Tag : el-atelier

post image

DANTE ALIGHIERI, 700 AÑOS ETERNIDAD

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero


No es necesario haber leído a los grandes autores de la literatura universal para sentir sus huellas en frases o conceptos del lenguaje cotidiano. ‘Kafkiano’ dibuja los efectos de un desesperante trámite burocrático, ‘quijotesco’ describe un emprendimiento aventurero o una persona soñadora, valiente, incluso irreverente. Lo mismo pasa con ‘dantesco’: así aunque no hayamos leído ninguno de los 100 cantos que componen la Divina comedia, podemos utilizar dicho adjetivo en situaciones llenas de terror, dignas del escalofriante Infierno que retrató con tanta contundencia Dante Alighieri, “el poeta supremo” de Italia.

Estatua de dante alighieri en florencia, italia

Por su enorme dimensión, no resultan exageradas las variadas celebraciones que se han preparado por toda Italia y el resto del mundo para rememorar su huella a 700 años de su muerte.

Se desconoce la fecha exacta de nacimiento del poeta y escritor italiano, pero se calcula que fue entre el 21 de mayo y el 21 de junio de 1265, en Florencia, Italia. Falleció el 14 de septiembre de 1321.

No se sabe cómo ni dónde se educó, pero tenía amplios conocimientos en muchos campos y dominaba varias lenguas. Con nueve años vio por primera vez a Beatriz Portinari, de la que se enamoró platónicamente y que se convirtió en su musa, si bien apenas tuvo contacto personal con ella. Beatriz murió en 1290, y un año más tarde Dante se casó con la que había sido su prometida desde muy joven, Gemma di Manetto, con quien tuvo cuatro hijos.

Su primera obra, La vita nuova, compuesto por poemas líricos y capítulos en prosa, muestra su relación con el amor y en particular con Beatriz. Interesado en la política, desempeñó varios cargos como embajador y magistrado, hasta la ocupación de Florencia de la facción güelfa opuesta a la de Dante, apoyada por el Papa Bonifacio VIII.

Dante se vio obligado al exilio, y viajó de ciudad en ciudad mientras creaba La divina comedia, su obra más ambiciosa y considerada como una de las obras más importantes de la literatura universal. Florencia lo condenó a muerte, por lo que nunca pudo volver a su ciudad natal y falleció en Rávena, donde fue enterrado.

Sepulcro del poeta Dante Alighieri

Nunca habrá otro Dante. No sólo porque Dante Alighieri, fuera un genio irrepetible, sino también porque las condiciones actuales probablemente no son las idóneas para la aparición de un nuevo Dante. Pensemos en la personalidad del autor, aunque no sabemos mucho de su vida, a través de sus escritos podemos percibir que se muestra seguro de su idiosincrática teología católica y de su sistema de valores, que difería lo bastante de los dictados oficiales del Vaticano como para que algunos de sus escritos fueran prohibidos; tenía suficiente certeza acerca de su propia comprensión de los asuntos religiosos como para describir el inexplorado territorio del purgatorio y contarnos qué aspecto debería tener la santísima trinidad; estaba seguro de que las distintas religiones se equivocaban al situar a sus líderes en el infierno; sostenía con fuerza la opinión de que debemos tener dos gobernantes, un emperador universal y un papa, para regir sobre toda la humanidad. Todo esto permitió a Dante escribir la Divina Comedia, porque le daba la posibilidad de diseñar el infierno, el purgatorio y el cielo, así como a todos sus habitantes, y de describir su propio viaje por esos ámbitos.

