RICHARD MATHESON, UN NOMBRE Y UNA LEYENDA
Por: Tomás Sánchez Rubio
Desde el punto de vista literario, el año 1926 en España, durante el reinado de Alfonso XIII y bajo el periodo conocido como Directorio civil dentro de la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, fue pródigo en creaciones y publicaciones literarias. En otoño salía a la luz el primer número de la revista Litoral, fundada en Málaga por los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Más tarde entraría José María Hinojosa como codirector. Su publicación y difusión sería decisiva para la configuración de lo que hoy conocemos como Generación del 27. Dedicada en exclusiva a la poesía en sus comienzos, el primer número de Litoral contaba con colaboraciones de Federico García Lorca, José Bergamín, Jorge Guillén y Gerardo Diego entre otros.
Ese mismo año se publica Tirano Banderas con el subtítulo Novela de tierra caliente—, de Ramón del Valle Inclán. Se trataba de la primera novela del llamado “ciclo esperpéntico” que iría seguida de la serie El ruedo ibérico a partir de 1927.
En 1926 ganó en el Premio Nacional de Literatura Las siete columnas, novela satírica del escritor Wenceslao Fernández Flórez. Publicada en principio por la Editorial Atlántida, ha sido traducida al inglés, holandés y japonés. Su original trama está compuesta por siete historias que ilustran la paradójica necesidad de los siete pecados capitales del cristianismo —lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia— para que la civilización pueda sostenerse y sobrevivir.Mientras tanto, la gran escritora santanderina Concha Espina escribe Altar mayor, novela que refleja el ambiente rural asturiano en una prosa poética notable. La autora recibiría por ella el Premio Nacional de Literatura en 1927. Rodada en Covadonga, Gonzalo Delgrás —que tantas películas rodaría en los sesenta con el cantante Antonio Molina— la llevará al cine en 1944.
Como anécdota climatológica señalaremos que los días 25, 26 y 27 de diciembre cayó la mayor nevada del siglo XX en este país —por encima de la de 1954—, llegando a lugares costeros como Alicante, Cádiz, Málaga, Cartagena, Almería, Torrevieja o Sanlúcar de Barrameda, donde este fenómeno era y sigue siendo inusual.
También nace en 1926, el sábado 20 de febrero, en Madrid, Alfonso Sastre Salvador, escritor y dramaturgo, así como uno de los principales exponentes de la llamada Generación del 50. Ese mismo día, al otro lado del Atlántico, en Allendale, condado de Bergen (Nueva Jersey), ve la luz por primera vez Richard Burton Matheson. Moriría ochenta y siete años más tarde en su residencia de Calabasas, California, el 23 de junio de 2013. Su biografía nos dice que fue escritor y guionista dentro de los géneros de ciencia ficción, fantástico y de terror. Sin embargo, este autor desconocido para muchos, no era uno más de tantos que proliferarían en Estados Unidos a mediados del siglo XX tratando la temática alienígena, sobrenatural o espectral. Empezaremos diciendo que uno de sus libros ha conocido, hasta ahora, cuatro versiones cinematográficas…
Chris Carter, creador de la serie The X-Files, protagonizadapor David Duchovny y Gillian Anderson, y conocida en España como Expediente X, introduce como personaje en varios episodios a un senador llamado Richard Matheson, en homenaje al escritor. Carter era un gran admirador de su labor como guionista en La Dimensión Desconocida y Kolchak: The Night Stalker, dos series que influyeron en Expediente X. Stephen King reconoció desde un primer momento la influencia de Matheson en su obra, y le dedicó su distopía apocalíptica Cell, junto al cineasta George A. Romero. Rodrigo Cortés en su película Red Lights de 2012, dirigida y escrita por él mismo, introduce al personaje Margaret Matheson interpretado por Sigourney Weaver. Una de las calles de la ciudad donde se desarrolla el videojuego Silent Hill, un producto de Konami desarrollado por Team Silent, fue bautizada como Matheson Avenue. El telépata de Crusade, serie de TV, spin-off a su vez de Babylon 5 —creación una y otra de J. Michael Straczynski— se llama John Matheson en honor, asimismo, al escritor.

Hijo de inmigrantes noruegos, Richard Matheson creció en Brooklyn y estudió en el Brooklyn Technical School, fundada en 1922. Después cumplió servicio militar como soldado de infantería en la Segunda Guerra Mundial. En 1949 se licenció en periodismo por la Universidad de Missouri y en 1951 se mudó a California. Se casó en 1952, y tres de sus cuatro hijos (Richard Christian, Chris, Bettina y Ali Matheson) también decidieron ser escritores y guionistas. Creación de Ali Marie Matheson sería, junto a Jon Cooksey, la reconocida serie canadiense de temática sobrenatural The Collector (El coleccionista).Richard Christian, por su parte, adaptó la novela corta de su padre Dance of the Dead para la serie de televisión Masters of Horror. El episodio fue dirigido por Tobe Hooper.
