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ELEGÍA: ALFREDO PIQUER

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero


El poeta Alfredo Piquer bajo el título “Elegía”, publicado en Huerga y Fierro editores, nos muestra un paisaje donde la memoria, tanto familiar como la de aquellos amigos que dejaron su huella, es la piedra angular. “Mi madre mientras cose las muñecas / de la guerra, mi madre entre banderas rojigualdas, católica, de blanco / como un lirio entre los lirios”. Este poemario nos atrapará desde la primera de sus páginas hasta la última. Haciendo más que evidente que este magnífico poeta se mueve como pez en el agua entre los poemas de este libro.

En una primera lectura podemos apreciar las luces y las sombras que envuelven este poemario, y que nos acompañarán a lo largo de todo nuestro periplo poético. Nos encontramos ante un canto íntimo, llegando a veces a la más profunda nostalgia.  “Ahora que el bramido del tiempo y del absurdo/ se ensordece y se apaga lentamente / y la memoria pugna por restañar su herida; …” 

Dividido en cuatro partes y un epílogo, en el fondo y forma es un poemario vivo, afilado y rico de matices, un poemario que da muestras de las vivencias, anhelos y esperanzas del autor. En lo formal, Alfredo Piquer opta por el verso libre. Dando así una mayor  intensidad y dramatismo a la obra y haciendo que sean sus versos cortantes como cuchillos que necesitan llegar al alma, y así comprenderse en lo más profundo de nuestro ser. Todo esto propicia cierta sensación de vértigo, que nos precipita en la lectura díscola y nerviosa de todos los versos que forman dicho poemario y que habrán de formar parte de las baldosas que van cimentando nuestra opinión como lectores. Se nos muestra una maraña de latitudes poéticas, desde el poema corto, que nos deja hambrientos, al poema largo que nos deja saciados, aunque con ganas de un nuevo poema del que seguir alimentándonos. Cada sensibilidad rescatará de esta cantera de sentimientos su propia conclusión, su propio yo, su propio sentir  tejido en la telaraña de este genial poeta a lo largo de todos y cada unos de sus versos. “Callada y abatida bajo el trazo que escinde / el resplandor del pelo y de los labios y la niebla y la nieve desplegando su frío / blanco sobre la falda”.

La lectura de este poemario forja una comunicación estrecha e intima entre poeta y lector, una suerte de solidaridad que nos lleva a sentir en nuestra propia piel cada una de los anhelos que forman parte de este libre. Alfredo Piquer, a través de un lenguaje rico en matices, en metáforas, nos conduce a través de la nostalgia, la soledad, la angustia de la ausencia y de la pérdida más sentida y arrebatada «Porque solo la muerte supone la única huida / del largo desamor y la miseria».  Nos sitúa en el mismo centro de la acción, de su experiencia  vital. Y nos hace dejar nuestra posición de meros lectores, para hacer nuestro su universo emocional, para compartir un sentimiento, que todos hemos sentido a lo largo de nuestro viaje en la vida. “Mece la cuna Elizabeth enajenada y triste, / mirando el vacío…”.

Debo incluir necesariamente, la temática mitológica tan ligada a la figura de “Ulises”, que Alfredo Piquer deshila de manera magistral “Odiseo está loco, solo a él le obsesiona / optar por la memoria, si al final, como a todos, / solo le espera la muerte…” También viaja en esta obra el recuerdo a sus poetas románticos, tanto alemanes como ingleses.

Este es sin duda un poemario que no se debe dejar de leer, que no nos dejará indiferentes ante su lectura y posterior compresión, y que recomiendo a todo aquel lector que sienta preferencia por la poesía con cierta reminiscencia romántica, que se sienta atraído por las profundidades del sentir humano. Por la poesía desgarrada que nos lleva a pensar que una vez perdimos la luz y que nuestros días se nublaron en una profunda desesperanza, pero que siempre hay un resquicio que nos llenará e iluminará de nuevo el camino.


ELEGÍA

Autor: Alfredo Piquer

Editorial: Huerga y Fierro Editores

ISBN: 9788412226614

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FRANCISCO DELGADO-IRIBARREN CRUZ, «CIEN EPIGRAMAS DEL CONFINAMIENTO»

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero


Desde el ingenio y la sátira, con una gran precisión y agudeza Francisco Delgado-Iribarren Cruz nos hace respirar el aire puro de la esperanza a través de los epigramas que dan cuerpo y nombre a su libro “Cien epigramas del confinamiento” editado por la editorial Poesía eres tú.

 “Tenemos a un Salvador
al frente de Sanidad.
Qué lástima que su nombre
no sea una realidad”

En este poemario se aborda la temática del COVID-19, e invita al lector a través de la sátira a una profunda reflexión sobre el momento que estamos viviendo. A través de estos poemas breves el autor nos embarca en un viaje a través de su experiencia personal, nos habla sobre nuestra forma de vivir la pandemia, sobre los políticos, sobre la sociedad, sobre el CONFINAMIENTO en letras mayúsculas, y esto lo hace a través de un lenguaje sencillo y sin florituras, que haremos nuestro porque en el trasfondo de cada poema está nuestra propia vivencia, nuestra propia vida. Es importante señalar que la belleza de estos poemas recae en la utilización de recursos variados, fonéticos y léxicos, la estética también es palpable en la estructura y la ortografía, tan cuidada.  

 “A un hombre toledano
le multaron varias veces
por andar, pecera en mano,
“paseando” a sus peces”

El libro está formado por un soneto que comienza nuestro periplo y por cien epigramas, originariamente es una composición poética que consta de dos redondillas con rima independiente, en la que los versos son octosílabos, con rima  asonante o consonante. Aunque no en todos cumple rigurosamente con la métrica, podemos decir que la rima se mantiene, ya que en la actualidad este tipo de estrofa puede tener más o menos versos, pero siempre manteniendo su brevedad a la hora de expresa un solo pensamiento festivo o satírico de forma ingeniosa, en lo cual el autor ha mostrado su gran destreza. “En un taxi el otro día / lo siento, es lo que hay, / me preguntó el taxista / -¿Tiene el virus? / -SÍ -, le dije. / – Pues cójase el Cabify” Como ya hemos señalado antes, es característico del epigrama su tono satírico, irónico e, incluso, sarcástico, lo que hace que su lectura sea amena, reflexiva y en muchos casos arranque de los labios del lector la sonrisa pícara que nos lleva al centro de la acción, pues este libro no es solo un poemario es también un libro que nos habla de la cotidianidad con la que estamos tratando la pandemia en España,  nuestros usos y costumbres, también es un libro crudo con rimas afiladas con las que sentiremos tal vez rabia o impotencia por el devenir de los días y el futuro que se nos muestra tan incierto, pero con ese filo de esperanza con que el autor marca el recorrido poético de esta su obra. Francisco Delgado-Iribarren muestra su gran maestría a la hora de escribir este tipo de composición, dejando un mensaje claro y conciso.

