JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ: LA ELEGANCIA DEL VERSO.

Por: Isabel Rezmo


Proverso se abre a una nueva entrevista que ofrece a sus lectores, para acercarlos a la poesía de los autores que cada mes mostramos.
Córdoba irradia algo especial. Sus calles, su historia, sus gentes. Ir a Córdoba es exhalar el azahar, amar sus patios. Reconocer, descubrir su pasado, su gloria. Es pensar en Julio Romero de Torres, es pensar en el legado de Maimónides, escuchar el flamenco en cada esquina.
Es recordar la poesía de su hijo más ilustre Luis de Góngora:

Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas!

La lírica cordobesa ha sido enorme. Ha dado importante nombres que quedan para siempre, en la memoria colectiva e individual: Pablo García Baena Ángeles Mora; El escritor y traductor Manuel Álvarez Ortega,, Juana Castro o Pablo García Casado .
Sin embargo nuestro invitado de hoy también merece una atención especial. Hoy os presentamos un diálogo con el poeta José Antonio Fernández García.
Su poesía emociona. Una escritura sencilla, melódica. Versos muy pausados que claman en la mente, asaltan y te conmueven. Constituye la elegancia en el verso, un lirismo puro y rítmico. Tal como afirmó el jurado que le otorgó el XXVII premio de poesía Acordes, el más antiguo de la provincia de Córdoba:
«En Jose Antonio se reconoce el triunfo de lo cotidiano y la sentimentalidad, apreciando la influencia de Javier Egea, desde los primeros versos, en un poemario crítico, que también bebe de la poesía social de Blas de Otero y Gabriel Celaya. La obra está escrita en un tono emotivo y romántico, que se asemeja a los poemas de Cántico, la mejor poesía cordobesa de siempre,pero trascendido y reactualizado con una gran frescura y autenticidad.«

José Antonio Fernández García es natural de Luque (Córdoba). Diplomado en filología francesa y licenciado en Psicología. Galardonado con el primer premio y edición de la obra en la VIII edición de los premios Luis Carrillo de Sotomayor, publicando el poemario Sinceramente Humano (Divagaciones, confesiones y diálogos). Finalista en el concurso internacional Horizontes literarios de poesía y narrativa. Finalista y cuarto premio en el certamen internacional de poesía Párrafos sin límites, celebrado en Córdoba, Argentina, publicando cuatro poemas.

Ha publicado en diversas antologías.
Finalista en el I Certamen nacional de poesía Cimientos.
En el año 2015, publica el poemario, Momentos de par en par, en la editorial Estratega.
Ha colaborado en las revistas literías: Ánfora Nova, Suspiro de Artemisa, Ababol, Sopa de ornitorrinco, Papel literario y Sierranueva.
Publicación del libro Luz en la penumbra. 7 poetas cordobeses con la Unión Nacional de Escritores a la cual pertenece.
Participa en la ANTOLOGIA QUEJÍO. CÓRDOBA CON GRITO DE MUJER en los años 2016 y 2017.
Participa en la antología Los nudos del tiempo III. Participa en la antología I y II y III Encuentro de Versos Solidarios.
Participa en las Antologías Los Nudos del tiempo III y Homenaje a Ricardo Molina, Homenaje a Juana Castro, Homenaje de Soledad Zurera, todos ellos con el Ateneo del Córdoba.
Ha participado con la revista literaria Ánfora Nova con un poema, en la celebración de su 30 aniversario.
Ha participado con tres poemas en el número 40 de la revista literaria de Granada Alhucema Coautor en la publicación del poemario Humanamente poético, editorial Estratega.
Publicación de Náufrago en ti en 2018, y A bordo del mar, en 2017 con la editorial Detorres editores.
Ha publicado en la antología colectiva El amor es como el mar.
En abril de 2019 es galardonado en el XXVII Premio Nacional de poesía Acordes, con el libro Paisajes.

RP: Buenas tardes José Antonio es un placer tenerte en PROVERSO. ¿Escribir es una necesidad vital?
JAF: No sé si es una necesidad vital, pero existencial sí lo creo. Y artística. Hay momentos en que uno necesita arrancarse “eso” extraño y maravilloso que le arde a uno por dentro, que te quema a veces, que te alivia otras, y sientes que debes abrir la ventana y darle luz, forma y aire para compartirlo. En el caso de escribir poesía, no basta con arrancarlo, hay que hacerlo de un modo rítmico, con delicadeza y con amor y trabajo, incluso cuando es una mala espina, para que no chirríe en los ojos de quien lo lea.
Conforme pasan los años, y uno continúa en esto del verso, el nivel exigencia también crece, y también el de aprender. Por eso considero que es importante leer, aunque sea poesía que está muy lejos de la manera particular que uno tiene de entenderla.


RP: ¿En qué momento de tu vida descubriste la poesía?
JAF: La poesía la descubrí a edad temprana, en tercero o así, y leyendo a Bécquer. Desde ese momento tenía claro que yo sería poeta.


