COSTUMBRES: QUEMAR NUESTROS BOSQUES («MIS COSAS Y QUISICOSAS»)
La última sección
Por: Hilario Martínez Nebreda
¿Que duda cabe?… it is the question: las costumbres. No por distintas, sino por higiénicas.
Cuantas cabezas, tantos pelambrudos, barbudos, trenzudos, sesudos y desesudos.
Cuanta imaginación, diversos los imaginarios y fantasmas: delirios de ver la vulva de una vaca
como fuente de la que beber o purificarse por ser sagrada… la vaca. Bueno, también la vulva.
Por higiene la inquisición juzgaba al hereje y el brazo secular lo arrojaba al fuego. Pues como
por higiene de montes prenden fuego hoy los pirómanos y mueren achicharrados y hechos ceniza
más ciudadanos en 50 años que en 5 siglos «la razón de la sinrazón que a mi razón se hace…»
Por costumbre en Asia calzaban bota-Malaya, para hacer cantar la gallina, cuando aquí la gallina
canta poniendo un huevo. En fin, costumbres. Además, con un agravante, la costumbre hace ley
y la ley, rizando el rizo, se vanagloria de bien joder por costumbre. Los hombres y las mujeres…
a fin de que nadie se descuelgue y se sienta más guapo y guapa que ninguno y ninguna, ni que la hembra
se sienta hembro ni que el hembro mas chulo que la chula. En fin, Lolas.
Ya es costumbre en Hilario, que la palabra se haga prosa o verso, siempre didáctica, siempre la costumbre de la verdad.