 “Cierto doctor, muy clarividente,
dio un consejo a la plebe:
“No cojáis el COVID-19,
porque pronto sacarán el 20””

La brevedad de los poemas hará que su lectura sea vertiginosa, hasta llegar al abismo en el que nos reconocemos y hacemos nuestro el verso, porque somos los protagonistas. El poeta nos habla en primera persona, creando un yo poético, un yo real y accesible al lector, al que habla directamente, acortando la distancia. Algunos poemas están escritos en tono de consejo, mostrando aquello en lo que está en desacuerdo.

 “Mis mejores compañeros:
inclinación a ser Vago,
algunos hobbies caseros
y plataformas de pago”

Cien Epigramas del Confinamiento de Francisco Delgado-Iribarren Cruz, es un canto a la reflexión, pero también a la esperanza; todos los poemas nos muestran tal como somos, tal como vivimos esta nueva realidad que nos ha cogido por sorpresa y que nos ha hecho descubrir que todos somos humanos con nuestros defectos y virtudes, que debemos aprender, en algunos casos, a ser más responsables y empáticos. Es este un hermoso libro que responde a esta sociedad en algunos casos tan fría e indolente, un libro necesario para los días que corren.


Cien Epigramas del Confinamiento

Autor: Francisco Delgado-Iribarren Cruz

Editorial : Poesia eres tu

ISBN-10 : 8417754652

ISBN-13 : 978-8417754655

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SIDDHARTHA EL CONOCIMIENTO DEL “YO” A TRAVÉS DE LA EXALTACIÓN DE LA VIDA

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero


Siddhartha fue publicado en el año 1922 por Hermann Hesse. Esta En esta corta novela inspirada en la vida de Siddhartha Gautama, Hesse no pretende reproducir fielmente la historia ni los mitos asociados al fundador del budismo. De hecho en la narración de la novela de Hesse se incluyen episodios inexistentes en la narración original. Estamos ante una de las obras más representativas del pasado siglo y que ha ejercido una gran influencia en la cultura occidental.

Esta novela fue concebida por el autor como una suerte de  ejercicio espiritual orientado al conocimiento del yo y a la exaltación de la vida, ya que es necesario saber quién eres para apreciar el valor real de las cosas. En una carta a Stefan Zweig, Hesse reconoce muy a su pesar: “¡uno se conoce tan poco”.  En su viaje a Italia en 1903, el escritor profundiza en su convicción de que la literatura debe estar en un segundo plano con respecto a la vida. Ya que no quiere convertirse en un erudito escondido tras las hojas de un libro, más bien quiere ser un paseante, un vagabundo. Vivir sin preocuparse por nada, formar parte del latido de la vida y no ser un mero espectador de las horas que pasan.

«Y en ese mismo instante en que el mundo que lo rodeaba pareció desvanecerse y él se quedó solo como una estrella en el firmamento, en aquel momento de frialdad y de desánimo, se irguió un Siddhartha más sólido y fuerte, más consciente que nunca de su propio Yo.«

En el año 1911 viaja a Ceilán e Indonesia, tratando de buscar una renovación espiritual, ya que no comulga ni con dogmas ni ortodoxias. Hesse entiende que el corazón del “hombre” siente un profundo anhelo de transcendencia. Pero defiende que la búsqueda de lo divino no debe privarnos de la vida, no podemos renunciar a ella durante el camino de búsqueda. Pero no debemos confundirnos, la materia no es deleznable, el paraíso se encuentra entre nosotros, en la tierra, Dios se halla en la naturaleza y por ende debemos escuchar nuestra voz interior.

“Cuando alguien busca, fácilmente puede ocurrir que su ojo sólo se fije en lo que busca; pero como no lo halla, tampoco deja entrar en su ser otra cosa; no puede absorber ninguna otra cosa, pues se concentra en lo que busca.”

El libro está dividido en tres partes, haciendo tal vez una clara referencia a los tres actos aristotélicos o a la trinidad. Esta división corresponde a la juventud, madurez y vejez del personaje. Siddhartha aúna en su viaje hacia la sabiduría: humanidad, desdicha, juventud y vejez, paz y angustia, codicia y ascetismo, riqueza y no pobreza… nos introduce en su mundo, su cultura y sus pensamientos, vemos como va evolucionando, cambiando para llegar a la plena sabiduría y como no, a la gran y tan esperada “verdad”.

Cada parte se divide en cuatro capítulos que forman escalones ascendentes, en total 12 espacios como los doce meses o los doce apóstoles. El libro termina con una explicación en términos cristianos de todas las conclusiones a las que llega el personaje, esto hace al libro más accesible al lector de la época.

En sus páginas, el autor ofrece todas las opciones espirituales del hombre. Herman Hesse buceó en el alma de Oriente a fin de aportar sus aspectos positivos a nuestra sociedad, ya que sostenía que «La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo.»

Siddharthadeja su vida acomodada para buscar la sabiduría y encontrar las respuestas a muchas dudas sobre el «yo», el destino y otras preguntas que se plantea el ser humano. Al dejar atrás su vida como hijo de un brahman, busca su propio camino, en este, nos va descubriendo cronológicamente  sus pensamientos y emociones con ellos nos suscitará infinitas reflexiones. En su búsqueda le acompañará su amigo Govinda. Ambos pasarán por distintas fases y estilos de vida, con nuevos renaceres.

«Esto es lo que me las hace tan entrañables y dignas de respeto: son mis semejantes. Por eso puedo amarlas. Y he aquí una doctrina de la que vas a reírte: el amor, Govinda, me parece la cosa más importante que existe.»

