JACQUES OFFENBACH

Por: Alfredo Piquer Garzón


Jacques Offenbach (nacido Jakob Eberscht Offenbach, Deutz, Colonia, Confederación Germánica, 20 de junio de 1819), fue un compositor y violonchelista  francés de origen judeoalemán​, creador de la opereta moderna y, podría decirse,  de la comedia musical.  Compuso casi toda su obra en francés por  lo que la opereta francesa le tiene como a su representante más universal.

Nació en Deutz, población periférica hoy absorbida y convertida en un barrio de la ciudad de Colonia, en el seno de una familia judía. Séptimo de diez hijos, sus padres fueron Isaac Juda Eberst,  primero encuadernador y después compositor y cantor de la sinagoga de Colonia,  profesor de música y también  y en definitiva, violinista de café,  que iniciaría a Jacques en el violín y el cello desde los 6 años;  y Marianne Rindskopf, hija de un contable.  Poco antes del nacimiento de su hijo cambiaron su apellido por el nombre de la ciudad natal del padre, Offenbach am Main (Offenbach del Meno) , al sudeste de Fráncfort. Hacia1833 la familia se trasladó a París. Con 14 años Jakob- Jacques siguió durante un año los cursos  de violonchelo y violín en el Conservatorio donde fue discípulo de Luigi Cherubini y después de  Louis Norblin.   Sería violonchelista de diversas orquestas, entre ellas y muy pronto, la de la Opéra-Comique de París. Fromental Halévy, suegro de Georges Bizet y tío del que sería uno de sus libretistas más conocidos, Ludovic Halévy,  le enseñó los conceptos básicos de la composición.

Ya compositor de  valses  y piezas breves, daba conciertos de violonchelo en salones privados. En el salón de la condesa de Vaux que frecuentaba, Offenbach conoció a Hérminie d’Alcain (1827-1887), de 18 años de edad, española,  hija de un general carlista. Enamorados,  en 1844 hubo de convertirse al catolicismo para poder casarse con ella.  Huirían de Francia ante los sucesos revolucionarios que se produjeron en 1848. Y volverían  al año siguiente, siendo él entonces  nombrado director de orquesta en el Théâtre français. En 1853 estrena su primera opereta parisina en un acto, Pépito. En realidad había estrenado doblemente su primera opereta, La Alcôve en 1847, en París y en Colonia, cosechando un fracaso en ambas ocasiones (triunfaría más tarde en todos los teatros europeos). Pero es 1855, el año de la Exposición Universal de París, el que marca un punto de inflexión en su carrera profesional. Aprovechando la enorme afluencia de gente a la capital alquila un teatro parisino al que bautiza  “Bouffes Parisiens”, para comenzar la representación de sus propias obras dirigiéndolo desde  1855 hasta 1861. Offenbach debuta  en él  el 5 de julio 1855 con Les deux aveugles (Jules Moinaux), bouffonnerie musicale en un acto (1855) y Une nuit blanche, primeras en el teatro de una serie de ochenta y siete operetas. A partir del 55 produce  Madame Papillon (1855), que supondrá el comienzo de una colaboración fecunda con Ludovic Halévy [1]. 

A Madame Papillon seguirán Ba-ta-clan  (1855), Tromb-al-Cazar  (1856),  o  Le mariage aux lanternes  (1857). Con un prestigio ascendente el verdadero triunfo llegará   en  octubre de 1858 en el teatro de “Les Bouffes-Parisiens» con el estreno de Orfeo en los infiernos (Hector Crémieux/ Halévy), opéra bouffa  en   2 actos (1858 París, teatro de Les Bouffes-Parisiens y Salle Choiseul); revisada como opéra-féerie (mágica) en cuatro actos (1874 París, Teatro de La Gaîté). Offenbach dibuja en esta obra un retrato realista e irónico de la sociedad del Segundo Imperio, con una música brillante y melódica desde la obertura hasta el final.  La música deja de ser un mero  acompañamiento del texto, adquiriendo personalidad propia. El finale (Galope infernal) de esta obra se convirtió en el mal llamado cancán, puesto que se trata de un “galopp” o “galope”, tan  popularizado en otro contexto que  ha soslayado en el tiempo su procedencia y a su autor. Se ha dicho que su brillantez y su ritmo frenético lo constituyen en una pequeña obra maestra cuya popularidad,  a la que seguramente ha contribuido la obra plástica litografiada de Henry de Toulouse Lautrec y posteriormente el cine, ha trascendido el tiempo.

