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LA VIDA MENTIROSA DE LOS ADULTOS, DE ELENA FERRANTE

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


La vida mentirosa de los adultos es el viaje iniciático de Giovanna, una adolescente napolitana que emprende el camino hacia la vida adulta. Su relato es un puño en el estómago, un éxodo interior, una voz, cruda y visceral, que, desde la inocencia, descubre cómo se desmorona el mundo conocido. La protagonista oye decir a su padre algo banal, pero demoledor («Dos años antes de irse de casa, mi padre le dijo a mi madre que yo era muy fea») y que empieza a parecerse a su tía, una tal Vittoria, que ella ni conoce. Presa del pánico, comienza a investigar sobre ella, descubre que encarna la envidia y la maldad y no comprende cómo puede ser tan parecida a esa desconocida.

Fea es la palabra que marca el final de su infancia, máxime cuando esa palabra es pronunciada por su padre, personaje idealizado hasta el momento. Giovanna vive un auténtico desbordamiento, un terremoto emocional tan grande como una traición, descubre una vida de mentiras tan dolorosas como el ingreso de su inocencia en la vida adulta. Giovanna averigua nuevos indicios y matices de una vida familiar anteriormente idílica y ahora despreciable; conoce los barrios mugrientos y desconocidos de una ciudad de contrastes, abraza las distancias inalcanzables de la clase burguesa y de los barrios pobres de la Nápoles de los ’90, descubre las calles degradadas del Pascone, asimila la ambigüedad y la dualidad del ser humano, se mueve entre  fealdad-belleza, verdad-mentira, simpleza-complejidad… descubre un mundo de ambigüedades, locuras, falsedades.

Mentir es avanzar hacia la edad adulta, es buscar alternativas en el mal, en lo prohibido. Giovanna conoce a Vittoria, odiada y ninguneada por sus padres, y con ella una realidad fuerte, visceral, descarnada, feroz y llena de matices, la de unos adultos hipócritas y llenos de apariencias (todos ocultan sus infiernos). Su respuesta se mueve entre el rechazo al mundo conocido y la aceptación de este mundo al que es difícil amoldarse. El dolor es inevitable.

A partir de entonces, Giovanna, bautizada “Giannì” como por arte de magia, deberá redibujarse a sí misma, encontrar su centro, tantear el lugar que el mundo le ha reservado para ella. El amor, tan idealizado anteriormente, es ahora oscuro como los vidrios de los baños públicos.  

(…) queste righe che vogliono darmi una storia mentre in effetti non sono niente, niente di mio, niente che sia davvero cominciato o sia davvero arrivato a compimento: solo un garbuglio che nessuno, nemmeno chi in questo momento sta scrivendo, sa se contiene il filo giusto di un racconto o è soltanto un dolore arruffato, senza redenzione.

Elena Ferrante, una autora anónima conocida en todo el mundo… una mujer oculta (casi seguro se trata de una mujer) que en su literatura se desnuda.

Su capacidad de evocación y la fluidez de su estilo nos regalan una narrativa fuerte, potente, nunca banal. Sus personajes son retratos psicológicos construidos de forma exquisita y la sencillez de su estilo tiene el don de conquistar el gran público.

Recomendable, como cualquier libro suyo.

«No me arrepiento de mi anonimato. Descubrir la personalidad de quien escribe a través de las historias que propone, de sus personajes, de los objetos y paisajes que describe, del tono de su escritura, no es ni más ni menos que un buen modo de leer», comentaba Elena Ferrante a Paolo di Stefano en una entrevista vía mail para Il Corriere della Sera.


La vida mentirosa de los adultos

Elena Ferrante

EDITORIAL: Lumen

PRECIO: 19.90€

Tapa blanda

TRADUCCIÓN: Celia Filipetto Isicato

368 páginas

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MARINA IZQUIERDO| LA MITAD SILENCIADA

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


Marina Izquierdo
La mitad silenciada
Primera edición: septiembre, 2016
Segunda edición: enero, 2017
Prólogo a la segunda edición: María Sangüesa
Núm. de páginas: 70
Dimensiones: 15×21 cm.
ISBN: 978-84-945630-7-2

Para Marina Izquierdo las palabras fueron el fundamento de toda una vida, el fruto de un trabajo y de una manera de vivir. Marina Izquierdo fue educadora, periodista, profesora, madre y poeta: ahora es ejemplo y referente femenino.

En este poemario (finalista en el III Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador y en los Premios de la Crítica Literaria Valenciana) la autora pone de relieve la necesidad de luchar para dar voz al silencio que desde siempre oscurece la figura de la mujer. Mujeres silenciadas en la literatura, en la pintura, en la ciencia, en el deporte, en las calles…

La mitad silenciada es un acto de reivindicación, una sucesión de espacios sensibles y silencios, de gritos y recuerdos; es un viaje consciente, emocional y práctico, hacia un nuevo modelo de mujer. Según la autora “todo lo que no se nombra no existe” y este libro, con su lenguaje inclusivo, es una denuncia de las injusticias cometidas contra las mujeres por cuestiones de género. Sus versos abarcan la otra mitad: la mitad de una sociedad invisible, muda, perjudicada. Ser mujer es ser madre valiente, amante sensible, tierna soñadora, luchadora comprometida. Marina Izquierdo abarca temas como la prostitución, la invisibilidad, la desigualdad, la violencia… Su voz logra entrar en una historia escrita por los hombres, en el olvido de unas mujeres-referentes silenciadas a pesar de su talento. Sus poemas recuerdan para ser (“recordar sabiéndote otra”) luchan para permanecer, se reencuentran con el lector en este universo, también femenino.

A pesar de su prematuro fallecimiento, Marina Izquierdo es hoy un referente contra la incultura, la discriminación y la ignorancia.

POESÍA


  Siempre hay una esquina
 
Siempre hay una esquina,
no importa el país
ni el hemisferio,
donde la fragilidad de acero se desnuda.
Donde el débil se hace hierro
donde el hierro pierde forja.
Donde el fuerte se desarma
donde ya nada ni nadie importa.
 
Siempre hay una esquina,
no importa la ciudad
ni el continente,
con el sexo abierto y los sueños
vendidos al mejor postor.
Donde dar y pedir, donde soñar y llorar.
Donde vender el alma al desalmado.
Donde humillar al humillado.
 
Siempre hay una esquina
no importa la calle
ni el puerto o el centro,
que evitas y frecuentas,
que ignoras y traicionas,
que miras sin saberte espejo
con la mano tendida arrugada de ayer.
 
Siempre hay una esquina
que nos duele, que no vemos
invisibles, tú y yo, él y ella.
Indoloros, él y ella, tú y yo.
Apuntalados todos en el cable de hormigón
sobre alcantarillas de esperanza.
 
   
La mitad silenciada
 
 Hoy te busqué en mis lomos de cuero
y te hallé ausente y desnuda.
Enterrada boca abajo.
Amortajada en un hábito de rabia plena,
esa que se macera en el regusto de la resignación.
 
Escondida y silenciada.
Hueca en cuerpo e intuida en los márgenes
por arqueólogas modernas.
 
Hoy te busqué entre colores y formas,
acariciando las paredes con los ojos rojos
de cifrar firmas sin nombre de mujer.
Imaginándote más allá del lienzo
con los pinceles desde el dintel
sin espejo en el que repetirte.
Fundida en negro con los pigmentos ocultos
en el doble fondo de otra vida.
 
Hoy te busqué entre fórmulas y probetas,
más allá de la bata blanca cuya pulcritud
anuncias entre manos y senos frotados.
Con la mirada perdida entre el logro
y el traspié provocado a través del cristal,
caleidoscopio de sueños,
de tu vocación inquebrantable
en la invisibilidad más absoluta.
 