A medida que fueron pasando los años, y los corpus de conocimiento y los sistemas de creencias se multiplicaron, el poema de Dante, con sus inflexibles puntos de vista, tuvo un recorrido difícil. España fue el primer país, aparte de Italia, que leyó y tradujo a Dante. La Inquisición, sin embargo, en reacción contra la incipiente diferenciación cultural, retrocedió ante la condena de Dante de varios dogmas católicos. Esto retrasó en España durante siglos la repercusión amplia de Dante. En el siglo XVIII, a ciertos creadores de tendencias culturales franceses, como Voltaire, les parecían bárbaras las descripciones que hacía Dante de los castigos infernales, de manera que lo enterraron, aún más, bajo su desaprobación. A lo largo del siglo XIX la teología y la ideología de Dante siguieron siendo las razones principales para impedir o permitir la lectura de su poema. En el siglo XX, después de la II Segunda Guerra Mundial, lo tacharon de demagogo, de extremista.

Con todo, Dante es más popular ahora en todo el mundo de lo que quizá haya sido nunca en cualquier otro momento de la historia. Y esto sucede a casi setecientos años después de empezar a escribir su poema.

A medida que ganamos distancia con respecto del rígido sentido de la realidad que tenía Dante, la realidad que él inventó meticulosamente en la Comedia se vuelve más accesible para todos nosotros. Es casi como si en un mundo que se ha diversificado en tantas religiones, sectas y culturas, la visión de Dante pudiera por fin ser compartida por todos nosotros -es decir, no nos pertenece a ninguno. Y esto es así porque  con el paso del tiempo la ideología política de Dante y la mayoría de sus certezas teológicas ya no suscitan polémica. Todos podemos creer en el poema, sin tener en cuenta nuestros antecedentes. Así, el poema en realidad logra finalmente lo que Dante se propuso: crear una nueva unidad.

Sepultura de Beatrice Portinari

Bien es cierto que seguramente no es así como Dante hubiera querido que leyéramos su poema. Sin embargo, la mayor parte de nuestro arte y nuestra cultura no se aprecia en el contexto que sus creadores imaginaron. Y sinceramente,  estoy segura de que el poema de Dante nunca se ha leído bajo el punto de vista que él quería. Dante, por lo que hemos podido averiguar, pretendía sinceramente que sus lectores creyeran que él en efecto realizó ese viaje por los tres reinos de la vida después de la muerte, como Eneas o san Pablo, a quienes menciona al comienzo de su poema. Pero no he encontrado ninguna prueba clara de que ningún lector se tomara esta pretensión en serio, incluso en tiempos del propio Dante. Ni siquiera su hijo Pietro, que escribió el primer comentario sobre el poema.

Pero esto es parte de lo que hace que la literatura sea excitante y siga viva: transformamos la literatura cada vez que la leemos, igual que Dante transforma a Virgilio, su autor favorito, al reclutarlo como personaje central de la Comedia. Virgilio incluso adquiere un nuevo destino en el plan de Dante -un destino agridulce, como guía valiente, pero también como ciudadano permanente del infierno-. Parte de la fascinación que Dante sentía por Virgilio viene del hecho de que si la Eneida contaba los orígenes de Roma, Dante estaba intentando arreglar la identidad presente y futura de Italia. Así que Dante integra a Virgilio en esta nueva visión. Aunque en su historia Virgilio resulte abandonado finalmente en el infierno, Dante se asegura de que su poesía no se abandone.

La Divina Comedia marca el origen de la literatura moderna: una literatura de ideas. De manera que aunque ajustamos constantemente nuestros paradigmas literarios, siempre llevamos con nosotros a Dante. Encontramos en él conceptos nuevos, nuevos principios, nuevos detalles, nuevos recuerdos para  que nos acompañen en el devenir de nuestro viaje. Es por esto que leer a Dante es tan importante, porque al leerlo lo seguimos haciendo nuestro a través de nuestra propia visión actual, y aunque leamos una traducción del texto, hallamos un Dante que tiene su propio valor, independientemente del texto original. Ya que la traducción de La Divina Comedia, es otra manera de desafiar constantemente al texto y de redescubrirlo. Lo que me lleva a la conclusión de que he leído La Divina Comedia  no sólo para descubrir lo que dice, sino también para descubrir lo que podría estar diciendo mañana. ¿Y tú por qué la lees?

post image

LARGA VIDA A LA TERTULIA

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero


Son tiempos complicados para las reuniones, los eventos sociales o los encuentros entre amigos. La pandemia y los confinamientos, aislamientos y las varias restricciones sociales a las que hemos estado (y seguimos estando) sometidos en estos últimos meses han tenido evidentes consecuencias en nuestra manera de ver la vida. La pandemia del coronavirus ha dejado un sentimiento agravado de soledad.