Richard Matheson se inició en la literatura publicando sus cuentos en el periódico Brooklyn Eagle. Ya en California, comenzó a escribir relatos fantásticos, de terror y ciencia ficción desde 1950 para la revista The Magazine of fantasy and Science Fiction. Su primer cuento publicado, Nacido de Hombre y Mujer, lo hizo inmediatamente famoso entre los seguidores del género: una sobrecogedora historia acerca de un niño de ocho años encerrado en un sótano por sus propios padres… En 1977 Edhasa lo publicó en español, en su Colección Nebulae, dentro del libro de relatos El tercero a partir del sol.
En 1957 adaptó para el cine su novela El hombre menguante, pronto convertida en una película de culto, The Incredible Shrinking Man. Protagonizada por Grant Williams y Randy Stuart, debo decir que me impresionó vivamente, llegando a quitarme bastante horas de sueño en mi infancia cuando la vi la primera vez por televisión; casi tantas como El hombre de rayos X en los ojos, dirigida en 1963 por Roger Corman y cuyo plantel encabezaba el gran actor galés Ray Milland.
Matheson también se destacó como guionista de varios capítulos de la serie televisiva La Dimensión Desconocida (Twilight Zone), así como de la película de Steven Spielberg Duel (1971),basada en un relato suyo. Su novela Más allá de los sueños fue adaptada para la pantalla grande en 1998. Dirigida por Vincent Ward, fue protagonizada por el inolvidable Robin Williams.
Sin embargo, el gran éxito de Matheson fue la novela Soy Leyenda (I Am Legend), publicada por primera vez en 1954 por Gold Medal Books. La primera edición en español, en Minotauro, es de 1960 y fue traducida por el maestro Manuel Figueroa. El libro se desarrolla en una ciudad de Los Ángeles postapocalíptica de finales de los setenta del pasado siglo. El protagonista, Robert Neville, ha sobrevivido a una terrible pandemia a nivel mundial desencadenada a partir de la guerra bacteriológica. La población no ha perecido exactamente, sino que se ha convertido en portadora de una bacteria que produce los clásicos síntomas del vampiro legendario. Se trata de una legión de “no muertos” que diariamente salen de sus moradas a la caída del sol…
En una sociedad, la de la segunda mitad del siglo XX, sacudida por el temor a las consecuencias de la llamada “Guerra Fría” entre dos bloques económica y políticamente antagónicos y en apariencia irreconciliables, la novela pronto conocería adaptaciones cinematográficas. La primera sería The Last Man on Earth (conocida como El último hombre sobre la Tierra en España, y Seres de las sombras en Hispanoamérica). Se trata de una cinta italo-estadounidense de 1964, rodada en blanco y negro y dirigida por Ubaldo Ragona y Sidney Salkow. Su protagonista, el doctor Robert Morgan, fue encarnado por el ya entonces veterano Vincent Price, estrella inolvidable de la Factoría Corman. El propio Richard Matheson ayudó a escribir el guion bajo el seudónimo de Logan Swanson, junto a William Leicester, Furio M. Monetti y Ragona. Como curiosidad señalaremos que aunque en teoría está ambientada en Los Ángeles, la película fue íntegramente rodada en Roma.
Hace pocos meses, la Filmoteca Española, institución oficial dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, en su programa de recuperación —llamado “El Doré en casa”— de películas restauradas provenientes del fondo de su archivo, puso a disposición de todo el mundo, gratis y por tiempo limitado, una desconocida pero fiel adaptación de Soy leyenda. Se trata de un cortometraje de 1967, dirigido por Mario Gómez Martín, alumno aventajado de la Escuela Oficial de Cinematografía, y donde prefigura al George A. Romero de La noche de los muertos vivientes (1968).
En 1971, Charlton Heston protagonizaría The Omega Man (conocida en España como El único hombre vivo, y en Hispanoamérica como La última esperanza). Cinta estadounidense dirigida por Boris Sagal, toma como fuente principal de adaptación la película de 1964. Esta versión pierde numerosos elementos que la novela aborda -la reflexión acerca de la soledad del ser humano, la definición de una nueva sociedad…-, creando una visión seriamente descontextualizada en relación al relato original. Las escenas de la ciudad desolada fueron rodadas en el centro de Los Ángeles realizando las tomas durante los fines de semana y a primera hora de la mañana: los productores habían previsto construir grandes decorados con calles y tiendas desiertas, pero resultaron demasiado caros.
En 2007 finalmente, tendría lugaruna nueva adaptación cinematográfica de I Am Legend. Dirigida por Francis Lawrence (Constantine, tetralogía cinematográfica Los juegos del hambre…), está protagonizada por un más que solvente Will Smith, interpretando al virólogo Robert Neville; lo acompaña la actriz brasileña Alice Braga (Angélica en el filme La ciudad de Dios) en el papel de Anna. Inmune al virus creado originalmente para curar el cáncer, Smith (Neville) trabaja para crear un antídoto mientras se defiende de los mutantes, muertos vivientes originados por la pandemia. La Warner Bros había comenzado a desarrollar el proyecto en 1994 y varios actores y directores se unieron, si bien la producción se retrasó debido a problemas presupuestarios relacionados con el guion. El rodaje comenzó en 2006 en Nueva York, escenario escogido para la acción en lugar de Los Ángeles, filmando principalmente en localidades de la ciudad, incluyendo una escena de cinco millones de dólares en el puente de Brooklyn. La película, con instantes conmovedores y efectos sorprendentes, fue un éxito fulminante.