Por lo que este libro no solo habla sobre la vida del personaje de un modo aséptico, también habla sobre la amistad y el amor entretejiendo los principios budistas. Siddhartha es la encarnación del ideal budista sin ser el Buda (la palabra Buda se puede traducir como «el despierto», «el iluminado»). Este encuentra la sabiduría después de una vida plena en todos sentidos. Dicha vida se parece a la de cualquier hombre y en algunos momentos, los menos, es excepcional. En el libro Siddharta lucha en su búsqueda de la sabiduría y la felicidad, queriendo vencer el dolor, habla con el Buda, este le muestra su conocimiento de la doctrina y expresa el error que ha encontrado en ella. El maestro lo escucha, lo felicita, le desea lo mejor y al final le hace notar que también hay un error en su análisis, en sus palabras. Es decir, Hesse se da tiempo de jugar al abogado del diablo y ejercer la autocrítica.

“El saber es comunicable, pero la sabiduría no. No se la puede hallar, pero se la puede vivir, nos sostiene, hace milagros: pero nunca se la puede explicar ni enseñar.”

Nos encontramos, pues, ante una gran obra, corta, pero intensa y difícil de reseñar debido a su aspecto intimista y su carácter introspectivo. Tiene párrafos para leer y releer, para reflexionar, por lo que cada lector sacará diferentes sensaciones al leer esta obra, y también dependiendo del momento vital en el que la lea, se sentirá identificado con Siddhartha. 

Esta novela de Hesse, es una joya que todos deberíamos leer al menos una vez. Una novela que habla del yo y del ser humano, de distintos modos de ver y vivir la vida. Un libro para aprender y reflexionar. En definitiva un libro brillante.


Siddhartha

Autor: Hermann Hesse

Editorial : DEBOLSILLO

Tapa blanda : 216 páginas

ISBN-10 : 8499899854

ISBN-13 : 978-8499899855

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«VIVE» DE SANDRA ESCUDERO GARCÍA

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero


Acabo de releer el poemario “Vive” de la poeta Sandra Escudero García, la conclusión a la que he llegado es que esta poeta pisa fuerte y con personalidad en la escena poética contemporánea.  Su voz y su estilo tienen una huella propia que nos hace ir más allá de los versos en los que nos sumergimos al leer el libro.

“Vive” es un libro estructurado en 58 poemas, de extensión breve en su mayoría, a través de los cuales la poeta trata de darnos un solo mensaje “Carpe Diem”, aprovecha el momento porque el futuro es ahora y no espera para ser pasado. “El tiempo es el contexto donde todo ocurre, / es la cuna, la cama y el abrigo de una tumba.” “es la elegía futura de tu inexistencia. / Vive…”

Así pues, nos encontramos ante un paisaje humano, en el que cada verso cumple la misión de comunicarse con el lector a través de unos caminos trazados y ordenados bajo la visión poética de Escudero “¡pero qué le está pasando al mundo! / Parece que se nos hubiera vaciado el alma…” y es que deberíamos preguntarnos más a menudo ¿Somos individuos sin alma, cuando actuamos como parte de la “masa”, como parte de la sociedad que nos oprime y nos hace seguir unos cánones a menudo desnaturalizados?. Este poemario es un canto, un homenaje a la vida vivida desde el alma, con total honestidad, saboreando cada segundo, un poemario que habla de amor de ahí su dedicatoria, “A mi padre, / que ha desafiado al tiempo /  y ya es infinito. / Porque sin él yo no hubiese sido, / ni sería, / ni soy” es un libro original por el uso de las metáforas con las que Sandra Escudero trata de llegar al lector haciéndole partícipe de sus vivencias, de su dolor, dudas, inquietudes. Vivencias estas comunes a todos los que surcamos este oleaje caótico que es la vida, pudiendo decir, que cada uno de estos poemas es un canto a la universalidad de la palabra hecha voz poética.

El libro fluye a través de una arquitectura de palabras bien distribuidas y organizadas en las que surge la creación del verso, primero, y luego el poema como fin conseguido. La autora se confiesa en uno de sus poemas “No puedo vivir sin escribir / ni escribir si no estoy viviendo / respiro a través de mis dedos”, este punto de vista sobre la creación hace que su poesía sea una necesaria comunicación con el otro. Será posible esta comunicación a través de sus versos, a través de los distintos prismas de la vida (amor, amistad, contemplación, reflexión, muerte…) será el cauce o puente para llegar al otro. En esta búsqueda de hallazgos continuos, de emociones, surgirá la palabra, el verso, el poema. “Me niego y reniego del hoy porque me falta tu cariño…”

La poeta trata de plasmar sus reflexiones a base de experiencias propias “…la vida se me escapa / entre las manos de la perfección social que me juzga / y empuja.”, y nos va deslumbrando con flases que forman parte de la vida cotidiana. “Qué equivocado está el que todo cree saberlo” nos dice, y nos ilumina con poema a poema con la necesidad de ser persona, comunicadora, compañera de viaje. “Me engancho a la vida si me abrazas…”

Sandra Escudero García, “Vive”,  a través de breves pensamientos o reflexiones, nos ofrece unas pinceladas frescas sobre: el tiempo, la vida, la muerte, el amor, lo cotidiano. Porque este poemario es en sí un extenso homenaje a las personas, así se dirige con su voz, sus versos, su poesía a todo aquel que se sumerge en sus palabras y las hace suyas… suyas porque este vivir lo construimos entre todos.


Vive
Sandra Escudero García
Edición Punto Didot
Edición 1ª ed. (24/02/2020)
Páginas 96
ISBN 8418290072
ISBN-13 9788418290077

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FRANCISCO DELGADO-IRIBARREN CRUZ | ESTE JUEGO ES INFINITO

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero

Bajo el título “Este juego es infinito” el autor, Francisco Delgado-Iribarren Cruz, nos presenta esta obra asequible para todos los públicos, ya que expresa de manera clara el simbolismo propio del lenguaje poético.

El paseo discurre a lo largo de sesenta y cuatro sonetos escritos con exquisitos versos repletos de metáforas que nos revelan la primera de ellas presente ya en su sugerente título: la estrecha conexión entre el juego del ajedrez y la vida. “El ajedrez es sombra de la vida, / pero en la vida no cabe el empate: / la vida siempre acaba en jaque mate” (C3 Carlsen vs. Caruana pág. 46)  Y es que en el ajedrez podemos encontrar muchas “coincidencias” (y curiosidades) esotéricas y simbólicas con referencia a la vida en su máxima expresión.

