FRANCISCO DELGADO-IRIBARREN CRUZ | ESTE JUEGO ES INFINITO

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero

Bajo el título “Este juego es infinito” el autor, Francisco Delgado-Iribarren Cruz, nos presenta esta obra asequible para todos los públicos, ya que expresa de manera clara el simbolismo propio del lenguaje poético.

El paseo discurre a lo largo de sesenta y cuatro sonetos escritos con exquisitos versos repletos de metáforas que nos revelan la primera de ellas presente ya en su sugerente título: la estrecha conexión entre el juego del ajedrez y la vida. “El ajedrez es sombra de la vida, / pero en la vida no cabe el empate: / la vida siempre acaba en jaque mate” (C3 Carlsen vs. Caruana pág. 46)  Y es que en el ajedrez podemos encontrar muchas “coincidencias” (y curiosidades) esotéricas y simbólicas con referencia a la vida en su máxima expresión.

La temática es de corte muy íntimo, hallamos la soledad, el dolor, el desamparo, la miseria humana, la felicidad, el amor, etc. pero, sobre todo, los versos que priman son los del descubrimiento y vivencia cotidiana, la que se alimenta de la Ilusión, la que necesita echar de menos, la que no está atado a los convencionalismos sociales, la que se reserva para la mirada del poeta, la que hace disfrutar de la vida de forma plena “Entre sangre, sudor, lágrimas, fuego, / discurren los minutos de este juego, (la vida)/ hecho para sufrir y para amar” (D2 La guerra pág. 39). Así podemos señalar que en su significado más básico, el ajedrez es una representación de la arquetípica batalla entre el bien y el mal. Si trasladamos este juego al quehacer diario, cada acción es como una jugada. En líneas generales, si el ser humano realiza buenas acciones (buenas jugadas), le irá bien; si realiza malas acciones (malas jugadas), le irá mal. Es una manera de enseñar la Ley del “Karma”.  “La violencia es su máximo exponente, / la partida en su gran encrucijada, porque sin ellas nada será igual” (E5 Choque de damas pág. 64)

De este modo, el autor nos invita a reflexionar indicándonos que, si tomamos la poesía como modo de habitar el mundo, el juego del ajedrez deviene eterno, sus jugadas darán paso todos los días a un nuevo despertar, sin importar la estación del año en la que nos encontremos porque es vida que se alimenta del instante, fuera de los límites del tiempo, y sólo ella nos da la oportunidad de conocer todo puro que en ella habita “¡Hacedor de impensables sacrificios! / ¡Cruel pirómano y gánster del tablero! / ¡Brujo, malabarista, gran trilero! / ¡Adalid de virtudes y de vicios! (D3 A Mihail Tal pág. 47)”. El autor nos muestra a lo largo de todo el poemario que la finalidad del ajedrez no es solamente lúdica, sino también didáctica, pues a través de este juego se transmiten muchas enseñanzas para el vivir. En mi opinión, definiría esta obra como un despliegue detallado de la vivencia de aquello que forma parte de la naturaleza humana, sin olvidar ningún matiz contenido en esta. A través de cada poema, de cada jugada el ajedrez enseña planificación, concentración, análisis; nos muestra que la victoria es consecuencia del esfuerzo y los aciertos propios y, por tanto, la derrota es consecuencia de los errores propios. Nos instruye sobre táctica, estrategia y lógica.  No es un juego de azar, es un juego racional que nos enseña a tomar decisiones y nos ayuda a desarrollar confianza, paciencia y disciplina.

Es una obra que recomiendo como imprescindible para aquellos que aman la poesía, que son exigentes en sus lecturas, que buscan sentir emociones a través de los libros, pues nos encontramos con un tipo de escritura contemporánea que conserva en sí misma el lenguaje metafórico de los poemas clásicos y que es capaz de transportarnos al interior de la esencia humana a través de la mirada del poeta y del juego del ajedrez. ¡BUENA LECTURA!


Este Juego es infinito
Francisco Delgado-Iribarren Cruz
Editorial: Poesía eres tú
Prólogo: David Coll

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