RP: Se dice que la poesía es simplemente trasladar nuestras emociones a un papel ¿Existe algo más allá de ese hecho? ¿O su papel es así de simple?
JAF: En mi caso, el poema, antes de llegar al papel pasa por un largo de recorrido de vicisitudes. La mayoría de las veces, el origen suele situarse en domingo por la mañana, y después de una largo paseo por las calles de Córdoba, o Cádiz o Fuengirola, donde me detengo en plazas, paseo por calles poco concurridas, contemplo el mar o visito lugares más o menos sagrados, pero repletos de una energía única que observo o vivo, incluso en las carnes del prójimo…Después de esa singladura, me detengo, busco un banco y plasmo ese instante en versos. Esas primeras impresiones las llevo al papel, y durante una o dos semanas les voy dando forma, ritmo, una medida si el poema creo que lo requiere, añado o quito, visto o desvisto, o completo, y luego lo dejo reposar…Y tras un reposo de una semana, lo leo en voz alta, y es entonces cuando al ponerle voz, en caso de estar más o menos satisfecho lo bautizo como poema.


RP: ¿Autores que te hayan influido?
JAF: Hay muchos poetas que me han influido. Por ejemplo Blas de Otero. Pero también, y mucho, Javier Egea, José Antonio Ramírez Lozano, Alejandro López Andrada, Eduardo García o Álvarez Ortega. Leo mucho a mis coetáneos, de quienes aprendo y comento. Siempre hay
que tener abierta la puerta del aprendizaje y de la emoción.


RP: A la hora de escribir ¿Cuál es tu fuente de inspiración?
JAF: Mi fuente de inspiración puede variar: desde algo que observo, hasta un poema de alguien que leo en ese momento y me conmueve. O sencillamente siento. Y según sea la inspiración de ese día o de ese instante, suelo hacer uso de dos maneras distintas de enfrentarme al trabajo: o con poemas que llamo de “pellizco”, que suelen ser cortos e intimistas, de paisaje interior; o bien nace un poema, digamos, más extenso y descriptivo sobre acontecimientos que me han salido al paso, que me han dolido o inquietado o sencillamente me ha fascinado, y que plasmo luego en la hoja de papel.


RP: Dentro de los círculos poéticos (encuentros, recitales, publicaciones…) ¿Cómo ves el presente actual? ¿Qué necesidades y qué elementos negativos has observado?
JAF: El presente actual es de lo más alentador. Esos encuentros es una manera de compartir versos y experiencias con otros poetas, y también de viajar. Los Encuentros de Úbeda, Cabra, Priego u Osuna han sido experiencias de lo más gratificante a nivel poético y personal. Sobre lo negativo, no lo veo. La pena esté tal vez en no poder asistir a algunos por su lejanía.


RP: ¿Un libro qué te guste especialmente? ¿Un verso?
JAF: Hay muchos libros que me han gustado especialmente, pero por nombrar alguno Yesca de José Antonio Ramírez Lozano. Sobre un verso, cualquiera de Javier Egea. Vino primero frívola –yo niño con ojeras-


RP: ¿Cuál es la base para un buen poema?
JAF: La base es llevarlo dentro, luego leer, trabajar y “perder” tu tiempo trabajando el poema. Porque un poema, a mi modo de ver, no es soplo que se lleva al folio. Hay que hacerlo poema. Las imágenes, la musicalidad, el provocar emociones son algunos de los elementos que procuro deliberadamente a la hora de trabajar.


RP ¿Hasta qué punto es deseable que un poema sea sencillo, desnudo, corto?
JAF: Cada vez me inclino más por la sencillez en las palabras cuando escribo versos de experiencias “de puertas afuera”, de acontecimientos que veo y me han impresionado y con los cuales, en cierta manera, procuro darle un matiz de corte social o crítico. En los poemas intimistas soy más meticuloso e introvertido a la hora de desnudarme, tal vez porque son “sorbitos” de alma, y cuesta mostrarlos.


RP: ¿crees que tu poesía sirve o puede servir como terapia para tus lectores y/o para ti mismo?
JAF: Voy a confesar algo. Cuando me dicen que un poema mío ha besado el alma, me emociono. No procuro que sean terapéuticos. En absoluto. Pero sí me haría muy feliz que mis versos sean manoseados y exprimidos, y si con alguno de ellos consigo darle voz a un sentimiento que alguien tiene y no sabía traducir, me doy por satisfecho. Hay poemas de corte de social, y ahí pretendo abrir conciencias; en los íntimos o de “pellizco” darle voz al alma; en los poemas emotivos, emocionar. Y poco más. Y siempre con un ritmo y una cadencia. No entiendo los versos narrativos.


RP: Para terminar, algo que desees añadir.
JAF: Gracias a esta entrevista tan íntima, y que me ha servido tal vez para conocerme incluso a mí mismo


RP: Gracias por ofrecer este ratito de tiempo para Proverso.
JAF: Gracias a Proverso por esta interesante entrevista.

 

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