La temática es de corte muy íntimo, hallamos la soledad, el dolor, el desamparo, la miseria humana, la felicidad, el amor, etc. pero, sobre todo, los versos que priman son los del descubrimiento y vivencia cotidiana, la que se alimenta de la Ilusión, la que necesita echar de menos, la que no está atado a los convencionalismos sociales, la que se reserva para la mirada del poeta, la que hace disfrutar de la vida de forma plena “Entre sangre, sudor, lágrimas, fuego, / discurren los minutos de este juego, (la vida)/ hecho para sufrir y para amar” (D2 La guerra pág. 39). Así podemos señalar que en su significado más básico, el ajedrez es una representación de la arquetípica batalla entre el bien y el mal. Si trasladamos este juego al quehacer diario, cada acción es como una jugada. En líneas generales, si el ser humano realiza buenas acciones (buenas jugadas), le irá bien; si realiza malas acciones (malas jugadas), le irá mal. Es una manera de enseñar la Ley del “Karma”.  “La violencia es su máximo exponente, / la partida en su gran encrucijada, porque sin ellas nada será igual” (E5 Choque de damas pág. 64)

De este modo, el autor nos invita a reflexionar indicándonos que, si tomamos la poesía como modo de habitar el mundo, el juego del ajedrez deviene eterno, sus jugadas darán paso todos los días a un nuevo despertar, sin importar la estación del año en la que nos encontremos porque es vida que se alimenta del instante, fuera de los límites del tiempo, y sólo ella nos da la oportunidad de conocer todo puro que en ella habita “¡Hacedor de impensables sacrificios! / ¡Cruel pirómano y gánster del tablero! / ¡Brujo, malabarista, gran trilero! / ¡Adalid de virtudes y de vicios! (D3 A Mihail Tal pág. 47)”. El autor nos muestra a lo largo de todo el poemario que la finalidad del ajedrez no es solamente lúdica, sino también didáctica, pues a través de este juego se transmiten muchas enseñanzas para el vivir. En mi opinión, definiría esta obra como un despliegue detallado de la vivencia de aquello que forma parte de la naturaleza humana, sin olvidar ningún matiz contenido en esta. A través de cada poema, de cada jugada el ajedrez enseña planificación, concentración, análisis; nos muestra que la victoria es consecuencia del esfuerzo y los aciertos propios y, por tanto, la derrota es consecuencia de los errores propios. Nos instruye sobre táctica, estrategia y lógica.  No es un juego de azar, es un juego racional que nos enseña a tomar decisiones y nos ayuda a desarrollar confianza, paciencia y disciplina.

Es una obra que recomiendo como imprescindible para aquellos que aman la poesía, que son exigentes en sus lecturas, que buscan sentir emociones a través de los libros, pues nos encontramos con un tipo de escritura contemporánea que conserva en sí misma el lenguaje metafórico de los poemas clásicos y que es capaz de transportarnos al interior de la esencia humana a través de la mirada del poeta y del juego del ajedrez. ¡BUENA LECTURA!


Este Juego es infinito
Francisco Delgado-Iribarren Cruz
Editorial: Poesía eres tú
Prólogo: David Coll

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FERNANDO PESSOA: «EL LIBRO DEL DESASOSIEGO»

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero

Escribe Fernando Pessoa en este libro, “Sueñe lo que sueñe, siempre me quedo donde estoy” este libro condenado a ser eterno ya que mantiene plena y perfecta su vigencia, y el pasar del tiempo no hace sino darle a las voces que de él fluyen el perfume de la actualidad más palpable, y que sin lugar a dudas sus lectores confirmarán a lo largo de los años venideros.

“El libro del desasosiego” es el maravilloso diario íntimo de un ayudante de contable en la ciudad de Lisboa en los años 30 “Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención.”. Atribuido por su autor a Bernardo Soares, «personalidad literaria de Fernando Pessoa» del cual dijo «soy yo menos el raciocinio y la afectividad”.

En él, su protagonista plasma sus divagaciones y ensueños, sus reflexiones estéticas, filosóficas y literarias, contraponiéndolos a lo gris de su vida cotidiana “La conciencia de la inconsciencia de la vida es el más antiguo impuesto que recae sobre la inteligencia.”. Esta obra se mantuvo inédita hasta el año 1982, y se puede decir que el Libro del desasosiego es probablemente la principal obra en prosa de Fernando Pessoa, fue escrita durante la mayor parte de la vida del escritor portugués: desde 1912, aproximadamente, hasta el mismo año de su muerte. Ha sido elogiado por la crítica como una de las obras más bellas del siglo XX, y en él se entrelazan el ensayo, el poema en prosa e incluso lo narrativo y descriptivo.

Una de las principales aportaciones de Fernando Pessoa a la literatura es la adopción de la filosofía como medio de comunicación a través de la cual se produce la sanación de aquellas personas cuya inteligencia convierte las horas en alientos solitarios. La soledad me desoía; la compañía me oprime. La presencia de otra persona me descamina los pensamientos; sueño su presencia con una distracción especial, que toda mi atención analítica no consigue definir.”  Esto hace que el lector se sienta atrapado y aludido en cada línea de la obra.

Podemos decir de este libro que es extenso e intenso. Que ha sido construido de sueños y de realidades concretas. “No sé de un placer mayor, en toda mi vida, que el de poder dormir. El apagamiento integral de la vida y del alma, el alejamiento completo de todo cuanto es seres y gente, el no tener pasado ni futuro.” Entre sus páginas parece que todo el ser humano tiene lugar, tiene cabida, ya que el poeta puede leer todo aquello que permanece dentro del alma. Al paso de su lectura, sea cual sea el paisaje que trazan las palabras cabe preguntarse si alguien, algún lector, podría llegar a plantearse: que en esas páginas se haya bordado el camino de su vida. ”Quien vive como yo no muere: se acaba, se marchita, se desvegeta. El sitio donde estuvo sigue sin él estar allí, la calle por donde caminaba sigue sin que él sea visto en ella, la casa que habitaba es habitada por no él.” A excepción, tal vez, en los textos de índole descriptiva, pero aún en estos; por la forma que tiene el autor de describir, de contemplar el lienzo de los minutos, es difícil escapar al embrujo que se siente como hipotético como co-protagonista de lo escrito. Podremos señalar de este modo que se trata de un libro elaborado esencialmente de pasajes, de fragmentos, si bien la conclusión es que se trata de un libro perfectamente unitario. Para comprender, me destruí. Comprender es olvidarse de amar. No conozco nada más al mismo tiempo falso y significativo que aquel dicho de Leonardo da Vinci de que no se puede amar u odiar una cosa sino después de haberla comprendido.

