía una memoria prodigiosa y una gran capacidad para improvisar frases musicales. No era un niño como los demás. Creó la música perfecta que todos deseamos escuchar una y otra vez. Es el mayor representante del Clasicismo dado su equilibrio en las formas musicales. Compuso una obra original y poderosa que abarcó todos los géneros musicales. Fue músico/criado con un sueldo muy modesto y con el cargo de maestro de conciertos al servicio de Hieronymus von Colloredo, príncipe-arzobispo de Salszburgo, que se mostró autoritario e inflexible provocando en Mozart una total falta de libertad a la hora de componer. Mozart se sentía prisionero, sentía que no progresaba y acabó abandonando su puesto para viajar por Europa como músico independiente. Fue un personaje rebelde e impredecible, y de una agitada vida personal marcada por las conspiraciones en su contra y su fallecimiento prematuro. Escuchad su brillante Andante de la Sinfonía Concertante (1779).
8 Ludwig van Beethoven (1770-1827. Alemania). El Nuevo Testamento Musical, el genio romántico, el hombre atormentado y fascinante capaz de componer las piezas más sublimes, vivió su tiempo con extraordinaria intensidad. Nació en la Bonn de la Ilustración, creció y se empapó del racionalismo y el antidogmatismo que darían forma a su obra posterior, hasta Viena, capital de la música europea donde el compositor culminó su carrera. La incomprensión de la crítica, su delicada salud, sus fracasos amorosos y su irremediable sordera, que no impidieron su consagración como genio mítico, hicieron de Beethoven un artista con sitio de honor en el Olimpo de los Dioses. Heredero del Clasicismo entró en contacto directo con la sensibilidad romántica, convirtiéndose en un semidiós de la música y por tanto idolatrado. Su coraje y su capacidad de resistencia ante la adversidad incendió el más brillante y puro espíritu creativo. Sufrió mucho, pero fruto de ese sufrimiento supo desarrollar los recursos para soportarlo a través de la alegría (su novena sinfonía, con la Oda a la Alegría, de Schiller, da fe de ello). Fue un héroe dispuesto a plantar batalla al destino porque se sabía en deuda con el don que la naturaleza le había otorgado: la música. Escuchad uno de los momentos cumbres en la producción beethoveniana, el Allegretto de la Séptima Sinfonía (1812); en palabras de Wagner: “La apoteosis de la danza”.
9 Franz Schubert (1797-1828. Austria). Considerado el introductor del Romanticismo musical y gran compositor de lieder (breves composiciones para voz y piano), fue uno de los principales compositores austríacos. Sólo vivió treinta y un años, aún así fue capaz de escribir una cantidad considerable de música de altísima calidad artística, de gran belleza e inspiración. Admiraba profundamente a Beethoven, muriendo un año después que su ídolo. Schubert llevó una vida bohemia rodeado de intelectuales, sobre todo amigos poetas. De este entorno procede el famoso término Schubertiade: reuniones de artistas que se reunían en torno a la música y a la lectura. Poseedor de una inagotable inspiración melódica, en sus últimos años escribió piezas magistrales. El bello lied Sueño de primavera (1827), identifica la luminosidad creadora de Schubert.
10 Félix Mendelssohn (1809-1847. Alemania). Niño prodigio y uno de los mejores compositores románticos del siglo XIX. De una educación exquisita del más alto nivel, creció en una familia culta y preocupada por su formación dado el talento desbordante que siempre manifestó desde niño. Fue un músico reclamado por los círculos más cultos y elitistas del país. De talante humanista, siempre estuvo rodeado de escritores, filósofos y renombrados artistas. Un claro ejemplo de ello fue su amistad con Goethe. Mendelssohn de niño era frecuentemente invitado a tocar el piano en la casa del gran escritor. Sintió verdadera pasión por la educación musical siendo uno de los fundadores del Conservatorio de Leipzig en 1842. Recorrió toda Europa y dio al mundo de la música una sensibilidad, espontaneidad y delicadeza extraordinarias. Mendelssohn fue uno de los músicos más valorados en vida. Aparte de su música, una de sus mayores aportaciones fue rescatar la obra del maestro más grande de todos los tiempos, Johann Sebastian Bach, estrenando en 1829 el oratorio La Pasión según San Mateo. Escuchad el poético lied En las alas del canto (1834).