Soledad que ha sido mitigada en muchos casos por las video llamadas de familiares, de amigos y en casos como el mío, de las video reuniones de las tertulias literarias a las que pertenezco.

Pero ¿Qué son las tertulias?: son reuniones que, con un tono coloquial, se celebran periódicamente en casas o en cafés para hablar de literatura o de política o para compartir ideas, gustos y aficiones.

En España, las tertulias tienen su origen en las Academias del Siglo de Oro. En Madrid fueron famosas a comienzos del siglo XVII la Academia Selvaje y la Academia Mantuana.  La Academia Selvaje o Salvaje, también llamada Del Parnaso, surge en 1612 en la casa que el caballero Francisco de Silva tenía en la calle Atocha. El nombre de Selvaje venía del apellido del anfitrión: Silva. En esta Academia literaria, a la que asistió Miguel de Cervantes, cada miembro debía adoptar un seudónimo relacionado con el amor. Fueron frecuentes los certámenes literarios o justas poéticas. En la Academia Mantuana fue donde Lope de Vega leyó su “Arte nuevo de hacer comedias”. Por otra parte, existían las tertulias teatrales, donde los críticos hablaban de las obras representadas en los corrales de comedias, y hacían frecuentes alusiones a Tertuliano.

En el siglo XVIII brilla con luz propia la tertulia de los neoclásicos, en la Fonda de San Sebastián, la primera tertulia moderna de nuestra literatura. Dirigía la tertulia Nicolás Fernández de Moratín y  asistieron José Cadalso, Iriarte, Samaniego, Meléndez Valdés, Jovellanos, Goya, … Y en su última etapa también fueron contertulios varios autores del Romanticismo. En la tertulia se hablaba de literatura, de amores y de toros, de las tragedias italianas y francesas, y su orientación era más bien italianizante que pro-francesa. Estaba prohibido hablar de política. Los autores reunidos allí aspiraban a renovar la poesía, librándola de la tradición barroca, y pensaban crear también un nuevo teatro según los postulados estéticos del Neoclasicismo.

Era frecuente que los nobles convocaran en sus palacios a los escritores para que recitaran sus obras. Algunos, deseosos de diversión, citaban a escritores enemistados entre sí por el gusto de verles discutir.

La creación de Sociedades Económicas de Amigos del País a fines del siglo XVIII facilitó la creación de tertulias. Por su parte, la difusión de la prensa escrita, que se solía leer en los cafés y casinos, animó la charla y el debate en torno a la actualidad.

Las sociedades patrióticas, generadas en el breve período de libertad que supuso el Trienio Liberal (1820-1823), impulsan el auge de las tertulias madrileñas. En casi todos los cafés vibran encendidas las voces de los liberales y también de los conservadores. Tras la tiranía de Fernando VII renacen las tertulias.

Entre 1830 y 1849 tiene lugar una de nuestras tertulias literarias más importantes, la del Parnasillo, que congregó a los poetas románticos en el Cafetín del Príncipe. Este café, situado junto al Teatro del Príncipe (hoy teatro Español), congregó a decenas de escritores, entre ellos: Larra, Espronceda, Zorrilla, Bretón de los Herreros, Ventura de la Vega, Mesonero Romanos, etc. El cafetín del Príncipe era largo y estrecho y carecía de toda comodidad. Sin duda los románticos lo eligieron precisamente por su carácter decadente y porque allí nadie los importunaba. Tras las tertulias, algunos escritores se dedicaban a gastar bromas a los sufridos paseantes del Madrid nocturno.