Puedo concluir, después de leer el libro, diciendo que el destino del hombre está unido al ámbito de la soledad interior. Que la libertad adelgaza como una sombra quedando en la mera silueta de la nada, que los sueños son reflejos de un anhelo que está por descubrir, que lo cotidiano aletarga el aliento de nuestras vidas. Y solo me cabe reconocer, al fin, que nada y todo son  una misma cosa a sabiendas de cuanto el tiempo ha de venir a significar para nosotros.


Libro del desasosiego
Fernando Pessoa
Alianza Editorial
Madrid, 2016
ISBN: 978-84-9104-213-6

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LEWIS CARROLL: «LA CAZA DEL SNARK» | LA BITÁCORA DEL «SIN SENTIDO»

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero

El relato de “La ca­za del Snark” de Lewis Carroll, es un texto singular y apasionante. Resulta singular porque contiene humor, ingenio, cultivo del absurdo, invención de términos y la creación de un ambiente irreal habitado por unos personajes delirantes. El efecto que en el lector ejerce esta fórmula carroliana, llevada al extremo en este poema épico, es una fascinanción intensa. Al placer de seguir una acción desbocada se suma la perplejidad ante su significado. O, pa­ra ser más exac­tos, el in­te­rés que ejerce sobre el lector el hecho de leer un poe­ma que es un sin sen­ti­do den­tro de la obra del pro­pio au­tor en el que nos en­se­ña la pers­pec­ti­va de qué ocu­rre cuan­do el sin sen­ti­do en­cuen­tra, den­tro de su pro­pio sen­ti­do, un afue­ra de sí mis­mo. Esta perplejidad es un incentivo de la lectura, pues incita al juego de buscar sentido a las situaciones y, muy especialmente, al desenlace de la acción.

Pero: ¿Qué significado tiene la historia? ¿Qué representan los personajes de la expedición? ¿A qué simbolismo remiten los animales fantásticos que aparecen en el poema?

“La ca­za del Snark”  es ex­cep­cio­nal en el sen­ti­do de que esta obra de Lewis Carroll es el úni­ca no trans­cu­rre en el país de las ma­ra­vi­llas, es­tá es­cri­ta en ver­so y lo pri­me­ro que es­cri­bió de ella fue su ver­so fi­nal. Aunque es­to no pa­rez­can más que da­tos irre­le­van­tes o, en cual­quier ca­so, he­chos que tie­nen más de in­tere­san­tes en un es­tu­dio li­te­ra­rio, en reali­dad nos apor­tan una cier­ta can­ti­dad de in­for­ma­ción que qui­zás se po­día es­ca­par den­tro de un aná­li­sis ba­sa­do en la nor­ma­ti­vi­dad del sen­ti­do de Lewis Carroll; en tan­to ra­ra avis, “La ca­za del Snark” es una re­cen­sión so­bre la ex­tra­ñe­za, del sin sen­ti­do, den­tro de la obra de Lewis Carroll.

EL re­la­to se de­fi­ne des­de el pri­mer mi­nu­to co­mo un irre­ve­ren­te ac­to de per­ver­sión de to­dos los có­di­gos que le su­po­ne­mos co­mu­nes a Alicia. Como ya he dicho no trans­cu­rre en el mis­mo lu­gar que el res­to de la obra de Carroll, no es­tá escrito del mis­mo mo­do y es­tá co­men­za­do por el fi­nal. Aquí el “sin sentido” es uti­li­za­do en su ter­mi­no­lo­gía más exac­ta, co­mo una per­ver­sión del len­gua­je pa­ra sub­ver­tir cual­quier idea pre­con­ce­bi­da que tengamos so­bre las pa­la­bras en sí; a diferencia de las historias de Alicia que es­ta­ban repletas de un sin sen­ti­do fí­si­co, de una lo­cu­ra exis­ten­cial en tan­to tal, el Snark es una con­ca­te­na­ción de me­tá­fo­ras del sin sen­ti­do.

No nos de­be­ría re­sul­tar ex­tra­ño, por lo tanto, que Lewis Carroll eligiera para este relato el formato del poe­ma, por ser este tal vez más me­ta­fó­ri­co que los tex­tos en prosa, ya que pa­re­ce que el sim­bo­lis­mo y la me­tá­fo­ra son ca­si un te­rreno don­de se le es per­mi­ti­do de for­ma abier­ta, y no en for­ma de ex­cep­ción, a la poe­sía. Llegados a este punto debemos preguntarnos, ¿Qué va­lor tie­ne la me­tá­fo­ra? A lo cual nos responderíamos, la me­tá­fo­ra nos pre­sen­ta una reali­dad que no po­de­mos o no que­re­mos co­no­cer di­rec­ta­men­te a tra­vés de un ro­deo que nos per­mi­te ver­lo a tra­vés de su sim­bo­li­za­ción. Y esto tie­ne que ver con el sin sen­ti­do en tan­to pue­den ocu­rrir dos co­sas al res­pec­to: que lo que que­ra­mos de­cir pue­da ser nom­bra­do y, por tan­to, lo con­vir­ta­mos en un sin sen­ti­do; o que lo que que­ra­mos de­cir no pue­da ser nom­bra­do y, por tan­to, es un sin sen­ti­do en sí mis­mo (pa­ra no­so­tros) sien­do su in­ten­to de nom­brar­lo un sin sen­ti­do al alu­dir a al­go que ya no tie­ne sen­ti­do de por sí.

