MARÍA PIZARRO: «SI QUIERES HACER LA POESÍA TU PROFESIÓN, ES COMPLEJO, VOCACIONAL Y REQUIERE UNA DISCIPLINA».

Por: Isabel Rezmo


La poesía es un lugar reivindicativo. Un lugar para vernos, para conocer nuestras limitaciones, nuestras heridas. Nuestras posibilidades o nuestro afán.

El poeta se desgasta y se regenera, se convierte en una piedra angular para sí mismo y para los demás. Para el mundo que le rodea. No importa la realidad que vivas, o las inclemencias o variables que desate la rutina diaria.

Las posibilidades son infinitas y su figura se enaltece, no por lo externo, que eso es la capa que nos envuelve y nos muestra lo exterior o lo más inmediato. La poesía es un medio para convencernos de nuestros propios valores y nuestra posición. Este es el caso de la poeta que Proverso trae este mes: la cordobesa Maria Pizarro.

En estos años pensar en Córdoba es pensar en Maria Pizarro. Pensar como poeta, como mujer comprometida.

María Pizarro, poeta y actriz nacida en Conquista (Córdoba) Experta Universitaria en Criminología y Licenciada en Arte Dramático.
Es la coordinadora en Córdoba del “Festival de poesía y arte “Grito de Mujer” y de la Antología Digital “Quejío, Córdoba con Grito de Mujer”. Su obra poética se recoge en diversas revistas y antologías de España y América.
Ha publicado los libros “Lyrica 75” (Editorial La Fragua de Metáforas, 2011) “Miembro fantasma” (Editores Florentinos, 2015) con el que obtuvo el Premio Solienses. En 2017 publica “Caja de Retratos” (Detorres Editores) El libro de haikus “La libertad de la herida” con la Editorial Iruya, presentando en Buenos Aires y Montevideo, fue publicado en 2019. Miembro del comité organizador de la Iª Feria del libro Hispanoárabe, organizada por el Circulo CIHAR, celebrada en Córdoba en enero de 2017, presentó la edición bilingüe árabe-español del capítulo “Miembro fantasma” de su libro homónimo. (Editores Florentinos, 2017) Pertenece a la corriente Crue Poétique, y algunos de sus poemas han sido traducidos al francés.

RP- ¿Cuándo te acercaste a la poesía por primera vez?

MP: En la escuela, cuando tenía 12 años. Cuando nos trasladamos a vivir a Córdoba desde mi pueblo natal, Conquista.

RP: ¿La poesía es un don, una vocación?

MP: Escribir poesía tiene un poca de los dos. El lenguaje poético, que no es sencillo para una niña, lo practicas como un juego. Es una habilidad como jugar a la goma, por ejemplo, que era lo que hacían otras niñas cuando llegué al barrio de Cañero a finales de los setenta. Pero ya si quieres hacer de ello tu profesión, es complejo, vocacional y requiere una disciplina.

RP: ¿Dónde encuentras tu “voz poética”?

MP: En la calle, en los libros, en el cine…

RP: Escritores/poetas que te hayan marcado especialmente?

MP: Rosalía de Castro, García Lorca, Rafael Alberti, Cernuda, son autores de mi juventud. Con este último llegué a montar un espectáculo teatral con dos actrices cordobesas.  Ahora leo a poetas hispanoamericanos.

RP: ¿Algún verso que recuerdes especialmente?

MP: “El amor, cuando cabe en una sola flor es infinito” de Antonio Porchia, me acompaña desde la adolescencia.

RP: ¿La poesía nos domina?

MP: Al contrario, nos hace libres, nos permite pensar.

RP: La actualidad poética nos viene marcada por esta terrible pandemia. ¿Para el poeta crees que va a suponer nuevas perspectivas creativas, de expresión; incluso de comunicación?

¿Cómo analizas esta situación?

MP: Lo que en principio podría parecer muy frío, como escuchar un recital en la pantalla del ordenador, ha permitido acercarnos a grandes festivales internacionales que para mí era impensable hace unos años.  Eso ha sido un avance, que creo que ha venido para quedarse, el uso de las nuevas tecnologías. Sin embargo, como individuo, la situación me ha desbordado: he sufrido con el dolor de los demás. Es más, he perdido a un ser querido y he pasado la enfermedad.

RP: ¿Qué ha supuesto para ti organizar junto a Sergio Carlos Pérez Rodríguez en estos años, Grito de Mujer?

MP:  Es una experiencia muy enriquecedora y es una lucha silenciosa. Mientras continúen produciéndose asesinatos de mujeres de manos sus parejas o exista una muerte más por el hecho de ser mujer, no me quedaré tranquila si ese año no organizo junto a Sergio Pérez el Festival: es un compromiso personal con las víctimas. Hemos creado una familia en torno a Quejío, Córdoba con Grito de Mujer. Y esta familia de artistas solidarios: músicos, poetas, artistas plásticos cada vez es más grande, y espero que perdure, que veamos juntos el cese de la violencia a las mujeres y niñas. Es cuestión también que las leyes nos amparen.

RP: “La libertad de la Herida es tu último libro”. Un libro de Haiku que has publicado con la editorial Iruya en 2019. ¿Las heridas en cierta manera nos liberan, atajan el dolor para encontrar un rastro que defina la liberación? ¿Dependemos de ellas? ¿Qué ha significado este libro para ti?

MP: Este libro es una mirada al mundo y al dolor ajeno, que es una de mis grandes preocupaciones como creadora. He utilizado la forma japonesa con cierta libertad y me he permitido hacer poesía social. Dejo un ejemplo:

En las cunetas
con latas olvidadas
los fusilados.

RP: ¿Para terminar qué proyectos tienes en mente?

MP: Algunos proyectos quedaron en el tintero por la pandemia. Espero retomarlos,  y proseguir con la andadura de La libertad, que salió a finales de 2019.

RP: Gracias María por tu tiempo

MP: Gracias a vosotras. El tiempo está para eso, para compartirlo.

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