En 1837 se constituye el Casino de Madrid, escenario de las tertulias de la clase dirigente. En la segunda mitad del XIX y durante el primer tercio del siglo XX las tertulias de la buena sociedad proliferan en los salones de los palacios madrileños (Palacios de Parcent, de Bauer, del marqués de Monistrol, Casas de las marquesas de Bolaños y Esquilache, Casa de Emilia Pardo Bazán…) En estas reuniones se combina la tertulia con recitales de poetas y actuaciones de músicos y cantantes. En los cafés públicos no estaba bien vista la participación de mujeres en las reuniones, por ello Concepción Arenal tuvo que vestirse de hombre para poder asistir a la tertulia del Café Iris. Las tertulias de las peñas taurinas fueron muy numerosas en los cafés y tabernas de Madrid. Otro tipo de tertulias se ha celebrado tradicionalmente en las reboticas de las farmacias (caso de la farmacia Deleuze) o en la trastienda de las librerías (caso de la librería Moya).

Los cafés históricos de Madrid, tristemente desaparecidos en su mayor parte, congregaron a escritores, artistas y amantes del saber. Fueron célebres las tertulias del café de Fornos, el café Suizo, el café Colonial, la Granja del Henar, el café de Las Columnas, el café de La Montaña… En el inicio del siglo XX, el Nuevo Café de Levante congrega a numerosos tertulianos. En palabras de Valle-Inclán: “el Café de Levante ha ejercido más influencia en la literatura y en el arte contemporáneo que dos o tres universidades y academias”. Valle-Inclán ha sido el tertuliano por excelencia de nuestra literatura. En su última etapa frecuentaba la tertulia de La Cacharrería, en el Ateneo.

uizás la tertulia más conocida de nuestro siglo XX haya sido la que tuvo Ramón Gómez de la Serna en el café-botillería de Pombo, tertulia inmortalizada en el famoso cuadro de Gutiérrez Solana. En el café del Prado, cerca del Ateneo, se sentaron en distintas épocas Bécquer, Ramón y Cajal, Menéndez y Pelayo, Buñuel o Lorca. En la cervecería de Correos se reunía García Lorca con otros poetas de la Generación del 27.

En el entrañable Café Lyon, incomprensiblemente transformado en pub irlandés, se congregaban varias tertulias: la de José Bergamín, la del banco azul, formada por miembros del gobierno de la República, la de Pittaluga, la de Valle-Inclán, o la de la Ballena alegre, de los falangistas. En el otro Lyon, “El Lyon D´or” se reunía la tertulia de los narradores de la generación de 1955, presidida por Antonio Rodríguez Moñino. Allí se citaban Rafael Sánchez Ferlosio, e Ignacio Aldecoa, entre otros.

Con la llegada de la Democracia, resurgen con fuerza las tertulias. En la Transición se crearon en Madrid nuevos cafés que reproducían el modelo de los desaparecidos cafés decimonónicos. Cafés como el Ruiz, el Manuela, el Despertar, La Aurora, el Central, etc. En Malasaña se reúne la tertulia de los presocráticos, a la que asisten Agustín García Calvo y Fernando Savater. Isabel Escudero, por su parte, creó la tertulia sobre el amor. La tertulia del Café Gijón congrega a escritores como Manuel Vicent o Francisco Umbral. Las tertulias inundan las emisoras de radio, permitiendo a muchos miles de oyentes incorporarse a estas charlas que salen de los cafés para expandirse a través de las ondas. Las tertulias audiovisuales marcaron la época de la Transición y de las primeras décadas de libertad. Lo que nos lleva a la pregunta ¿Existen las tertulias en la actualidad tal y como eran o han desaparecido? ¿Si existen han evolucionado o se han estancado en su definición del siglo pasado?