Bajo es­ta con­di­ción la me­tá­fo­ra nos de­ja en una ex­tra­ña po­si­ción con res­pec­to de la nor­ma­ti­vi­dad en uso del len­gua­je, pues pa­re­ce ser que es a tra­vés de ellas co­mo se con­for­man nue­vas pa­la­bras. Sólo cuan­do alu­di­mos a al­go con un sen­ti­do ul­te­rior al sen­ti­do ya nor­ma­ti­vi­za­do, cuan­do alu­di­mos al sin sen­ti­do pre­sen­te en el mun­do no­mi­nán­do­lo de al­gún mo­do sea cual fue­re es­te, es en­ton­ces cuan­do po­de­mos co­men­zar a nom­brar lo in­nom­bra­ble; aque­llo que no se pue­de nom­brar no se nom­bra has­ta que se me­ta­fo­ri­za y, a par­tir de allí, se crea una ima­gen da­da a tra­vés de la cual se en­tien­de li­te­ral­men­te. Es por ello que po­dría­mos en­ten­der que el sin sen­ti­do, no es só­lo al­go que no re­sul­ta ofen­si­vo sino que, en úl­ti­mo tér­mino, ayu­da a cons­truir el sen­ti­do ul­te­rior de una reali­dad en per­pe­tuo de­ve­nir pa­ra la cual ne­ce­si­ta­mos alu­dir cons­tan­te­men­te a tra­vés de nom­bres de los que es­tán des­po­seí­dos an­tes de su “bau­tis­mo”.

Pero ¿Qué es el Snark?, el Snark es un ani­mal des­con­cer­tan­te ya que es­tos tie­nen va­rias es­pe­cies den­tro de sí, dis­tin­guien­do los que tie­nen plu­mas y muer­den de aque­llos otros que tie­nen bi­go­tes y ara­ñan. Ahora bien es importante señalar, que al­gu­nos Snark no son propiamente Snark, sino que son Bujum (podríamos decir que es lo mismo pero no exactamente) por lo cual aun cuan­do los personajes in­ten­tan nom­brar­lo no pue­den. El Snark es una co­sa y el Bujum otra aun cuan­do son pa­re­ci­das, y en tan­to se ha de­ci­di­do que son co­sas di­fe­ren­tes no se les pue­de nom­brar co­mo la mis­ma sin caer en el pu­ro sin sen­ti­do. Sin em­bar­go ja­más se nos acla­ra que ha­ya al­gu­na di­fe­ren­cia real en­tre ellas, de he­cho pa­re­ce que la úni­ca di­fe­ren­cia en­tre am­bos es si ac­túan o no vio­len­ta­men­te con res­pec­to de los ma­ri­nos ‑y ni si­quie­ra es­to que­da del to­do cla­ro. He aquí el au­tén­ti­co sin sentido, el per­fec­to ejem­plo de cómo fun­cio­na la me­tá­fo­ra en el mun­do, ya que aun­que pa­ra no­so­tros no tie­ne sen­ti­do el cam­bio no­mi­nal, pa­ra los per­so­na­jes de la aven­tu­ra lo tie­ne y lo en­tien­den.

¿Qué es un Bujum entonces? Es aque­llo que si es con­fun­di­do con un Snark te en­vía al va­cío me­tá­fo­ri­co de la exis­ten­cia. Cuando un personaje confunde al Bujum con el Snark es acu­sa­do de ser una en­ti­dad sin sen­ti­do, un lo­co, y es arro­jado al sin sen­ti­do ab­so­lu­to don­de no ca­be más que ver co­mo una cla­rí­si­ma dis­tin­ción ha con­du­ci­do a un hom­bre a com­por­tar­se de un mo­do irra­cio­nal, de nom­brar a un ani­mal con el nom­bre de otro. Podemos decir entonces, que en “La ca­za del Snark” el sin sentido es el pre­ci­pi­tar­se ha­cia una reali­dad que no tie­ne sen­ti­do aquí y ahora, pe­ro qui­zás ten­ga sen­ti­do o en un fu­tu­ro o en otro lu­gar o pa­ra otra gen­te al es­tar su­mer­gi­dos en otras con­di­cio­nes fác­ti­cas de nor­ma­ti­vi­dad lin­güís­ti­ca en la so­cie­dad.

Concluyo mi análisis señalando que la interpretación de “La ca­za del Snark”  es una actividad inagotable y, a la vez, una invitación a reflejar las ilusiones y los temores de cada cual en estas agradecidas páginas de Lewis Carroll.

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MIGUEL ÁNGEL YUSTA: REFLEJOS EN UN ESPEJO ROTO

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero

Al fin he leído Reflejos en un espejo roto, de Miguel Ángel Yusta, este poemario que llevaba tanto tiempo en mi lista de pendientes imperdonables. Publicado por la editorial Lastura el pasado año 2019, es un periplo en el claroscuro del amor, dividido en diez partes, en las que el poeta se va deshojando pétalo a pétalo haciéndonos partícipes de ese gran dolor que el amor deja tras su marcha. “Vacío y soledad se dan la mano / y esa gota persiste. Ya son miles / que horadan con dolor hasta los huesos.” La particular ordenación de los poemas permite un ir y venir por las distintas fases del desamor, por los distintos episodios del dolor hasta llegar a la resignación y más tarde, ¿Por qué no? Dejar una ventana abierta a la esperanza.

En una primera lectura del libro es palpable la melancolía que se cuela por cualquier resquicio del verso, haciendo de su lectura una danza en la que todos nos hemos vistos sumergidos alguna vez a lo largo de nuestra experiencia vital. “Acabada la intensa travesía / cuando el olvido ha consumido el llanto / resuenan luminosas las trompetas.” El poeta mantiene una conversación intima de la que nos hace partícipes, manteniendo el interés del lector a través de un discurso hondo y sentido, expresivo y directo, con el que nos envuelve hasta hacernos naufragar en el conocimiento pleno del dolor que en ellos se expresa. Es significativo el tono de advertencia que en algunos casos el verso adquiere, como si el poeta dirigiéndose a un amigo del alma le persuadiera del peligro al que se aproxima “Las palabras se enlazan y acarician / cuando son luminosas. / Mas a veces se vuelve enemigas / oscuras y heladoras…”.