Hoy te busqué entre páginas y primicias,
anhelando que ganaras la carrera del noticiario.
Que abrieras media hora de talentos con pene
para que las niñas supieran que tener vulva
no es pecado. Que el esfuerzo esférico tiene premio,
o debería tenerlo, sin la visible redondez de los genitales.
 
Hoy te busqué en las mochilas de mis hijas,
en la tercera del periódico,
entre las tertulias de corbatas.
En la cerámica de las calles,
en el cian de las plazas.
Entre las líneas de mi voto obligado.
 
Hoy te busqué entre márgenes y cornisas.
Paspartús y cortapisas.
En sucesos, en contactos.
En anuncios, en revistas.
En las aguas del lavadero.
En las cenizas del medievo.
En el suburbio de los laureles.
En el epicentro del agravio.
En la periferia expatriada.
En la ciudadanía que
fingen plena.
 
Hoy te busqué en las afueras del mundo,
en la humanidad cercenada.
En esa todavía su mitad silenciada.

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JHUMPA LAHIRI | EL INTÉRPRETE DEL DOLOR

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


El intérprete del dolor
Título original: Interpreter of Maladies
Autor: Jhumpa Lahiri
Traducción de Gemma Rovira Ortega
ISBN: 978-84-9838-723-0 
Número de páginas: 224
Tipo de edición: Rústica con solapas
Sello editorial: Narrativa Salamandra
Colección: Narrativa
PVP: 19,00 €
ISBN e-book: 978-84-15631-53-8
PVP e-book: 11,99 €

Lo que dijo la crítica especializada sobre la obra:

«Una voz maravillosamente personal […]. La escritura de Lahiri es tan diestra y elocuente que el lector se olvida de que El intérprete del dolor es el primer libro de un autor joven. […] Lahiri es una escritora de una elegancia y un aplomo extraordinarios.»

The New York Times

«Me encantaría ser capaz de escribir historias como las que contiene esa joya llamada El intérprete del dolor. Historias simples y sutiles, sembradas con sentimientos inesperados, como un campo de minas.»

Pedro Almodóvar

«Tras leer algo de Jhumpa Lahiri, te dan ganas de parar a la primera persona que te cruzas y decirle: “¡Lee esto!” […] Posee una voz inconfundible, buen ojo para los matices y oído para la ironía. Es uno de los mejores escritores de relatos que he leído.»

Amy Tan

«Lahiri tiene el don de desentrañar el significado de las relaciones breves: entre amantes, amigos, personas a las que conocemos en un viaje.»

Time

«Una escritora de rara sensibilidad y concisión.»

The Wall Street Journal

«Lahiri insufla vida en cada página, y el lector acaba todos los relatos doblemente seducido, deseando poder compartir una novela entera con esos personajes.»

The New York Times Book Review

«Jhumpa Lahiri escribe con una prosa tan directa y translúcida que uno casi se olvida de que está leyendo […]. La fuerza de este excepcional primer libro de relatos proviene fundamentalmente de su delicada voz narrativa.»

Newsweek

Sinopsis

La entusiasta acogida que el público lector hispanohablante ha deparado a las dos últimas novelas de Jhumpa Lahiri —Tierra desacostumbrada y La hondonada— y ha hecho indispensable la reedición de su ópera prima, con la que la escritora indo-norteamericana inició su fulgurante trayectoria literaria. Con apenas treinta y dos años, esta joven estadounidense de ascendencia bengalí obtuvo nada menos que el Premio Pulitzer y se ganó el elogio unánime de la crítica y los lectores con su prosa diáfana y precisa como un bisturí.

Los nueve relatos que componen este libro revelan la maestría de Lahiri para trazar una compleja cartografía emocional, la de una serie de personajes que en su búsqueda de la felicidad traspasan fronteras geográficas, culturales y generacionales. Ambientadas tanto en la India como en Estados Unidos, estas historias despliegan la riqueza y la profundidad de la mirada de Lahiri, capaz de detectar los más sutiles conflictos en las relaciones humanas y plasmarlos con una delicadeza incisiva y conmovedora. Nadie que, por cualquier motivo imaginable, se haya sentido alguna vez en su vida extraño y alienado del mundo podrá evitar darse por aludido en estos relatos.

Así pues, en estas páginas soberbias, Jhumpa Lahiri plasma un complejo tapiz de emociones y desasosiegos, una incursión a la intimidad de las personas que, indefectiblemente, resulta cautivadora por su belleza, su poder de evocación y la perennidad de su discurso.

Fuente: https://www.salamandra.info/libro/interprete-del-dolor

Biobibliografía

Jhumpa Lahiri es una autora hindú-americana, nacida en Londres el 11 de julio de 1967. Hija de padres bengalíes, Jhumpa Lahiri creció en Rhode Island (Estados Unidos), adonde se trasladaron sus padres cuando ella contaba con sólo dos años.  Estudió lengua inglesa, escritura creativa y literatura comparada en la Universidad de Boston; hizo además un doctorado en estudios renacentistas.

En el año 2000 ganó el Premio Pulitzer por su primer libro, una colección de cuentos titulada Interpreter of Maladies (Intérprete de emociones). En 2003 publica su primera novela, The Namesake (El buen nombre), que pocos años después sería llevada al cine por Mira Nair.

Obras

Cuentos

Intérprete de emociones (Interpreter of Maladies, 1999). Traducción de Antonio Padilla. Barcelona. Ediciones del Bronce, 2000. ISBN 84-8453-020-5. Fue reeditada en 2016 como El intérprete del dolor. Traducción de Gemma Rovira Ortega. Barcelona. Salamandra.

Tierra desacostumbrada (Unaccustomed Earth, 2008). Traducción de Eduardo Iriarte. Barcelona: Salamandra, 2010. ISBN 978-84-9838-271-6.

Novelas

El buen nombre (The Namesake, 2003). Traducción de Juanjo Estrella. Barcelona: Emecé, 2004. ISBN 8495908778.

La hondonada (The Lowland, 2013). Traducción de Gemma Rovira Ortega. Barcelona: Salamandra, 2014. ISBN 978-84-9838-570-0.

Donde me encuentro (Dove mi trovo, 2018). Traducción de Celia Filipetto. Barcelona: Lumen, 2019. ISBN 9788426406934.

No ficción

En otras palabras (In altre parole, 2015). Traducción de Marilena de Chiara. Barcelona: Salamandra, 2019. Publicado originalmente en italiano y traducido al inglés como In Other Words (2016).

Il vestito dei libri (2016). Publicado originalmente en italiano y traducido al inglés como The Clothing of Books (2016). No ha sido traducido al español.

Comentario sobre la obra y la autora

Estos meses de confinamientos han podido ser vitales para aquellos que han reflexionado sobre su propia vida, sobre sus costumbres, trabajo o rutinas. Afortunadas las personas que en estos duros momentos siguen en compañía de sus seres queridos y que han podido incluir experiencias nuevas y enriquecedoras a sus quehaceres cotidianos.

Estoy seguro de que la lectura es y será siempre una gran oportunidad de cambio, una experiencia y placer insustituibles. Quien escribe no pudo aprovechar ese tiempo, quizá por dejarse llevar por la tensión… culpa de algún coronavirus…

Aun así, pude leer algunos textos y me siento afortunado al presentar este libro de relatos sutil y a la vez estimulante. Jhumpa Lahiri reúne varios de los motivos que me indujeron a la lectura de su libro, “El intérprete del dolor”, y, al conocerla un poco más, debo decir que siento mucha simpatía por ella. Admiro su valentía y me siento identificado con su forma de entender el oficio.

Tal y como indica su biografía, esta mujer de origen bengalí empezó a escribir en inglés, uno de sus dos idiomas maternos, para después cambiar el rumbo de su vida: hace unos años se mudó a Roma, Italia, y comenzó a escribir en italiano.