Actualmente no concebimos la Tertulia como  una manera de juntarse en un sitio estratégico y estar caliente. A la que se acudía desde las cuatro de la tarde hasta las nueve —hora a la que la mujer ya tenía la cena hecha—, y se tomaba un café y mucha agua, o se veía a quién arrimarse para poder tomar algo.

Después de todo lo dicho, y a pesar de muchas voces que dicen lo contrario, creo que las tertulias siguen existiendo, seguimos quedando en bares, bibliotecas, ateneos etc.: para recitar, hablar, estar juntos… Pero ¿Por qué son importantes las tertulias? Desde mi punto de vista, tenemos necesidad de expresarlos, de socializar, y una tertulia es una forma de juntarse menos seria, menos aburrida, menos academicista (en algunos casos) y más divertida e informal, aunque no por ello menos profunda. Y esto es así porque estamos en una sociedad donde todo el mundo tiene algo que aportar. Por ello la tertulia tiene un futuro largo, un futuro lleno de riqueza y pasión que la llevará a sobrevivir siglo tras siglo.

post image

LA MUJER EN LA LITERATURA DE LOS SIGLOS XVI al XVII

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero


El llamado “Siglo de Oro” tiene unos límites algo imprecisos (no todos los críticos aceptan este término ni las fechas que engloba), pero suele fecharse desde mediados del siglo XVI hasta casi finales del siglo XVII; es decir, incluiría parte del Renacimiento y parte del Barroco. El contraste entre estos dos siglos, el Renacimiento en el XVI (época de profundas transformaciones políticas, sociales y culturales) y el Barroco en el XVII (época de convulsiones, marcada por una fuerte visión pesimista de la vida) es evidente en la literatura nacida en este periodo.

Al hablar de la literatura castellana en los siglos XVI y XVII en seguida nos vienen a la mente nombres como Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, Góngora, Quevedo y Lope de Vega; pertenecientes todos ellos a la generación de Oro de la literatura española. Sin pararnos a pensar por un momento en la figura de la mujer dentro del mundo de la escritura, de su figura no como musa inspiradora de poemas, como objeto literario (personaje), sino como fuente de creación esta.

La eclosión, en el momento actual, de una literatura escrita por mujer, ha hecho que se vuelvan los ojos hacia aquellas escritoras que fueron pioneras en su arte. Así, no son ajenos a nadie los nombres de Safo y Erina, y empiezan a conocerse los de las trobadoresas, como el de Beatriz de Día, y los de los de algunas poetas arabigoandaluzas. Entre estas poetas podemos citar nombres como:

Wallada bint al-Mustakfi (994-1091)

Hija de uno de los últimos califas que vivió en el siglo X, la princesa Wallada es una de las escritoras importantes de Al-Ándalus que habló sobre su relación secreta con el poeta Ibn Zaydún y sus palabras están llenas de fuerza. En sus poemas, además de amor, hay celos, dolor, reproche y sátira.

Lubna de Córdoba (-984)

Esta escritora española se crió entre los muros del palacio del sultán Abderramán III, en Medina Azahara. Fue una intelectual andaluza del siglo X, nacida esclava y de origen cristiano. Experta en gramática y matemáticas, escribió poesía, fue responsable de la biblioteca real de Córdoba y secretaria del califa Alhakén II. La historiografía árabe afirma que Lubna trabajó también como traductora, escribiente, experta en adquisiciones para la biblioteca real y matemática.

Las trobairitz

En la Edad Media también hubo trovadoras y escritoras importantes, las trobairitz, mujeres de clases nobles que escribieron y transmitieron sus poemas, principalmente de amor, y que se movieron en la Provenza francesa y en Cataluña. Aunque la mayoría de las obras de las que hay constancia son de escritoras francesas, algunos expertos destacan a la gallega María la Balteira, que acompañaba al ejército cantando y bailando.