Este libro está formado por poemas cortos que dan al lector una sensación de vértigo en la que el alimento, la estrofa, fluye nutriendo ansiosamente el alma que los acoge como nueva morada.  El verso libre, otra característica esencial de la obra, la imprime de un carácter original que modela el poema hasta darle vida, consiguiendo así captar la atención del lector desde el primer momento de su lectura, ya que le otorga una mayor agilidad. El lenguaje poético del autor es sencillo y depurado, huyendo de la superficialidad de los ornamentos que hacen de la poesía, en algunos casos, algo anacrónico y desgastado, atendiendo a la razón de que la lírica busca decir lo máximo con lo mínimo, es decir, lograr una gran densidad de significado y una alta intensidad expresiva con el mínimo de palabras. “Mi palabra prolonga el pensamiento / y traspasa el cristal de tu mirada” La obra muestra una evolución bastante clara desde el principio al fin, que fluye naturalmente sin ningún tipo de presión sobre los versos. También es importante destacar la dimensión visual de los poemas, así como, la evocación de lugares o personas perdidas, recordadas desde la lejanía y la nostalgia. “En soledad contemplo / cenizas de recuerdo muy felices / que ardieron algún día en la memoria.”   

Podemos concluir diciendo que el efecto normal del amor es sentirse invencible, pero a su paso, tras su pérdida este se muestra implacable “Quisiera entrar al fondo de las aguas, / nadar bajo su luz, / preguntarme por qué, si sembré amor, / cosecho en el final tanta tristeza”.  Y es que las defensas normales de supervivencia desaparecen una a una con su llegada, y el corazón y el alma quedan totalmente expuestos ante la idea fija de que esa persona no habrá de dañarnos “Estas palabras, son como cuchillos. / ¡Cómo cuesta escribirlas / en medio de la noche y el insomnio.” El amor en realidad nos vuelve enteramente vulnerables y eventualmente habrá de haber algún daño. En el amor, nadie sale totalmente indemne. Pero ¿Vale la pena el riesgo? El poeta deja un soplo de esperanza. “Casi he marchado ya, mas sin tristeza / he dejado mis huellas. / Sólo el vacío ya, solo el silencio. / Mas silencio de amor esperanzado.” Siempre el hombre a solas, «desnudo en alma», no obstante, con ese punto, diríase esperanzado, aunque fuere por el deseo de vivir más, de conocer.

Nos encontramos ante un poemario y un poeta capaz de transmitir del modo más sutil los sentimientos que el desamor inflige, de la racionalización del pensamiento como indagador en el alma ávida del amor, poemas, los de este libro, que en algunos momentos reflejan el sentido de trascendencia, de vinculo. Este es un poemario difícilmente eludible para cualquier lector que sepa degustar los versos sin miedo, aunque estos sean espinas que reaviven aquello que una vez sentimos y que nos hizo frágiles como el cristal.


Reflejos en un espejo roto
Miguel Ángel Yusta
Colección Alcalima Nº 146
Primera edición: julio, 2019
Imagen de cubierta: stasknop (Adobe Stock)
Nº de páginas: 126
Encuadernación rústica fresada con solapas
Formato: 148*210 mm.
D.L.: TO 518-2019
ISBN: 978-84-120380-3-3
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NOTA CRÍTICA AL POETA NICOLA FOTI

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero


La sua emotività e profondità si riversano come un diluvio attraverso questi versi con un accento mistico, dove l’amata è l’immagine divina, la chiave estetica dell’esperienza che unisce misticismo e amore.

L’autenticità di ciò che dice il poeta si traduce nell’originalità e nell’atteggiamento con cui riesce a descrivere la profondità dell’amore, sia ideale, sia fisico, verso l’amata, che è descritta come una divinità, associando, quindi, la bellezza della vita «mistica» e la bellezza del linguaggio poetico amoroso.

AVE, MARIA

Tu, Madre di Dio, Immacolata,
Esalasti la tua rossa purezza
Nell’eco dell’estate
Fuoco della tua Terra
Donasti versi di sangue
Brucianti come ferro incandescente
Trascinasti lontano il confine
Fosti il prima ed il dopo
Legasti l’omega all’alfa
Tra i cumuli passati di macerie
Freme ai tuoi piedi
Polvere arsa e fierezza andalusa.

PIENA DI GRAZIA

Dipingerò il tuo ritratto
Rubando arcobaleni
Staglia il nero dal bianco
Le tue forme perfette
Son feroce passione
Seme gettato al vento
Che porterà la Gioia
Nel tuo prato fiorito
I fiori di gennaio
Son più preziosi e rari
Dei fiori in primavera.

IL SIGNORE È CON TE

In ginocchio, le mani al viso
Tu preghi Dio.
Dio, se ti amo
Accoglierti vorrei
Nell’abbraccio immortale.
Moristi sulla croce
Per redimere il mondo
Benedici l’Amore
Che è carne palpitante
Avvinta nel piacere
Genera nuova vita
Due anime ti pregano
Nel desiderio d’essere
Un unico noi insieme.

TU SEI BENEDETTA TRA TUTTE LE DONNE

Partorirai, Maria, senza dolore,
E pura resterai sempre, in eterno
Genererai quel Dio, nostro Signore
Che ci allontanerà da questo inferno

BENEDETTO IL FRUTTO DEL TUO SENO

Vorrei tornare ad esser puro seme
Dal frutto disseccato, ancora vivo
Linfa che scorre nel tuo intimo nido
Proteggi e accogli il frutto col sorriso

SANTA MARIA

Rimanere vorrei, tra i tuoi capelli
Più neri di una notte senza Luna
Avvilupparmi prigioniero in loro
Per cibo solo lussuriosi baci
Calmare fame e sete mie voraci
Entrare in te come una pioggia d’oro

MADRE DI DIO

Offri il tuo seno
A chi salverà il mondo
Dalla lebbra del peccato
E le coscienze putride
Disinfetterà con spirito ardente

PREGA PER NOI PECCATORI

Nell’attitudine a sporcarmi di vita
Ho colto fiori accanto allo sterco
Ne porto ancora i segni sul mio viso
E la mia bocca ha assaporato il vizio
Di un vivere di sbieco ed in penombra
Madonna, Madre mia, di pelle scura
Redimi questa mia vita sofferta
Sei carne e frutto santi
Nella tua nudità c’è la purezza
Di chi ha amato senza mai peccare
Io, perso tra rifiuti e angoli oscuri
Cerco la luce dell’eterno Amore