Una escritora de éxito mundial que renuncia a un beneficio económico considerable para seguir su voz artístico-literaria es digna de elogios.

Como ella misma comenta, escribir en un idioma distinto simboliza un acto de desmantelamiento, un nuevo inicio: da espacio a una voz interior abocada al cambio permanente.

Ser artista es vivir más allá de nuestro mundo, significa cambiar constantemente nuestra visión, lo que vemos y cómo lo vemos. El cambio alimenta el desapego, abre la mente, amplía nuestra capacidad de comprensión del mundo y nos ayuda a tener empatía. Este esfuerzo, tan solitario y doloroso como lo es la escritura, es el primer paso hacia la libertad.

Para Jhumpa ser artista es mantenerse al margen, concentrarse en el trabajo, escribir para sí misma. Conectar con su propio oficio es como tener un hijo: se siente y se trabaja de forma visceral y no hay espacio para los lectores.

No puedes crear para complacer a tus lectores, sino para encontrar tu voz y con ello la libertad.

Florecer” con otro idioma, construir una nueva vida a través del italiano, dejarse llevar a un camino nuevo a pesar del desapego, del desarraigo y del miedo, aceptar los riesgos y la magia que incluye el desafío de un idioma extraño, son los primeros pasos de Jhumpa Lahiri hacia la felicidad.

Todo cambia. Si no aceptas esta ley básica, estas eligiendo una vida infeliz. Aceptarlo requiere traicionar tus propias costumbres.

Conocer estos aspectos nos ayudará a comprender los relatos sobre la soledad, sobre el sentimiento de orfandad de los inmigrantes, sobre lo cotidiano y lo distinto, sobre los límites y las fronteras, sobre la extrañeza y el miedo al cambio, sobre las relaciones amorosas entre extranjeros.

Quizá la lectura de estos nueve relatos también nos ofrecerá una oportunidad de cambio.

“El intérprete del dolor” está impregnado de expresividad y belleza, profundidad e inteligencia, talento y sensibilidad.  Se editó en el año 2000 y ya es un clásico. Totalmente recomendable.

Otros enlaces:

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PAPEL ALBAL: ÁNGELES FERNANGÓMEZ

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


Ángeles Fernangómez
Huerga y Fierro Editores
Tapa blanda: 100 páginas
Colección: Poesía
Idioma: español
ISBN-10: 8494546139
ISBN-13: 978-8494546136
Prologo de Juan Carlos Mestre

 

 

 

 

 


Comentario sobre la obra:

En este poemario, editado por Huerga & Fierro, se funden sabiamente la creatividad y el hechizo, la naturaleza y los recuerdos, la historia y las semillas del porvenir. Ángeles Fernangómez es una hechicera de estilo medieval que mezcla pócimas y versos, anhelos y conjuros, sueños e historia. Sus poemas están colmados de verde, de árboles, de vacas y de pájaros; su pasado color miel es un baúl de praderas y colmenas, de petirrojos y ruiseñores, de jazmines y demonios; su arte es la historia de unas hiedras que alcanzan el futuro, sus versos brotan de la tierra y caminan hacia las nubes y sus recuerdos recolectan la miel de lo intangible (las abejas, entre otras cosas, liban en el universo de la memoria).

La atmósfera que despliega cada poema es un espacio delicado que resiste a la brusquedad del tiempo. Su Papel Albal lo protege de la lluvia y del fuego, lo ampara y defiende. Por ello la autora pide al lector que “desenvuelva, con cuidado, del papel albal cada palabra”. En cambio, entrega todas sus máscaras y muestra su desnudez a través de la palabra.

La vida pierde todo su sentido sin la memoria: los recuerdos encarnan nuestra identidad. La identidad de un poeta, lo que se manifiesta a través de su cuerpo poético, es su bien más preciado, y es lo que nos entrega Ángeles Fernangómez. Detrás del envoltorio del papel albal encontramos al ser, hallamos la honestidad y el compromiso de autoconocimiento de un viaje artístico inigualable. Papel Albal es creatividad y viaje, conciencia y desnudez, magnetismo y conjuro, libertad y reivindicación, desnudez y género, espejo y autoafirmación, autenticidad y alquimia, realidad y metafísica. En definitiva, esta obra es la crónica de una revolución dentro de los confines de un cuerpo.

Sobre la autora:

La leonesa nacida en Villacorta (montaña de Riaño), Ángeles Fernangómez, vive en Madrid desde 1975, con un paréntesis vivido en Canarias. Es fundadora y coordinadora de los encuentros poético-artísticos del Grupo Poética en Gredos (Encuentros en La Lobera). Organiza y participa en expo-recitales con los grupos Versos pintados del Café Gijón y Poesía en Sidecar, entre otros. Guionista e interprete, junto a las escritoras Paola Herrera y Patricia Monge, de la performance de literatura erótica Profanando la LetraDiálogos a cuerpo abierto, representada en diversos cafés-teatro y en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid. Guionista e interprete, junto a la escritora Rosa Silverio, de la performance Sylvia y Anne, oscuras novias conspiradoras (sobre la vida y la obra de Sylvia Plath y Anne Sexton). Ha sido la responsable de la preparación de la publicación de Palestina en el corazón junto al profesor y poeta Mahmud Sobh y tiene obras, tanto en prosa como en verso, en varias publicaciones como Encuentros en Sambara, En una Ciudad lineal, El Quijote en el Gijón y Filando cuentos de mujer o Chupitos poéticos, poesía breve en la colección Encajados, y Versos pintados, Con buenas palabras, La mujer en la poesía hispano-marroquí, Madrid a Miguel Hernández desde el Café Gijón. Incluida en la antología 50 Poetas contemporáneos de Castilla y León. Cuenta con publicaciones en diferentes revistas como Alkaid o Álora, la bien cercada. Fue finalista, entre otros, del I Certamen Jirones de Azul, del XIII Certamen de Poesía María del Villar y del Premio Les landeres del Principado de Asturias.

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POEMAS SIN TIERRA (RECUERDOS DE LA INDIA Y NEPAL)

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


Poemas sin Tierra (Recuerdos de la India y Nepal)
Paloma Serra Robles
Editorial: Cuadernos del Laberinto
Publicación: 03/01/2020
132 páginas; 22×15 cm
ISBN: 8412130987
ISBN-13: 9788412130980
Encuadernación rústica con solapas
Colección Anaquel de poesía, 98
Precio: 13,50€

 

               

Sobre Paloma Serra Robles

(Figueras, 20 de enero de 1976)

Licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo, continuó sus estudios en Toulouse (Francia) y en la Fletcher School of Law and Diplomacy (EE. UU.). Ingresó en la Carrera diplomática en 2005. “Poemas sin tierra” es su tercer poemario tras “Farol Fundo” (Chiado, 2014), y “Dejar África” (Cuadernos del Laberinto, 2014). Algunos de sus poemas han sido publicados en diversas antologías: «Rimas cifradas» (Dossoles, 2012), «Y lo demás es Silencio» (Chiado, 2015), «Breve historia de la literatura concreta» (Chiado, 2015), «Me gusta la Navidad» (Cuadernos del Laberinto, 2016). Además, codirige la colección literaria La Valija diplomática. Ha vivido en Francia, Costa de Marfil, Cabo Verde y la India. Actualmente reside en Sudáfrica.

Fuente: http://www.cuadernosdelaberinto.com/Poesia/paloma_serra_poemas_sin_tierra.html

 

               

Sinopsis

Todas las tierras son poesía, y así crecen en nosotros tras habitarlas y abandonarlas. Países que se nos apropian de la palabra y germinan creando versos.