A las primeras obras de Offenbach siguieron, entre otras, Geneviève de Brabant (1859) o  la Chanson de Fortunio (1861), para la representación de El Candelero de Alfred de Musset, con la que seguirá afianzando  su éxito; también Lieschen et Fritzchen (1863). Otro de sus grandes éxitos fue La Belle Hélène (Meilhac/ Halévy), opéra-bouffe en tres actos (1864),  que se representó en el Théâtre des Varietés, y  que se ha considerado una de sus mejores obras y que parodia la historia de la fuga de Helena con el príncipe Paris y la guerra de Troya.   

Después, Barba Azul (1866),  La Vie parisienne (Meilhac/ Halévy),  ópera bouffe en cinco actos (1866, París, Palais-Royal); revisada en cuatro actos (en 1873, París, Variétés). Y La Périchole (Meilhac/ Halévy),  opéra bouffe en dos actos (1868); a partir de la obra de  Prosper Mérimée, versión revisada en tres actos (en 1874 París, Variétés) Con La Périchole comienza Offenbach a buscar un mayor refinamiento, una sensibilidad más variada y delicada, un ambiente armónico más cuidado. Tras ella, algunas como Vert-vert(Meilhac/Nuitter), ópera comique en tres actos (1869, París, Teatro de la Opéra-Comique y Salle Favart), La Grande-Duchesse de Gérolstein (Meilhac/ Halévy), ópera bouffe en tres actos (1867 París, Variétés).  La princesse de Trébizonde  (Nuitter/ Tréfeu), ópera bouffe en dos actos (1869 en el Kurtheater,  en Baden-Baden,); versión revisada en tres actos (1869, Paris, Bouffes-Parisiens  y Salle Choiseul), Les brigands (Meilhac/ Halévy), ópera bouffe en tres actos (1869, París, Variétés; revisada 1878, Paris, Gaîté), otro éxito.  

Se acepta que Offenbach es el creador  de la opereta [2], denominando él mismo de ese modo el género de su obra  porque parodia la opéra dramática francesa. Sin embargo el francés, Louis-Auguste-Florimond Ronger, llamado Hervé (1825 – 1892),  compositor, autor dramático, director de escena y  teatro y también actor y cantante, pasa por ser asimismo uno de los creadores e impulsores de la Opereta. Mucho menos conocido que Offenbach fue su rival profesional; profesional  porque eran amigos y colaboraron en ocasiones, actuando Louis-Auguste como actor en alguna de las obras de Offenbach.  Compuso en 1847 la obra Don Quichotte et Sancho Pança; en el mismo año, por tanto, que Offenbach componía su Alcôve, estrenada en París y en Colonia. Ambos desarrollaron un género desde precedentes inmediatos en espectáculos franceses y alemanes. Director de orquesta del Odéon y después del Théâtre du Palais-Royal, abrió en 1854 un café-concierto en una pequeña sala del boulevar del Temple que bautizó como Folies-Concertantes, y después Folies-Nouvelles. Compuso cerca de ciento cuarenta obras.  

La opereta es una comedia lírica musical, que evoca el París frívolo del final del XIX y  trata cualquier tema con humor, desde la mitología griega hasta la caricatura de  las autoridades parisienses y sobre todo  los aspectos  políticos del Segundo Imperio.  En contraste con la música dramática  las operetas eran eventos festivos e ingeniosos que sorprendían con sus gags y atraían a todos los públicos. La crítica tradicional  no entendió sin embargo su éxito.