11 Edvard Grieg (1843-1907. Noruega). Su madre, notable pianista, fue quien le inculcó el amor por la música. Grieg buscó las raíces del folklore escandinavo como inspiración musical. El piano fue su medio vital de creación, de ahí la gran producción de obras pianísticas. Su música está intensamente relacionada con la cultura nórdica. Produjo muchas piezas de pequeño formato de hermosa y dulce inspiración, pero dos de sus grandes creaciones lo hicieron inmortal: Concierto para piano y la suite de la música incidental para el drama Peer Gynt de Henryk Ibsen. Escuchad La Mañana de Peer Gynt (1876).
12 Pyotr Ilych Tchaikovsky (1840-1893. Rusia). Estudia derecho y música. Y aunque comienza a trabajar como funcionario en el Ministerio de Justicia, poco tiempo después lo deja para dedicarse plenamente al estudio profundo de la música, inscribiéndose en el recién abierto Conservatorio de San Petersburgo, donde se gradúa y llega a ser profesor de teoría musical. Tchaikovsky se casa con Antonina Milyokova, una ex-estudiante suya, pero su relación no funciona (la manifiesta homosexualidad de Tchaikovsky rompe su matrimonio). Tiempo después de separarse, Tchaikovsky inicia una amistad a distancia por correspondencia con Nadezhda von Meck, viuda empresaria acaudalada muy admiradora de Tchaikovsky del que se enamora y al que apoya económicamente. Se escriben durante 14 años con la única condición de nunca conocerse en persona. Ella se convierte en su mecenas, así Tchaikovsky pudo dejar de dar clases en el Conservatorio y dedicarse exclusivamente a componer. El mecenazgo termina cuando Nadezhda se entera de los devaneos sentimentales de Tchaikovsky con otros hombres. No está muy claro cómo murió Tchaikovsky, algunas crónicas hablan de suicidio (veneno) al no integrarse en la sociedad por su condición sexual y otras de una epidemia de cólera. Dotado de una poderosa inspiración y sensibilidad musical, escribió los más bellos pasajes en la historia de la música. Escuchad la escena más famosa de su ballet El lago de los cisnes (1877).
13 Johannes Brahms (1833-1897. Alemania). Consumado pianista que junto al violinista Joseph Joachim (quién lo presentó al compositor Robert Schumann), fue uno de los nombres cumbres del post-romanticismo. Schumann quedó tan sorprendido con las composiciones de Brahms, que escribió un apasionado artículo en una revista de la época sobre el joven compositor. Brahms fue director del teatro de la corte en Delmont. De carácter reservado, con problemas para relacionarse con las mujeres (estuvo enamorado de Clara Wieck, esposa de Schumann), compuso una música vasta en instrumentación, tremendamente inteligente y emotiva. Se traslada a Viena, donde consiguió el puesto de director de la Singakademie. Logró fama en toda Europa por el estreno de su Requiem Alemán. Posteriormente fue nombrado director de la Gesellschaft der Musikfreunde, aunque en 1874 dejó este puesto para, de esta manera, dedicar todo su tiempo a la composición. Se le conoce como el sucesor de Beethoven (su primera sinfonía se decía que podría haber sido la décima de Beethoven). Uno de los momentos más excelsos de su música es la Sinfonía nº 3 -movimiento III- (1883).
14 Anton Dvořák (1841-1904. República Checa). En Praga obtiene prestigio como violinista y compositor. Al poco tiempo consigue tocar en la orquesta del Teatro Nacional de Praga y se reconoce su mérito por sus Danzas eslavas. Por su tercera sinfonía obtiene una beca del gobierno de Austria. En Reino Unido es nombrado miembro de honor de la Sociedad Filarmónica de Londres y se le otorga el título de Doctor Honorario de Música por la Universidad de Cambridge. También recibe la Orden de la Cruz de Hierro, el doctorado Honoris causa por la Universidad de Praga y un lugar en la Academia de Ciencias y Bellas Artes de Checoslovaquia y Berlín. Viaja a Rusia y Estados Unidos, siendo nombrado director del Conservatorio Nacional de Nueva York, donde compone la famosa Sinfonía nº9 del Nuevo Mundo y el Concierto para violonchelo y orquesta. Regresa a su tierra y es nombrado profesor en el Conservatorio de Praga. En Praga escribe poemas sinfónicos y obtiene un reconocido éxito en el ámbito de la música dramática con la Ópera Rusalka. Una música muy característica suya es la Danza Eslava nº2 (1886).