Paloma Serra ha vivido durante largos años en India y Nepal; y el viaje ha evolucionado hasta gestarse en patria y pueblo literario generadores de estos Poemas sin tierra, un diario de belleza y observación enmarcado en el mapa.

Paloma Serra posee un singular talento descriptivo que logra situar al lector en el núcleo del sentimiento, creando —gracias a su personalísimo estilo— imágenes dominantes e inspiradoras que nos hacen cruzar y sentir las fronteras y los puentes que separan el fulgor de la luz.

Fuente: http://www.cuadernosdelaberinto.com/Poesia/paloma_serra_poemas_sin_tierra.html

 

               

Comentarios sobre la obra

El marco de un viaje confinado en el camino de la imaginación, la deidad del sueño extendida en lo cotidiano, el éxtasis de la rutina, el culto de la normalidad, el recuerdo como fruto de los lugares visitados: los poemas de Paloma Serra Robles son el diario de una experiencia, son marca y testimonio de un recorrido espiritual. Sus versos son fotografías, instantes volátiles “made in India” que ya residen, eternos, en la memoria.

El estilo de Paloma Serra Robles es sencillo: la autora no necesita frases rebuscadas para parir sus versos. Su trabajo se limita a remarcar el camino recorrido (y por recorrer) y sus poemas son la brújula para que la propia autora, una peregrina en un lugar sagrado, se encuentre a sí misma trazando su propia cartografía, su propio mapa interior. Su trabajo anida en la firme voluntad de permanecer: perseverar, seguir adelante, a pesar de todo; sus poemas son también búsqueda, agradecimiento, enseñanza.

La autora nos traslada a una realidad curva, la de una diplomática que recorre el mundo, deshace el bosque, encuentra la mirada franca de un búfalo de agua en el Ganges, reconoce y exalta el regalo de la vida, avanza y retrocede (volver siempre, / muy despacio, / a los olores / dejados tantas veces). El espacio físico del papel con el que escribe es un manto gris colmado de desechos, y las hojas son ciudades llenas de minúsculos detalles enrocados en el tiempo.

Durante la lectura, entre otras cosas he podido descubrir realidades extrañas, dignas de mención: las mujeres monpas que trabajan la piedra (https://en.wikipedia.org/wiki/Monpa_people), los yaks salvajes (unos mamíferos similares a los bisontes), las Mynas (unas aves autóctonas); todas ellas figuras insólitas, exóticas, llamativas. También he podido tomar un té con los vendedores de chai o degustar un plato de thukpa: en todo momento he podido saborear la atmósfera lenta y profunda de la India y, del mismo modo, estoy seguro de que cada lector disfrutará de esta realidad, alejada pero evocadora.

Paloma Serra Robles escribe a borbotones para expiar pérdidas, repara las raíces desasidas a través de la memoria, sigue avanzando (a pesar del desfile de la muerte) para dar sentido y homenaje al regalo de la vida.

Solo a través de la escritura la poeta se deja vencer. Los instantes (inevitables) se suceden: las vacas siguen, (…) a medio camino entre el parque y el viento.

 

               

Noviembre en nueva Delhi

La tristeza evoluciona,
se difumina con las luces de los coches.

Con delicadeza, la flor se desprende de la rama,
y cae,
meciéndose
hasta posarse en la acera,
cual libélula en el agua.

Y esa flor, impoluta, perfecta,
pasa a adornar el suelo, junto a otras flores,
desprendidas antes,
que palidecen a su lado.

Todo desmejora frente a los segundos de belleza pura
que proporciona esta falsa primavera
en noviembre.

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LA CASA GRANDE ROSANA ACQUARONI

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


Número de páginas: 86
Editorial: BARTLEBY EDITORES
Idioma: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788494767173
Año de edición: 2018

Sinopsis

ESTE ES UN POEMARIO QUE DARÁ MUCHO QUE HABLAR. Rosana Acquaroni nos ofrece La casa grande, su sexto poemario, un retorno a ese bancal de tierra removida que es la infancia. Una infancia marcada por un secreto familiar y atravesada por la presencia/ausencia de una madre, víctima de una época siniestra y tenebrosa como fueron la posguerra y la dictadura. La casa grande se convierte, así, en escenario vivo donde ir recuperando, a través de la mirada de una niña, sensaciones, vivencias, desencuentros; no como un ejercicio de nostalgia sino de denuncia. Un espacio poético donde no se descuida la preocupación por el lenguaje, pero que es capaz de desalojarnos, de dejar a la intemperie nuestras más íntimas renuncias.

Fuente: Casa del Libro

Sobre la autora

Poeta española nacida en Madrid en 1964. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid, trabaja como profesora de español para extranjeros en la Universidad Complutense de Madrid desde 1992. Es autora de materiales didácticos para la enseñanza de ELE, ha impartido cursos de formación de ELE en Inglaterra, Estados Unidos y Túnez, y es profesora del Máster de formación de profesores de ELE de la Universidad Complutense de Madrid. Entre los reconocimientos obtenidos, se destacan el Accésit del Premio Adonáis de Poesía 1987 con el libro «Del Mar bajo los puentes», la Ayuda para la Creación Literaria del Ministerio de Cultura para su libro «El Jardín Navegable» y el Premio de Poesía Cáceres Patrimonio Mundial 1995 con el libro «Cartografía sin mundo». Su último libro, «Lámparas de arena» fue publicado por la Comunidad de Madrid y la Fundación Gerardo Diego. Sus poemas han sido traducidos al francés, al alemán y al árabe y aparecen recogidos en varias antologías.

Fuente: A media voz

Sobre este poemario

Manuel Rico escribe lo siguiente: «En toda infancia hay una casa que acaba convertida en el lugar de la permanente evocación. El de la eternidad a la que aludiera César Vallejo en un verso inmortal: Murió mi eternidad y estoy velándola. En La casa grande, su sexto libro de poemas, Rosana Acquaroni vela una parte de esa eternidad que es la niñez y la adolescencia, entra en los espacios en sombra de los secretos familiares, rinde cuentas con sus seres más queridos y construye, con lenguaje revelador y deslumbrante, un hermoso edificio poético a partir de un proceso de recapitulación: el que se nutre de la memoria de la propia experiencia en un permanente diálogo con la vida de los otros. Aquí está la madre, su vida visible y su vida invisible y secreta, los momentos felices y los dolorosos, las servidumbres de la realidad opresiva de una posguerra interminable y la rebelión íntima y el desafío a las convenciones amorosas, eróticas, sentimentales impuestas con su secuela de trastornos emocionales y frustraciones. También están los sueños, casi siempre incumplidos, y el universo de objetos (armarios, toallas, peines, botones), presencias y deslumbramientos que dieron sentido a la vida en la edad más temprana. La casa grande es un pequeño mundo que, en gran medida, es, ha sido y será el de todos nosotros».

Fuente: Zenda libros

Mis consideraciones sobre la obra

Las vivencias como metáforas del dolor («las guerras no prescriben / son quirófanos huérfanos /que se han quedado inmóviles»), los vínculos familiares enmarcados en el retrato histórico inflexible de la postguerra, los destellos y sombras de una vida detenida por las imposiciones, por los límites y los miedos de la condición femenina. La inmersión en el pasado, los objetos y la evocación, el duelo y la resiliencia, la represión, la justicia y la reivindicación, el deslumbramiento y el desencanto, la ternura y la desolación, la locura y la orfandad, la honestidad y el deseo de reparación, los secretos y la memoria, la presión social y las dictaduras (el franquismo, la locura), las atmósferas irrespirables («de la obediencia no se sale indemne») son solo algunos de los temas claves del poemario.