Desde su propia conceptuación,  Offenbach comenzó con Pépito (Léon Battu y Jules Moinaux), opéra comique[3] en un acto (28 de octubre de 1853 París, Variétés), su exitosa carrera de compositor de operetas, clasificando como tales un número de ellas. La obras escénicas de Offenbach (con las dos excepciones de las óperas Die Rheinnixen y Los cuentos de Hoffmann) son en general consideradas como «operetas» por la crítica actual,  con base en la propia estructura y características de  las obras,  que aumenta así considerablemente el número de las clasificadas originalmente como tales por el autor. Solamente 16 de ellas fueron llamadas ‘opérettes’ por el compositor. Offenbach llamó a otras 8, opérette bouffe[4], y hay una sola opérette fantastique, veinticuatro opéras comiques, y veinticuatro opéras bouffes, junto con dos opéras bouffes féeries (óperas bufas ‘mágicas’). También subtituló individualmente otras obras con especificaciones variadas: anthropophagie musicalechinoiserie musicale, comédie à ariettes, conversation alsacienne, légende bretonne, légende napolitaine, etc.

Por tanto, para su  autor fueron operetas Pépito (su título original era Vértigo -nombre de uno de, los  personajes principales que parodia al Fígaro de El barbero de Sevilla de Gioachino Rossini o también  La Muchacha de Elizondo, refiriéndose a Manuelita, laprotagonista femenina de la obra),   Les Deux Aveugles, ya mencionada o Le Violoneux (Eugène Mestépès/Émile Chevalet), légende bretonne en un acto (1955,Théâtre des Bouffes Parisiens) Le Carnaval des revues (Eugène Grangé/Philippe Gille/Ludovic Halévy), revue en un acto (1860 París, Bouffes-Parisiens y Salle Choiseul) y algunas otras.  Jacques Offenbach compuso también obras religiosas como su «Ave Maria» para soprano y para coro, o ballet, como La vida parisina y contribuyó asimismo  a obras escénicas de otros compositores.

La hostilidad y la guerra franco prusiana supusieron para Offenbach la caída de su popularidad y la animadversión de  parte del público debido a su origen alemán,  con la consiguiente pérdida de posibilidades  e ingresos. Todo ello le empujó a una gira por Estados Unidos de escaso éxito. Sin embargo, lejos de soslayar ese origen propio, tal vez desde una cierta toma de conciencia tanto sobre sus raíces como de la seriedad de su música, al regreso de su periplo  americano, en 1876  Offenbach comenzó a trabajar en «Los cuentos de Hoffmann». Así,  como evocación de su propio origen alemán,  considerada como su única obra escénica y ópera seria,  compone Les Contes d’Hoffmann; opéra fantastique  (basada en el Schauspiel -pieza teatral con algunas incorporaciones musicales-  de Jules Paul Barbier y Michel Florentin Carré) en torno al personaje del autor romántico Ernst Theodor Amadeus Hoffmann,  E.T.A. Hoffmann.   Se representa actualmente en tres actos aunque ha variado su estructura a lo largo del tiempo.  Compositor, la fama universal de E.T.A. Hoffmann se debe más a su obra como escritor fantástico  que a sus composiciones musicales. En un contexto romántico  destacó por sus cuentos en los que se mezclan el misterio y el horror.  Su atmósfera a veces como de pesadilla, aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura y el mundo de los sueños. Influyó en  escritores como Victor Hugo o Edgar Allan Poe.  Barbier, junto con Michel Carré, escribió el libreto de Les contes fantastiques d’Hoffmann (Los cuentos fantásticos de Hoffmann), basado  en una obra propia e ambos autores sobre los cuentos de E.T.A.Hoffmann,  producida en el Teatro Odeón de París en 1851, y que Offenbach había visto con anterioridad. Por tanto,  con música de Offenbach  y  libreto en francés  de Jules Barbier, la ópera se representó suprimiendo algunos pasajes,  en la casa del propio  Offenbach  el 18 de mayo de 1879.   En el primer acto, el aria Les oiseaux dans la charmille se interrumpe en dos ocasiones porque el personaje  de Olympia es en realidad una muñeca mecánica a la que es preciso dar cuerda para que continúe cantando. De gran espectacularidad e impregnada  de una tierna comicidad es un ejercicio de coloratura de enorme dificultad que pone a prueba a la intérprete. Se ha hecho viral en la red de internet la interpretación de la soprano eslovaca, nacida en Münchberg, Alemania, Patricia Janêcková en el “New years concert in Viena Style con la Janácek Philharmonic Ostrava bajo la dirección de Heiko Mathias Förster que, al igual que en otros conciertos de otras obras del compositor que recurren como recuerdo a la  evocación de algunos números representados desde el contexto de la obras originales,  personifica en esta ocasión a la muñeca mecánica. En el tercer acto, la ‘Barcarola’ de la ópera, tomada de una pieza anterior de Offenbach, Die Rheinnixen, es quizá la pieza más célebre y también una de las melodías más difundidas de todos los tiempos.