15 Camille Saint-Saëns (1835-1921. Francia). Hizo su debut como pianista con tan sólo 10 años de edad. Cursó estudios de órgano y armonía en el Conservatorio de París. Fue un gran virtuoso pianista y organista. Estudioso de la Ciencia, además de excelente matemático, perteneció a la Sociedad Astronómica de Francia. También fue escritor de filosofía y poesía. Fundó la Société Nationale de Musique. Personalidad arrolladora con una gran formación intelectual. Heredero del Romanticismo, sus producciones musicales son enérgicas y líricas. Compuso su gran fantasía zoológica, El carnaval de los Animales, una suite graciosa y ligera, como un divertimento para ridiculizar a compositores e intérpretes de la época. Sus composiciones sinfónicas y, sobre todo, sus conciertos para piano, siempre fueron obras muy valoradas. Quizás el pasaje más bello de su Carnaval sea El Cisne (1886).
16 Jules Massenet (1842-1912). La ópera francesa tiene en Massenet a uno de sus creadores más sensibles y refinados. Estudió en el Conservatorio de París donde consiguió el prestigioso Gran Premio de Roma, que permitía a los galardonados residir durante una temporada en la Villa Médicis de la capital italiana. A su regreso a París, Massenet compuso sus primeras óperas; espontaneidad e inspiración melódica constituirán los rasgos más característicos de su producción escénica. Cuando compone Thaïs ya es un músico consagrado en los grandes coliseos operísticos. Fue nombrado profesor del Conservatorio de París y su legado dramático eclipsó otras obras importantes de su catálogo. El momento más espléndido en la producción de Massenet es el intermezzo sinfónico para violín solista y orquesta La Meditación de Thaïs (1894).
17 Gustav Mahler (1860-1911). Fue más conocido en vida como uno de los más importantes directores de orquesta y de ópera de su momento, pero después ha venido a ser reconocido como uno de los compositores post-románticos más significativos. Centró todos sus esfuerzos en la forma sinfónica y en el lied. Sus composiciones se caracterizan por una manifiesta heterogeneidad, por introducir elementos de distinta procedencia (apuntes de melodías populares, marchas y fanfarrias militares) en un marco formal heredado de la tradición clásica vienesa. Empleó una armonía disonante que fue más allá del cromatismo utilizado hasta entonces. Mahler puede considerarse el más directo precursor de la Segunda Escuela de Viena. Compuso diez sinfonías y, a partir de la Quinta, su música empezó a teñirse de una trágica y terrible expresión. Sus sinfonías tercera y quinta fueron usadas en la banda sonora de la película Muerte en Venecia del director italiano Lucchino Visconti (película basada en la novela homónima de Thomas Mann). Escuchad el apacible y espectacular Adagietto de la 5ª Sinfonía (1902).
18 Samuel Barber (1910-1981). Considerado niño prodigio, cursó estudios en el Curtis Institute of Music de Filadelfia, una de las academias de música más prestigiosas del mundo. Su música se ciñe a las formas y armonías relativamente tradicionales. La mayor parte de su obra es marcadamente melódica y ha sido descrita como neorromántica. Sus canciones, acompañadas por orquesta o piano, se encuentran entre las más populares del repertorio clásico del siglo XX. Su Sonata para piano (1949), se convirtió en la primera gran obra norteamericana para piano. El melancólico Adagio para cuerdas (1938), es la obra más popular de Barber.
19 Joaquín Rodrigo (1901-1999). A los tres años pierde la vista casi por completo a causa de una epidemia de difteria. Su innata vocación musical se empezó a desarrollar en Valencia, donde fue trasladado para ingresar en el Colegio de Ciegos, y pronto se convirtió en un excelente pianista. Estudió en el Conservatorio de Valencia. Posteriormente se trasladaría a París, donde hizo sus primeros trabajos de composición. Estrenó en Barcelona el «Concierto de Aranjuez» para guitarra y orquesta, y su Adagio (1939) le elevaría hasta la cúspide de la música española. Tuvo tanto éxito que pasó a ser considerado el mejor compositor español de la posguerra, ejerciendo influencia sobre la evolución de la guitarra. Se creó un puesto en la Universidad para él (1947), fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1950), se le concedieron la Cruz de Alfonso X el Sabio (1953); la Cruz de la Legión de Honor (1963) y elegido miembro de la Academia Latinoamericana (1968). El 21 de mayo de 1996, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, la primera vez que un compositor se alzó con este galardón. La sensibilidad de Rodrigo logró dignificar la guitarra como instrumento de concierto.