Existe un nexo entre la casa de antaño y las ruinas presentes, entre las cicatrices aún abiertas y las grietas sangrantes que supuran los poemas: La Casa Grande es el escenario y el álbum de unas instantáneas suspendidas en la infancia, ancladas en un tiempo irrepetible; es el primer hogar de la autora, un piso de más de 200 metros en la calle Reyes Magos, muy cerca del parque de El Retiro, el centro de sus recuerdos y experiencias.

La autora pone luz y aclara su vivencia desde su condición de adulta, rinde homenaje a su madre (Tu ojo centinela iluminándome, / tus palabras formando un avispero / en mitad de la infancia.), cuyo retrato encarna las mujeres maltratadas por el franquismo («Lejos de aquella España enardecida / de la camisa nueva que empezó a anochecernos»), cuya condición es víctima a su vez de una cultura judeocristiana que la sometió a una vida servil y que debilitó su salud hasta llevarla a una enfermedad («me ataron con correas y me apagaron la luz»), la misma que terminó matándola.

Rosana Acquaroni es una niña derrotada, una niña que revive y reelabora sus recuerdos, la dolorosa relación con su madre («cada quehacer lleva su nombre»), una madre vencida a su vez. Su presencia vuelve en el poemario y acaba salvándola. La catarsis, el alivio y el salvoconducto de la memoria ajustan cuentas y hacen justicia.

La casa grande es a un tiempo «organismo vivo, presencia anfibia, útero materno o cementerio de recuerdos», es el centro de una reminiscencia en la que se encuentran la voz de la superviviente y la niña atrapada en el dolor («Y es así como encuentro la tibieza / de una madre que sangra en otra herida, / que prende en otro cuerpo de mujer»); es la autopsia de un tiempo muerto («ahora hay silencio enfriando la casa»), de un conjunto de voces, la de un adulto y la de una niña, que se alternan, como si ambas voces luchasen para sobresalir del poemario.

La madre que la abandonó para entrar en un sanatorio («madre, mi libertad / se engendra en tu locura. /Tu locura se prende en mi latido»), ahora la rescata («mirar a la madre como se mira al futuro») y ambas salen con alivio del poemario («para enterrar por fin todo lo que perdimos»). No existe un impulso más potente para escribir un libro.

Muy recomendable.

Selección de poemas

LLEVO ALOJADA EN EL CORAZÓN
una bala de plata.
La misma que mi madre
no supo disparar.

HACIA DÓNDE
la senda
que nos conduce
a hielo firme.

Hasta cuándo
el silencio
enfriando la infancia.

(Para qué
guardaditos de ira
tantos encajes muertos).

UNA MUJER QUE SIENTE QUE ESTÁ SOLA
tiene muchas maneras de morir
a manos de ella misma.
Basta con extraer de su mirada
aquel brillo incendiario de la niña que fue.

Una mujer que siente que está sola
tiene muchas maneras de caer.
Basta con tatuar en su centro:
estás hecha de nadie
y no sirves de nada sin un hombre.

Una mujer que siente que está sola
tiene muchas maneras de inmolarse por dentro
sin que nadie lo note.

Basta con amarrarse
un corazón de hielo alrededor del cuerpo
y esperar.

MADRE
he venido hasta aquí a restañar tus ataduras
a contener el frío alojado en tu boca.

Soy la hija
que te aguardó despierta cada noche
y que ahora regresa
para lavar tu lengua
de la herida silente.

He cruzado el jardín del abandono
He abatido sus puertas,
llevo una piel de niña para arropar tu cuerpo
y llenarte de juncos
mariposas
botones.

He vaciado tus frascos de pastillas,
las trago una por una
–sagrada eucaristía del olvido–.

Me he cubierto de musgo
para no lastimarte
y llevarte conmigo
hasta un claro del bosque,
donde enterrar por fin
todo lo que perdimos.

Y CÓMO RESISTIRSE
al hombre acicalado
que se quita el sombrero
y te saca a bailar
y te dice
que quiere amanecer en tu sonrisa.

Quién podría negarse
a las salvas de honor de aquel artificiero
que te llena de pájaros la noche.

(Y después,
cómo no conformarse
y ocupar el lugar de la querida.
Que estudien tus hermanos,
que la vida desprenda su perfume
de nardos y promesas
contra el plato vacío).

Acaban de apagarse las últimas bombillas.
La orquesta ya no toca.

Vuestro coche atraviesa,
como un jinete frío,
la explanada vacía.

LA DESTRUCCIÓN Y EL AMOR
Se querían, sabedlo (Vicente Aleixandre)

Se querían.
Ocultos, pusilánimes,
como ratones ciegos en su rueda infinita.
Al principio sufrían por la luz.

Se citaban de noche
primero en los tranvías de azul amaneciendo,
después en los garajes,
o en las bocas de metro,
o en la senda escondida
hallada en algún parque.

Se rendían
al arrecife calcáreo del deseo.

Sus cuerpos se buscaban
como busca la herida el salitre del tiempo.

Se querían
como las flores a las espinas hondas,
a pesar del misal y la ceniza,
de los ciclos bursátiles,
de la murmuración de los serenos.
De los viajes de él
la costura de ella
(y la culpa acechante
como un rifle apostado en cualquier agujero).

Se querían de noche, cuando los perros hondos
nunca en los cines/dd>
nunca entre las familias
que arropan a sus hijos.

Se querían.
Sabedlo

LA LLUVIA ES LA ANTESALA DEL RECUERDO.
Ahora llueve en Madrid
y yo arrastro tu cuerpo por las calles
como un disfraz de infancia comido por el fango.

Y quisiera contarte
que el atado de cartas sigue estando reunido
en aquel escritorio,
como tú lo dejaste.
Que nada se ha perdido,
excepto las palabras que no supe decir.

Y ahora llueve contigo,
sigue lloviendo
un agua inconsolable
que lava mis heridas
y hace que al recordarte
pueda verte de nuevo
en aquel hospital
respirando tus últimas palabras:

De la obediencia no se sale indemne.

Y ahora siento tu muerte
llamando a mi ventana
como un pulso de sangre,
o es la lluvia que bate en el cristal
con su pájaro herido,
con un ala de nadie

que te nombra
y me dice
que sigo estando allí
en aquel mes de julio
para desmantelar sin ti
la casa grande.

Y quisiera contarte
que estuve en Benarés
hace cuatro veranos,
y tú estabas allí,
a orillas del Ganges,
con los pies sumergidos
y la cabeza ungida por el limo sagrado.

Hija voluntariosa,
desando
los caminos
de la sangre.

Nada me pertenece.
Ni siquiera el olvido.

Ya ha cesado la lluvia.

Oigo tu corazón desafiante,
desalojando en mí
su última ola.

Más poemas

http://amediavoz.com/acquaroni.htm

https://www.poemas-del-alma.com/rosana-acquaroni.htm

Más noticias

https://www.todostuslibros.com/autor/rosana-acquaroni

http://www.rtve.es/alacarta/videos/palabra-voyeur/lamparas-arena-rosana-acquaroni/4903218/

 https://conoceralautor.es/libros/ver/la-casa-grande-de-rosana-acquaroni

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=acquaroni-rosana

https://www.escritores.org/biografias/22001-acquaroni-rosana

http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=4362

https://www.youtube.com/watch?v=hmczNW3zWN4

https://www.zendalibros.com/en-alas-del-aire-de-rosana-acquaroni/

https://www.diariocordoba.com/noticias/cuadernos-del-sur/rosana-acquaroni_1305915.html

  

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ME QUEDO AQUÍ | MARCO BALZANO

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


ME QUEDO AQUÍ BALZANO, MARCO Editorial: DUOMO EDICIONES S.L. Año de edición: 2019 Materia: Narrativa general ISBN: 978-84-17128-91-3 Páginas: 232 Encuadernación: Bolsillo  Colección: Nefelibata Precio: 16.80 euros

PREMIOS

Finalista del Premio Strega 2018, premio literario Elba 2018, premio Dolomitas de la Unesco 2018, premio Viadana 2018, premio Latisana 2018, premio Appeal Auctions 2018, premio Minerva 2018, sección Juvenil del Premio Omegna 2019, premio Bagutta 2019, premio Mario Rigoni Stern 2019, premio Méditerranée 2019 a la mejor traducción francesa.