Aquejado de la enfermedad de gota, Offenbach ya había sospechado  que ‘no le quedaba mucho tiempo’ y no viviría para ver el estreno de su obra. Murió efectivamente el 5 de octubre de 1880, en París, a los 61 años de edad. Había vivido en Francia durante 47 años; desde 1860, nacionalizado francés ya cumplidos los 41 años. Solo un año después se le había otorgado  el rango de Caballero de la Legión de Honor. Dejó “Los cuentos” inacabados aunque llegó a terminar  la partitura para piano y orquestó el prólogo y el primer acto.  Ernest Giraud (1837-1892) se encargaría de completar su orquestación y añadir los recitativos, como hiciera  con la  Carmen de Bizet. La obra se estrenó una vez acabada en la Opéra-Comique de París, el 10 de febrero de 1881.  Offenbach había muerto pocos meses antes del estreno. Junto a Orfeo en los infiernos y  La Périchole, Los cuentos de Hoffmann  es  su obra más conocida e  interpretada. 

Simultáneamente al éxito de Jacques Offenbach y como consecuencia, cundieron en la propia Francia, pero también en toda Europa y sobre todo en Viena, Austria,  los seguidores que desarrollaron el género con matices locales. Uno de ellos fue  Franz Von Suppé;  Suppé estableció una nueva variante: la opereta vienesa; otros compositores se sumaron al grupo creado en Viena y nombres como Johann Strauss II, Genée, Hellmesberger y otros  se asociaron a la opereta. El nuevo género causó furor entre la burguesía y las clases bajas. De ese modo, Offenbach a la cabeza y tras él Suppé y Strauss,  el propio Johann Strauss hijo y otros,  contribuyeron a desarrollar, mucho más allá del drama romántico, la música ligera del siglo XIX y el precedente directo del espectáculo y la comedia musical en el XX con tanto eco posteriormente en el cine.


[1] Ludovic Halévy (1834- 1908) fue un autor dramático, y novelista francés. Libretista de operetas y ópera. Colaboró  en la composición de numerosos libretos especialmente, con Henri Meilhac (1831-1897); entre las obras que escribieron juntos están algunas de las más famosas de Jacques Offenbach: La Belle Hélène (1864); La vie parisienne (1866); La Grande-Duchesse de Gérolstein (1867) y La Périchole (1869); o Les Brigands (1869).  Henri Meilhac (1831-1897) asimismo francés, fue también autor dramático y libretista de operetas que trabajó como librero. Ambos, Henri Meilhac y Ludovic Halévy, escribirían además vodeviles y comedias. De talante distinto, puede ser que a juzgar por las obras firmadas  por Halévy junto a otros libretistas diferentes (Crémieux, Grangé,  Gille, Pol d’Arcy o Nuitter) como Ba-ta-clan,  Orphée aux enfers, Jacqueline o Le Carnaval des revues,  se dedujera un mayor ingenio, gusto o profundidad  de este pero tal vez menor imaginación que Meilhac a la hora de crear situaciones. Sin embargo colaboraron eficazmente con similar relevancia a  lo largo de veinte años. También Meilhac firmó junto a otros autores aparte de Halévy alguno de los libretos de Offenbach como el de Vert – Vert.