Leonor López de Córdoba y Carrillo (1362/1363-1430)

Natural de Calatayud y fallecida en Córdoba, su producción literaria está basada en sus Memorias, elaboradas ante un notario público, unas de las primeras autobiografías en lengua castellana. La importancia de este documento para las escritoras españolas es en gran parte histórica, ya que fue consejera de la reina Catalina de Lancáster durante la regencia de su hijo Juan II de Castilla.

Isabel de Villena (1430-1490)

Es la escritora más importante hispánica medieval de obra conservada por su amplitud y talla intelectual. Defendió la dignidad del género femenino. Nacida en Valencia en 1430, fue una escritora y religiosa que vivió en la corte de María de Castilla. La única obra que se ha conservado de su autoría es Vita Christi, edición de Aldonça de Montsoriu, abadesa que la sustituyó en el convento de las clarisas de Valencia. Hay algunas referencias a varios tratados y una obra mística, el Speculum Animae.

A este punto, es importante señalar que en nuestra tierra, la mujer escribía desde el momento en que se pasó del empleo del latín al romance, aunque esta labor fuera mal vista y ocultada bajo seudónimo por aquellas que se atrevían a desempeñar esta labor, reservada únicamente a los hombres. Partamos de ahí. Con todo, no fue fácil. María de Zayas se dirige a los hombres que les dan “por espadas ruecas y por libros almohadillas”, que “nos negáis armas y letras”. Más allá de momentos puntuales (el Japón de Shikibu, la Grecia de Safo, la Provenza del siglo X o el Al-Andalus de las poetas árabes), la creación femenina ha seguido un camino complicado, un camino repleto de obstáculos y de lucha. En la época que va del XV al XVII podemos nombrar a cuarenta y tres “poetisas”. De Florencia Pinar hasta Sor Juana Inés de la Cruz. Algunas son muy conocidas, como la santa Teresa de Jesús, María de Zayas y Sotomayor, sor Ana de Jesús (destinataria del Cántico espiritual) y Antonia de Nevares, hermana del último amor de Lope de Vega, padre de sor Marcela de San Félix, autora de El jardín del convento. Y además del “Fénix de México”, hay una lisboeta: Violante Do Ceo; una peruana: Amarilis, y una napolitana: Luisa Manrique.

El oficio de escritora no estaba muy identificado con el papel de la mujer en la época. Sin embargo, hubo un personaje masculino que defendió en este sentido a la mujer, propugnando que las mujeres tenían que aprender a leer, eso sí, para conocer mejor los libros eclesiásticos y sagrados y, por supuesto, sin olvidar nunca sus obligaciones domésticas. Hablamos del humanista Juan Luis Vives. Poco después, Fran Luis de León también abogaría por la necesidad de que la mujer aprendiera a leer. En su obra La perfecta casada, así lo expresa, aunque no opina lo mismo con respecto a la escritura.

Beatriz Galindo «La latina» (1465-1534)

Entre las mujeres escritoras, conocida como «La latina» perteneció a la nobleza del entorno de los Reyes Católicos y conversó en latín con la reina, con quien mantuvo una intensa amistad. Influenciada por el ambiente de estudios de su ciudad natal, Salamanca, fue una mujer culta, dominadora de los textos clásicos a los 16 años. Se le atribuyen el Estudio, notas y comentarios sobre Aristóteles, junto a algunos poemas y cartas en latín.

Florencia Pinar (1470-1530)

Aunque se desconocen algunos datos biográficos de esta escritora española como su lugar de nacimiento, de Florencia Pinar se sabe que fue dama de la corte de Isabel I y primera mujer en participar en justas poéticas. Fue incluida en el Cancionero General y se le atribuyen seis canciones.

Sor María de Santo Domingo (1480/86-1524)

Si bien otras escritoras importantes de la época pertenecían a la nobleza, en el caso de Sor María de Santo Domingo o beata de Piedrahita fue hija de labriegos y campesina hasta que tomó los hábitos, estando primero en Piedrahita y después en Ávila. No llegó a escribir, pero utilizó el dictado para transmitir sus experiencias místicas a través de El Libro de la Oración y Las revelaciones.