SINOPSIS

La nueva voz de la literatura europea da vida a la historia. Una novela que ilumina el destino de una familia a lo largo del siglo XX.

Cuando la guerra llega a la puerta de casa o se produce una inundación, la población huye. Al menos, eso es lo que hace la mayoría de la gente, pero no Trina, una mujer fuerte y obstinada. Las palabras son la única arma de esta maestra decidida; palabras elegidas con cuidado para escribir a su hija desaparecida, con la esperanza de que un día vuelva; palabras que cuentan el destino de una familia en tiempos convulsos; palabras para expresar la fidelidad a los ideales de juventud y a la resistencia. Marco Balzano construye una novela cálida e intensa que mezcla la Historia en mayúsculas con las pequeñas historias cotidianas y en la que resuena la voz de Trina, una mujer inolvidable.

«Una novela que habla de los grandes momentos y temas de hoy.» – La Repubblica

«Una historia auténtica y pura.» – La Stampa

«La prosa realista de Balzano está llena de lirismo y describe a la perfección los estados de ánimo de las personas y el paisaje que atraviesan.» – Corriere della Sera

«Una historia hermosa, magnífica, poderosa.» – Actualitté.

Fuente: https://www.casadellibro.com/libro-me-quedo-aqui/9788417128913/10038721

RESEÑA

Últimamente, cansado por los excesos de las navidades y por otros temas ajenos a mi voluntad, he dejado de leer y de escribir. Mi diciembre literario, por decirlo de otra manera, ha sido nefasto y, tras el sopor y el cansancio, comienzo este año lentamente, como si incluso la literatura tuviese su cuesta de enero.

Emprendí la lectura de esta novela, de un texto supuestamente más cómodo que la poesía, para sumergirme en su lenguaje fluido, aunque no simple, eligiendo adrede una historia entrañable. Varios fueron los motivos que me impulsaron a la lectura de este libro: las reseñas positivas sobre el autor, los galardones y premios que obtuvo, la historia real como fondo mezclada de forma magistral con la ficción y, por qué no, la portada del libro. En la cubierta observamos un campanario que emerge sobre las aguas: dicha imagen es la síntesis perfecta de una historia sumergida, olvidada; simboliza y resume eficazmente los contenidos de la novela.

El agua lo cubre/cubrió todo, encarna la prepotencia, la invasión, la manipulación política, la violencia opresora, la resistencia de unos pocos que hoy solo pueden ser recordados. Si no existiera la memoria de la palabra, narrada o escrita, la historia solo sería un cúmulo de destrucción y olvido.

Curon, pueblo fronterizo situado entre Italia, Austria y Suiza, era un lugar cuya vida estaba marcada por el ritmo de las estaciones. La política y la historia eran solo ecos perdidos. El idioma era el alemán, la fe cristiana, el trabajo estaba en los campos.

La llegada de Mussolini lo cambió todo. Con el fin de la primera gran guerra y la firma de los armisticios entre las grandes potencias europeas, el pueblecito de Curon pasó a ser parte del territorio italiano. La llegada al poder del fascismo fue cruel, violenta, repentina: en el 1921 se sustituyeron los trabajadores lugareños de las principales instituciones públicas por italianos del sur, la lengua alemana de repente pasó a ser ilegal (a la vez que condenada y perseguida). Nadie conocía el nuevo idioma y parte de los habitantes de Curon se vieron condenados a una vida sin trabajo. La gente terminó por odiar el fascismo. En cambio, y me parece interesante señalarlo, el ascenso del nazismo fue muy bien acogido: años más tarde, la llegada de Hitler detuvo las obras del embalse, dio de nuevo trabajo a los lugareños en detrimento de los invasores italianos y permitió volver a hablar su lengua. Paradójicamente, el Reich fue visto como garante de la libertad y bienestar: durante años fue la imagen (sobrevalorada) de la salvación y muchos de los lugareños se fueron a Alemania o se alistaron en su ejército.

La realidad fronteriza de Curon, sacudida entre dos grandes potencias militares, se vio obligada a resistir: la protagonista de la novela, Trina, es una mujer que lucha contra la historia, contra la miseria, contra los invasores, contra los regímenes dictatoriales. Su deseo de quedarse, de no sucumbir, de no olvidar, de permanecer se descompone lentamente. Trina ve desintegrarse su tranquilidad, pierde a sus amistades por cuestiones políticas, pierde a su hija por irse a Alemania, su marido por ir al frente, y después pierde a su pueblo por escapar a las montañas, por hacerse desertora junto a su marido. Su idioma, el alemán, es el clavo ardiendo al que agarrarse para continuar la lucha, para conservar su identidad. La palabra le regala motivos para seguir adelante. Ella se defiende escribiendo: escribe para superar el dolor de una hija que decide irse con su tía, enseña alemán para suplir las injusticias del poder, publica cartas para denunciar la codicia del poder económico e industrial.

Seguir adelante es el único camino: su prosa (el autor escribe en primera persona con la voz de Trina) es confesional, como si la novela fuera un diario escrito por y para su hija Marica.

Resto qui / Me quedo aquí es el trabajo de un escritor prometedor, es una obra actual, sugestiva, que evoca episodios históricos llamativos y frecuentes en el siglo pasado; el trabajo de Marco Balzano recuerda otro título del homónimo escritor Julio Llamazares cuyo libro (Distintas formas de mirar el agua), también bellísimo, trata la historia de un pueblo español anegado por los intereses del poder franquista.

Para terminar, me gustaría trasladaros las preguntas que el mismo autor nos propone:

  • ¿Existe, para cada uno de nosotros, un lugar o una imagen que representa nuestras raíces?
  • ¿Elegimos nuestro idioma materno o el lenguaje se nos impone por la política y/o por la historia?
  • ¿Tenemos derecho a defender, incluso con la fuerza, nuestros territorios, nuestra identidad, nuestras raíces? ¿Debemos resistir?

En definitiva: una historia entrañable, un libro recomendable

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Ángeles Mora | La sal sobre la nieve

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


La sal sobre la nieve
Ángeles Mora
Antología 1982-2017
Tapa blanda: 244 páginas
Editorial Renacimiento
Edición, mayo de 2017
ISBN-10: 8416981477
ISBN-13: 978-8416981472
Precio 11.30 euros

Este mes he podido leer unos poemas inéditos de Ángeles Mora (podéis encontrarlos en el último número de la revista Quimera, https://www.revistaquimera.com/)  y he decidido recuperar su última antología para reseñarla.

Ángeles Mora, clase 1952, profesora y poeta reconocida con los premios más prestigiosos, es uno de los nombres fundamentales de la poesía hispanohablante actual. En LA SAL SOBRE LA NIEVE hallamos el trayecto vital, nómada, de una dama que entiende la poesía como búsqueda, como camino. Un poema es una ficción, una aventura con la que la artista se pierde para después reencontrarse transformada (lo real y lo ficticio son parte de la misma verdad). La escritura, por tanto, es una manera de ser y de encontrarse, la construcción de un lugar, el reflejo y refugio de una identidad cambiante («he vuelto del viaje y sin embargo, no regresé del todo»), es el cuento, simbólico y cotidiano, de una realidad que transmuta (“¿Quién vive aquí conmigo, / pero sin mí, / igual que si una sombra me habitara, / de mujer a mujer / sin que pueda tocarla / llenando de preguntas / mis largas noches de respuestas?”).