ADESSO, E NELL’ORA DELLA NOSTRA MORTE

Carnagione olivastra
Nata tra muri a secco
Nelle torride estati, assetate
E strade bianche di polvere battuta
Stordiscono cicale tra le fronde
La lucertola guizza tra le pietre
Tra i cardi ronza pigro un calabrone
Bambina, già segnata
Dal peso di una vita
Avara di carezze
Le trovasti per caso
Abitasti la casa
Piena di meraviglie
Dove musica e libri
Furon le tue bambole
Maria, tu così pura
Candida come neve
Sarai tu manto lieve
Che rinfresca e consola
La mia ultima ora
Nelle tue mani affido
Ultimo sguardo al cielo,
Poi l’odore di terra
Chiuderò gli occhi, Amore
Un ultimo sussulto,
Poi l’eterno ritorno

Nicola Foti

Dalla Silloge «La Novella Maria»
Tutti i diritti sono riservati

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CIEN MIL GOTAS DE LLUVIA | LOURDES PÁEZ MORALES, TOMÁS SÁNCHEZ RUBIO

Aquel sillón de cuadros

Por: Inma J. Ferrero


CIEN MIL GOTAS DE LLUVIA
Autores: Lourdes Páez y Tomás Sánchez
Editorial: ReadBOOK
ISBN: 9788494935237

Decía Francisco Umbral que «Escribir es la manera más profunda de leer la vida», y esto es lo que han conseguido magistralmente Lourdes Páez Morales y Tomás Sánchez en su libro “Cien mil gotas de lluvia” publicado por READBOOK. En una primera lectura del libro, me ha llamado la atención la asombrosa capacidad narrativa de estos dos escritores. Que, a través de un lenguaje sencillo y cercano, alejado de expresiones complicadas y de difícil comprensión nos sorprenderán, y harán de la lectura de este libro un viaje fantástico del cual no querremos regresar por mucho tiempo. Podemos decir que este libro nos habla del vivir, de la maravilla que la vida encierra a pesar de sus sinsabores pasajeros y el lector, por ello, irá haciendo suya cada palabra. Al leerlas, al pensarlas, al pronunciarlas ya que nos sentiremos totalmente identificados en algunas de las situaciones que se narran en este libro. “¿Eres una tía? – gritó Adelina…” “Mati iba a misa con su toquilla y su pañuelo…” Y es que estos relatos tienen algo difícil de definir que te atrapa desde las primeras líneas, algo que te seduce y te sumerge en cada una de las historias.

Lourdes Páez Morales y Tomás Sánchez nos aportan una visión real y cotidiana sobre el mundo que nos rodea, alejándose de la idealización de este. Nos hace una disertación de las relaciones humanas, alejada de los cuentos de hadas que nos contaban en la niñez, en los que el mundo aparece como algo etéreo y en algunos casos totalmente ajeno a nosotros. “Laura entró en el cuarto y vio a su hija sentada al borde de la cama, mirando hacia la ventana. La besó en la frente…” “Cien mil gotas de lluvia”, es un conjunto de historias reales que entretienen, sorprenden, provocan, y que nos retan a plantearnos algunas de las ideas preconcebidas que tenemos sobre lo que nos rodea. Todo ello logra hacernos reflexionar sobre el núcleo central de la vida, en todas sus facetas. Nos sentiremos en muchos casos invadidos por la sensación de haber tenido esas mismas vivencias, incluso conoceremos a alguien que posiblemente ha pasado por esas mismas vicisitudes. “A veces su marido la colmaba de vestidos y zapatos que compraba en la ciudad y aquellos regalos, lejos de acercarlos, los alejaban aún más…” Lo que puedo garantizar es que la lectura de estas historias, independientes las unas de las otras y unidas por la temática de lo cotidiano, no dejarán a ningún lector indiferente, ya que narran situaciones actuales, situaciones vividas ávidamente. “- La vieja esa… Parece que no se da cuenta d ellos años que gasta. Maquillada como una vulgar ramera…”

Los personajes de estas historias se entrelazan hablándonos de si mismos, contando sus historias, sus pensamientos más íntimos, sus deseos, sus decepciones, las esperanzas que hacen la monotonía más vivible, trazando así, el mapa único del que saborea cada segundo del vivir tan efímero. “Es una pobre chica Don José. Vino a España engañada” Son historias cortas, entretenidas y con mucho movimiento. A medida que avanzas en su lectura te vas acostumbrando y te apetece detenerte a releer aquellos párrafos, de vaivén emocional, aquellas descripciones que son fotografías en sepia, tal vez, de nuestra vida cotidiana.

Los narradores utilizan en numerosas historias la primera persona, es el personaje principal de la historia quien la cuenta, siendo él mismo el eje de la narración. “No puedo verte, pero siempre sé cuándo has llegado…” Se convierte en una voz, en una persona que nos habla directamente, lo que hace que sea más real para el lector. “De niña me daba mucho miedo la soledad. Mi padre un día se fue de casa por la mañana y ya no volvió…” Con esto consiguen que empaticemos o rechacemos al personaje que nos cuenta su vivencia. El lector deja de ser un mero espectador de lo que ocurre, para formar parte de la acción y tomar partido a favor o en contra de lo que nos cuenta el personaje principal.

También son numerosas las historias contadas en tercera persona, convirtiéndose ambos autores en narradores omniscientes, cuyo conocimiento de los hechos es total y absoluto. Ellos saben lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes… Como narradores solo muestran lo que ven, lo que pueden observar, de modo parecido a como lo hace una cámara de cine. Y de igual modo, nos dirigen, nos dan su percepción sobre el personaje, no dejando a nuestro albedrío la opinión que sobre ellos debemos tener, sin dejarnos por ello, un atisbo de libertad. En esta ocasión los autores nos tienen en sus manos. “Sean como sean, los amores verdaderos, con final feliz o no, vecen cualquier revés que presente el camino de la vida”

Los diálogos de los personajes son fluidos, dinámicos, concisos y emplean un lenguaje sencillo. Lo que hará que la lectura sea agradable para el lector, que no se saltará ninguna coma, ni dejará la lectura de ninguno de los relatos, “Madre ¿Cuándo seré feliz?” También añade cortes, preguntas y comentarios para hacer la conversación más fluida. “- La pequeña Nayaraq pensó que su madre había augurado con aquella respuesta su eterna infelicidad”

Les invito a leer CIEN MIL GOTAS DE LLUVIA y a dejarse invadir por cierto desasosiego ante el arte del vivir. Unas historias sin trampa ni cartón, que nos sumen en la cotidianidad de los días, en nuestra propia imperfección que hace maravilloso el pulso diario de nuestro viaje vital.