[2] El término operetta, palabra italiana que corresponde simplemente al diminutivo del término opera (“ópera”, en nuestro idioma y cuya  traducción literal sería por tanto “operita”) se refiere a una ópera que trata temas frívolos. Parece que los géneros derivados de la Ópera ‘seria’ hubiesen basado su sentido en salir precisamente de la seriedad y solemnidad del drama operístico tradicional.

A diferencia de la  Ópera cuyas  obras son enteramente musicales incluídos sus recitativos, la opereta combina fragmentos cantados con partes  habladas alternando música y diálogos. Con ello pone mayor énfasis en sus aspectos estrictamente dramáticos. El concepto de opereta se refiere   también a las estructuras  de su libreto y de su composición musical.  Compositores como Florimond Ronger y Jacques Offenbach aparecen entre sus impulsores. Por su parte, Florimond Ronger, que compuso Don Quijote y Sancho Panza, que suele citarse como la primera opereta de la historia, es para muchos el padre de este género.  Jacques Offenbach, después de haber asumido en 1849 la dirección del Théâtre Français,  compuso y estrenó una serie de obras líricas que consideraba pertenecientes al género ópera bufa, aunque paulatinamente fueron siendo consideradas dentro del  género de la opereta por los estudiosos. La opereta influyó desde  luego en la génesis y el desarrollo de los géneros nacionales como la Zarzuela o el Sainete y la Revista, que adoptaron algunos de sus rasgos. Se ha identificado la zarzuela con la opereta, sobre todo porque contiene partes habladas, sin embargo  la zarzuela parte de  otros géneros europeos. Y en ese sentido la zarzuela sería más bien el equivalente español de la opéra-comique francésa o del singspiel alemán. Dichos géneros se caracterizan por producir representaciones teatrales y musicales en las que, a diferencia de la ópera propiamente dicha, se alterna música con partes habladas o declamadas.

[3] La ópera cómica(«opéra-comique ») es un género lírico surgido en el siglo XVIII a partir de la comédie-ballet. Surge en París y con el tiempo, se creará un teatro dedicado exclusivamente al género, el Teatro Nacional de la Opéra-Comique. La ópera cómica traslada sus personajes a un ambiente contemporáneo y sale de la grandilocuencia de la  Ópera seria77 tradicional para incurrir muchas veces en un tono jocoso que busca su éxito en una audiencia popular.  Utiliza con mayor profusión el dúo o el conjunto vocal y apenas el aria ‘da capo’. A la vez voces de registro y tesitura más baja sustituyen en gran medida a las más altas. También su producción material es bastante  menos costosa. Los especialistas, vinculan la opereta parisina con la ópera-comique.

[4] Contraponiéndose del mismo modo a la  Ópera seria y desarrollada  en Nápoles en la primera mitad del siglo XVIII desde donde se difundió a Roma y norte de Italia, la “Ópera bufa” (del italiano opera buffa, denominada asimismo ‘commedia per musica’ o ‘dramma giocoso’ per música. Se desarrolló en Nápoles, Roma y  norte de Italia en la primera mitad del siglo XVIII.) es una ópera con un tema también cómico. De acuerdo a los especialistas, la opereta está vinculada a la  ‘ópera-comique’. Pero además Ópera cómica y  Ópera bufa son asimismo  géneros prácticamente similares. La tradición de  la ópera bufa se mantiene aún y todavía se  introducen en los conciertos donde se interpretan obras de Offenbach algunos números de cierta ‘comicidad’ ‘ingenua’ o tierna como evocación del género.


Referencias:

-Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Jacques Offenbach. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).

-Yon, Jean-Claude: Jacques Offenbach. Éditions Gallimard, París, 2000.

PERFILES por Emilio Segovia Jacques Offenbach y la opereta parisina

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