La lírica no se hace, te hace: se produce a través de un inconsciente que te encuentra («cuando escribo me escriben»), no es un producto de la vida (no una consecuencia ni una imitación), sino la propia vida. La piel es un papel y el papel escrito es un camino, la formación de una costra, la historia de una cicatriz, la investigación que redescubre nuestras propias derrotas.  La autora medita, investiga, reflexiona sobre sí misma, penetra en su propio ser y se descubre alejándose de los textos académicos: construye paulatinamente una nueva identidad («un espejo / en el que no me reconozco, / empaña tus ojos, / como una niebla gris»).

Los poemas ayudan a comprender el mundo, son el viaje de quien huye quedándose: sed o «vicio que nunca se detiene». El arte es la forma de habitar nuestra identidad («Mi nombre es el desierto donde vivo»): escribir calma la sed de un alma llena de lluvia, enfrenta las incertidumbres, nos acerca a la niebla de la vida. Escribir es asimismo la propia niebla («las palabras en lo que callan hablan»), es la forma de encontrarnos «a pecho descubierto», de resolver las contradicciones («haciendo me deshago») a partir de nosotros mismos («Cuando escribo me escriben, en su tela me enredo»), de reivindicarse («La mujer no es poesía, sino poeta») a través de unos textos de sujetos y no de objetos.

En definitiva: recomiendo la lectura de esta obra, ya sea a través de este poemario (la antología reúne sus mejores poemas y la edición es muy cuidada) o a través de los innumerables enlaces que circulan por la red de redes.

Enlaces

http://amediavoz.com/mora.htm

http://www.esdrujula.es/autores/angeles-mora/

https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81ngeles_Mora

http://www.cervantesvirtual.com/portales/angeles_mora/obra-visor/antologia-poetica–57/html/

http://www.cervantesvirtual.com/portales/angeles_mora/semblanza/

http://www.cervantesvirtual.com/portales/angeles_mora/bibliografia/

 

Poemas elegidos:  

  1. A DESTIEMPO
  2. PARA HABLAR CONTIGO
  3. DE POÉTICA Y NIEBLA

 

  1. A DESTIEMPO

Nací una noche vieja
del frío de diciembre.
Nervios, carreras en la casa,
vapor de agua caliente,
prisas, lágrimas, gritos,
susurros y pañales.

Las luces de aquel cuarto
se fueron apagando con mi llanto
mientras crecía
el bullir de la gente por las calles.

Calma adentro y afuera algarabía,
recordaba mi madre como un sueño.
En aquel desajuste
–todo un presagio-
he vivido por siempre.

Fuera del mundo yo,
aquella habitación, aquellos brazos,
aquella cuna.
Llegué muy tarde al año que se iba
y el que venía me encontró dormida.

 

  1. PARA HABLAR CONTIGO

De aquellos borradores que perdí
o que olvidé
o que se fueron,
qué parte de mí misma se salvó,
cuánto dejé de ser
escapando al abismo de unos versos.

Hasta dónde pudieron conducirme
tantos caminos inexplorados,
tantas lianas rotas en un bosque
cargado de silencios.

Y de tantas palabras que busqué,
la sola condición de mi existencia,
cuáles no confluyeron
en esta oscuridad de luna nueva
y estrellas que se fugan por el cielo.

La tierra es un lugar para vivir
pero los versos son la propia vida.
Sé que soy yo
pues me escribí en lo negro de tus ojos.

                                                           Contradicciones, pájaros, 2001.

 

  1. DE POÉTICA Y NIEBLA

                                                           tan lejos de uno mismo —hoy—

Aunque en las noches la busco,
sé que no existe,
que el hueco donde late,
dentro de mí, no es mi refugio,
ese hueco donde estoy y no estoy,
donde está y no está
—sin paz— la poesía,
no existe,
es solo —siempre— la pregunta
que me arrastra el poema.

El poema es lo que tengo:
a veces —lo sabemos de sobra— es dócil
como un cachorro que nos sigue
adonde vamos. Otras, es el cabo
de las tormentas,
indómito, intratable,
golpeando la niebla de mi pecho.

Paciente en cierto modo,
desciendo a la colmena de la ciudad dormida:
soy la abeja
atrapada en la celda
por el hilo
de su boca obsesiva.
Haciendo me deshago.
El poema es veneno
que bebo en mis labios.
¿Del fondo de qué abismo
asoman las palabras
pegajosas de vida
o de muerte?

En la sombra devano la madeja
que he llamado mi historia,
sílabas desnudas como miradas
que me corroen
o me alimentan.

El poema no es un juego,
no es un jeroglífico.
Pero hay que darle la vuelta
a las palabras, saber
que viven entrelíneas,
que se muerden la lengua
para decirnos:
en lo que callan
me hablan.

Escribir es niebla.
Para mí quiero
todas las palabras.

Cuando escribo me escriben.
En su tela me enredo.
Bajo la alfombra, 2008

 

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HE HEREDADO UN NOGAL SOBRE LA TUMBA DE LOS REYES | BASILIO SÁNCHEZ

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes
Basilio Sánchez
ISBN 978-84-9895-361-9
Colección Visor de Poesía N. 1061
Edición 2019
83 páginas, 12 euros
XXXI Premio Loewe 2018

Basilio Sánchez, Cáceres 1958, llega nuevamente a las estanterías con HE HEREDADO UN NOGAL SOBRE LA TUMBA DE LOS REYES, el último trabajo de una larga trayectoria poética.

Médico de profesión, poeta desde temprana edad, Basilio Sánchez es un personaje que, por su forma de ser, me proporciona simpatía (su calidad rehúye de los circuitos literarios influyentes), interés (su refinada poesía, fiel a su voz interior, es también una búsqueda constante y continua que se aleja de las modas del momento) y admiración (su virtuosismo nos regala un conjunto de reflexiones y versos que, en mi opinión, se mantendrán en el tiempo).

Su trabajo, dicho con sus mismas palabras, es el breviario de un contemplativo y reúne las meditaciones de alguien que se muestra y se define a través de la palabra. Sus versos a su vez forman y convierten, definen y explican la realidad que le rodea.

La poesía para Basilio Sánchez es su manera de ser, su lugar en el mundo: su compromiso, la contemplación y la exploración de la realidad («la realidad es un relámpago que persiste»), se revela con el ejercicio de su arte: «la palabra es lo conocido excavando una puerta dentro de lo desconocido». Su búsqueda («Estoy buscando ahora / la pila de una fuente / y una piedra grabada, / una gota de agua en el hueco de una concha / que aún pueda reflejar el universo, / aunque ya no sea el mar») reconduce sus pasos a lo cotidiano, a lo sencillo, a lo sagrado («Acercarnos con afecto a las cosas / nos permite intimar con lo sagrado / que permanece en ellas») y la conexión primigenia con el Todo se detiene ante la belleza de lo ínfimo («He aprendido a vivir con las ruinas, / a abrir una ventana y asomarme al silencio y a la ternura/ de lo que ya no existe»).

La poesía de Sánchez establece un vínculo con el mundo a través de lo sagrado de las cosas («Acercarnos con afecto a las cosas / permite intimar con lo sagrado / que permanece en ellas») y es la naturaleza la que nos regalará las respuestas que anhelamos («En la ventana arde / la lámpara de cobre / de la que se desprenden las palabras»).

Razón y poesía, sencillez y esencia, la experiencia y lo sagrado: el lenguaje poético de Sánchez huye de grandilocuencias refugiándose en la divinidad de lo cotidiano. Muy interesante.

NOTICIAS DE INTERÉS

Perfil del autor:
http://basiliosanchez.info/index.htm
http://basiliosanchez.info/biografia.htm

Más poemas del autor:
https://www.poemas-del-alma.com/basilio-sanchez.htm

POESÍA:

AMO lo que se hace lentamente,
lo que exige atención,
lo que demanda esfuerzo.

