EL SOL Y SUS FLORES | RUPI KAUR

Por: Juan Ramón Jiménez Simón


el sol y sus flores

qué te pasa con los girasoles pregunta
señalo el campo de amarillos que hay fuera
los girasoles adoran el sol le digo
solo cuando llega se levantan
cuando el sol se marcha
inclinan la cabeza en señal de duelo
eso es lo que el sol les hace a esas flores
eso es lo que me haces tú a mí

-el sol y sus flores-

La valentía de Rupi Kaur al compartir pensamientos, recuerdos y momentos muy íntimos y dolorosos con sus lectores, en una pedagogía de la imagen sobre el ser humano, constituye el trasfondo vital del poemario “El sol y sus flores” (Seix Barral, 2018). Para la autora, el areté (virtud) no es sólo la meta a la que aspiramos, sino también fuente de las mejores acciones y pasiones del alma; es capaz de disponernos a realizar los mejores actos y a obrar, bien y siempre mejor, de acuerdo con la recta razón:

“lo que hay en el alma es un modo de ser o una actividad. Y puesto que la actividad es mejor que el modo de ser, y la mejor actividad que el mejor modo de ser, y que la virtud es el mejor modo de ser, entonces la actividad de la virtud del alma es lo mejor. Pero la felicidad era también lo mejor; luego la felicidad es la actividad de un alma buena” (Ética Eudemia 1219a27-37)

Para esta poeta e ilustradora, la virtud del ser humano será también la voz rebelde  por el cual el hombre y la mujer se hacen buenos. Con ello, nos advierte de la importancia de la educación liberadora en la adquisición de una toma de conciencia ajustada a las necesidades del mundo; afirma en el poemario,

«dice que debería sentarme con las piernas cerradas/ como una mujer/ o los hombres se enfadarán y pelearán/ dijo que puedo evitar todo ese alboroto/ si aprendo a comportarme como una señorita/ pero el problema es/ que ni siquiera tiene sentido/ no puedo entender el hecho/ de que tengo que convencer a la mitad de la población/ de que mi cuerpo no es su cama»

El amor, la amistad, la familia, la pérdida, la rabia, el deseo, la feminidad, la belleza, el dolor, el rechazo, el autoconcepto, y el cuerpo entre otros, son “metaforizados” a través de las flores como espacio de aprendizaje sanador de las circunstancias negativas del ser humano, del mundo y de la sociedad. En contraposición a Leteo, al que el poeta llega muchas veces gracias a las drogas, en una suerte de evasión total a la que aspira, por representar éste el olvido  y por ser mucho más dulce que la realidad. Además, la poeta amplía su percepción poética con una serie de reflexiones constructivas sobre el devenir del tiempo, la búsqueda de la identidad, las raíces familiares, etc. dotando a la obra de una mixtura ilustradora (en blanco y negro), cercana al minimalismo, que hace posible la comprensión acerca de lo que nos quiere transmitir la autora.

El poemario se estructura en  cinco secciones —“marchitarse”, “caer”, “enraizar”, “levantarse”, “florecer”—, en una combinación de sensibilidad y audacia, donde la fe  se encuentra con la crítica, donde lo íntimo (la familia, los inmigrantes, la mujer, etc.) coexiste con la urgencia social.

ésta es la fórmula de la vida
dijo mi madre
al abrazarme mientras yo lloraba
piensa en esas flores que plantas
cada año en el jardín
te enseñarán
que las personas también
deben marchitarse
caer
arraigar
levantarse
para florece

Su espontaneidad poética se refuerza en la ausencia de signos de puntuación y de mayúsculas en toda su composición. Incluso los textos ocupan desde una sola línea hasta varias páginas. En definitiva, una poesía desnuda y despojada de formalismos donde se visibiliza el exilio de la memoria.

Asimismo, el sol surge como el lugar propio de la poeta, la palabra sobre la que construye no solo la belleza, la literatura, sino también las flores recuperadas, la memoria personal y familiar, pero también la colectiva. Aquí la naturaleza viene al encuentro del entorno urbano, para dulcificar la estética del hormigón y para conjurar la alienación contemporánea.

Al fin, Rupi Kaur nos trae en esta obra una escritura sin ataduras ni convencionalismos, despojada de cualquier elemento que pueda desviar la atención del lector: creatividad en estado puro al servicio de la palabra y del compromiso. Sin duda, un libro que ejemplifica perfectamente las premisas de una poesía abierta a la diversidad, donde el genio femenino no es una temática encerrada en sí misma, ni una postura estética, ni una moda, ni un recurso literario, sino una virtud empoderadora de la humanidad.


NOTA BIOGRÁFICA DE LA AUTORA:

Rupi Kaur​ (Punjab, India, 5 de octubre de 1992) es una poeta, ilustradora y actriz hindú-canadiense. Con cuatro años emigró con sus padres a Canadá. Durante su infancia, su madre le inspiró para dibujar y pintar, especialmente cuando aún no sabía comunicarse en inglés con otros niños en el colegio.

En el instituto comenzó a difundir sus textos de forma anónima y en 2013 empezó a escribir con su propio nombre en tumblr. En 2014 trasladó su trabajo a Instagram,​ añadiendo ilustraciones de trazos simples y minimalistas. Toda su obra está escrita en minúsculas y el único signo de puntuación empleado es el punto. Esto lo hizo para honrar a la escritura Gurmukhi, presente en sus raíces. Sus libros están pensados para ser una experiencia fácil de leer para el público, con dibujos simples para enfatizar las palabras. Algunos temas que menciona especialmente son el abuso, el amor, la feminidad y el desamor.

Su salto a la fama mundial se produjo con la publicación de Milk and Honey, 2014 (Otras maneras de usar la boca) y The Sun and her Flowers, 2017 (el sol y sus flores), dos libros de prosa poética.

«el sol y sus flores» (título original: The Sun and her Flowers, 2017) ha sido publicado por la Editorial Seix Barral en su Colección Los Tres Mundos. Traducción del inglés por Elvira Sastre, 2018. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 256 páginas.

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