Amo la austeridad de los que escriben
como el que excava en un pozo
o repara el esmalte de una taza.

Mi habla es un murmullo,
una simple presencia que en la noche,
en las proximidades del vacío,
se impone por sí sola contra el miedo,
contra la soledad que nos revela
lo pequeños que somos.

El poeta no ha elegido el futuro.
El poeta ha elegido descalzarse en el umbral del desierto.

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J. M. BARBOT | AGUA SERÁS Y LO OLVIDASTE

El Anaquel

Los libros liberan más que nutren y quiero ser testigo de esta liberación.

Por: Matteo Barbato


Agua serás y lo olvidaste
J. M. Barbot
Colección Alcalima de Poesía
Editorial Lastura
Primera edición: junio, 2019
N.º de páginas: 82
Formato: 148×210 mm
ISBN: 978-84-120380-2-6
Encuadernación rústica con solapas
10.00 €

J.M. Barbot, seudónimo de José María Barranco Ribot, regresa a las crónicas literarias con su tercer libro, un poemario lleno de aciertos, fruto de una travesía vital llena de hallazgos, incertidumbres y deseos (los de un poeta en busca de respuestas, los de un arqueólogo con las manos llenas de barro).

AGUA SERÁS Y LO OLVIDASTE es el resultado de este proceso: un camino de «lluvia, vapor y sueño» que tiene como denominador común el agua.

Cabe destacar la curiosa y llamativa conjunción entre el hombre, buscador de antigüedades, y el alma de un poeta que (también) excava en las profundidades de la conciencia: el polvo de las excavaciones y el agua son conceptos centrales y simbólicos. Dos lados, distintos y complementarios[1], que ayudan a entender la figura del autor a través de sus múltiples yoes: la poética de un escritor que se redescubre a través de la palabra («El barro que traemos en las manos / nos dice quiénes fuimos en las sombras»), la de un «niño que bucea en los charcos», la de un adulto que aclara sus pasos a través del rastro distorsionado de la memoria. Somos noria y estanque, manantial y marea, charco y cloaca, cristal y conciencia, visión y olvido, sed y naufragio: los seres humanos son espejo del océano.

Desde las primeras líneas, el poeta, enfrentado voluntariamente a la verdad, se desnuda: «descubro que mi rostro /es igual que la máscara, /que jamás hubo sombra en los espejos / y que las cicatrices indelebles / son como las derrotas: / tan sólo una tramoya que sustenta / este escenario gris, / esta vida que es lo que parece». Su poética es directa e informal («mis poemas son más de andar por casa, /de mirar a los ojos y hablar de lo vivido») y sus versos ahondan en el pasado, en las pieles que se fueron desgastando, en los condicionales que no fueron futuro y en hermosos paisajes a lo que «nunca supe regresar».

Sus versos se unen bellamente a la nostalgia regalándonos palabras que arañan y acarician: léxico profundo e impactante, suave y demoledor a un tiempo, al igual que el agua. Las metáforas se mezclan con los recuerdos: emergen afanes e icebergs (vértices que «muestran la punta del desastre»), lo que somos y fuimos, lo que estamos siendo como reflejo de rostros sucesivos (nuestros yoes a través del tiempo): somos sueños ya inventados, gestos y mantras que «nos trasladan al oscuro vapor de la nostalgia».

En cada poema, nos aproximamos a la lectura de un multiverso que gira en torno a las múltiples semblanzas del agua. El ser humano, a su vez compuesto por el 60% de este elemento, nunca llegará a ser polvo tal y como nos ha ilustrado la cultura judeocristiana sino es y será «arena hecha diamante»: gracias al amor y al espíritu «somos eternos, invencibles como el agua».

A pesar de perdemos en los mapas absurdos del presente (y con grietas en los ojos), a pesar de la larga travesía y de las derrotas, la poesía nos acompañará en el camino: será alivio y símbolo de una lucha compartida entre lectores y poetas hasta que todos diremos… sí… «yo también me perdí en aquellos océanos, yo también naufragué en los mismos desiertos».

En definitiva, cinco capítulos, una treintena de poemas rotundos, cuidados en cada detalle[2]: ejercicios maravillosos que forjan un libro cuyo ritmo ágil y concienzudo recorre el mismo itinerario de un río que llega al mar.

AGUA Y OLVIDO

Eres agua que casi no recuerda
lo que fue justo antes de ser gota,
lluvia y vapor y sueño,
escarcha en las entrañas
o iceberg que nos muestra la punta del desastre.

Agua que vibra
en círculos concéntricos
cuando la piedra intenta
quebrar ese momento y esa lámina
en la que vemos a Narciso.

Has sido surco, acequia y rambla,
el cañón que se abre entre la roca
y el meandro indeciso que va y viene.

Gesto de paz –agua que no se niega
ni al peor enemigo–
pero también
el más feroz guerrero,
el que se traga ejércitos compactos
y acaba con imperios invencibles
y dioses que olvidaron aprender a nadar.

Embalse, noria y balneario,
diluvio, tromba, maremoto,
manantial que susurra en los jardines
y granizo que rompe cristales e ilusiones.
Compasión y crueldad en la misma moneda.

A veces sed, otras naufragio,
y un momento después
témpano y hielo,
río que nunca se repite
y no mira hacia atrás,
glaciar que atrapa y colecciona
reliquias del pasado que ya no tienen alma.

Grieta en la roca y desconcierto,
líquido pensamiento incontenible,
clepsidra que devora los minutos.

Fuiste vaso y cazuela,
redoma, cantimplora,
cafetera y pellejo,
e incluso el cuenco de las manos,
inmemorial, efímero y sencillo.

Y de nuevo serás, cuando te toque,
estanque y nieve,
charco, fuente, cloaca
y las gotas que empañan esa tarde de octubre
en que el verano empieza a desteñirse.

Eres agua.

Agua fuiste.

Serás agua.

Lo sabes desde siempre.

Lo sigues olvidando.

J. M. Barbot

J.M. Barbot, vallisoletano nacido en Burgos en 1976, se licenció en Historia, especialidad de Arqueología, en la Universidad de Valladolid. Su formación como arqueólogo incluye excavaciones en yacimientos emblemáticos como Tiermes, Pintia, Mérida o Jerusalén. Desde 1999 ha trabajado como arqueólogo en diversas empresas. En 2003 fijó su residencia en Madrid. En su faceta literaria, en el año 2000 ganó el I Certamen Provincial Poético Juvenil Ateneo de Valladolid con el poema ‘Insomnio del navegante’. Tras varios años apartado de la literatura, retomó su actividad en 2013 dando recitales poéticos en Madrid y Valladolid. Desde inicios de 2013 forma parte del grupo PoeKas. En 2014 fue seleccionado para participar en la antología Anónimos 2.2, editada dentro del festival Cosmopoética. Ese mismo año publicó su primer poemario, titulado “Ulises desconcertado” (Ediciones En Huida). En Lastura ha publicado el libro de cuentos “Cristales rotos”. En la primavera de 2019 ha publicado en esta editorial el poemario “Agua serás y lo olvidaste”.

Resumen biobibliográfico extraído desde la Web del editor: http://lastura.es/?page_id=256

[1]: Descubrí escuchando una vieja entrevista radiofónica que el autor no relaciona estos dos puntos en mi opinión tan cercanos, considerando que la poesía y la arqueología no tienen (o no tuvieron) conexión causal directa en la vida del autor. Quizá me equivoque…

[2] quiero destacar que incluso se tomó en cuenta la fecha de impresión de la obra que coincide con el nacimiento de Federico García Lorca.  Quizá sea solo una coincidencia, quizá sea la mano experta de Lidia López Miguel, la editora.