Leonor Centellas Marquesa de Cotrone (S. XV)

Junto a Florencia del Pinar, Leonor Centellas es la otra mujer escritora en el Cancionero General. Hay constancia de que en las fiestas de coronación de los Reyes Católicos en 1475 en Valladolid sacó una invención basada en fuegos bordados en la manga de su vestido junto a unos versos que decían «Mi hazer ansí me conviene/contenta con lo que fuere».

Beatriz Bernal (1501/1504 – 1562/1586)

Después de tener muestras de literatura femenina fundamentalmente en verso y en torno a experiencias personales, la vallisoletana Beatriz Bernal publicó en 1545 la primera novela escrita por una mujer, en concreto, una novela de caballerías llamada Cristalián de España. En la primera edición figuraba como autora una «señora natural de la noble y más leal villa de Valladolid», aunque posteriormente se conocería el nombre tras la reimpresión encargada por su hija, una curiosidad más que nubló el conocimiento en su época de otra de las mujeres escritoras españolas.

Oliva Sabuco (1562-1622)

Considerada escritora española del Renacimiento, nació en Alcaraz (Albacete) y compuso la Nueva Filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos, la cual mejora la vida y salud humana. Es un tratado sobre filosofía y salud donde, entre otros contenidos, hablaba del tratamiento para la peste. Por esta obra se ganó muchos halagos de la época e incluso Lope de Vega la llamó la «décima musa».

Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695)

Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana​, ​ más conocida como sor Juana Inés de la Cruz, fue una religiosa jerónima y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español. Considerada por muchos como la décima musa, cultivó la lírica, el auto sacramental y el teatro, así como la prosa.

Cristobalina Fernández de Alarcón (1576-1646)

Autora natural de Antequera (Málaga) que se codeó con los mejores poetas andaluces de la época e incluso se impuso en algunas justas poéticas. Fue incluida en la antología Flores de poetas ilustres junto a autores como Góngora, Quevedo o Lope de Vega. Su principal temática fue religiosa, aunque escribió una bella canción de amor de estilo petrarquista.

Ana Caro Mallén de Soto (1590-1646)

Continuamos en el Siglo de Oro con otra autora andaluza, en principio sevillana, aunque este aspecto no está totalmente claro. Se le conocen cuatro relaciones de poemas impresos, algunas décimas a personas relevantes y las obras de teatro El conde partinuplés y Valor, agravio y mujer, comedia famosa en la época. Se le considera la primera dramaturga profesional.

Ana Caro Mallén de Soto (1590-1646)

Continuamos en el Siglo de Oro con otra autora andaluza, en principio sevillana, aunque este aspecto no está totalmente claro. Se le conocen cuatro relaciones de poemas impresos, algunas décimas a personas relevantes y las obras de teatro El conde partinuplés y Valor, agravio y mujer, comedia famosa en la época. Se le considera la primera dramaturga profesional.

María Zayas y Sotomayor (1590-¿1661?)

Natural de Madrid, fue una mujer que vivió en diferentes ciudades por pertenecer a familia de militares. En literatura destacó por la escritura de novelas amorosas de ambiente cortesano, en algunos casos plagiadas por su marido. Escribió además una comedia y se acerca en ocasiones a la picaresca. Sus principales obras son Novelas amorosas y ejemplaresDesengaños y La traición en la amistad.

Santa Teresa de Jesús (1515-1582)

Fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos —rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo—, mística y escritora española. También es conocida simplemente como santa Teresa de Ávila. Su nombre secular fue Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada.

Antonia de Navares ()

En realidad de ella se sabe muy poco, solo que fue la hermana de la amante de Lope de Vega.

Sor Marcela de San Félix (1605-1687)

Hija de Lope de Vega y de la actriz Micaela de Luján, pasó a ser religiosa con 16 años bajo la denominación de Sor Marcela de San Félix. Escribió mucho más de lo que se ha conservado en cinco volúmenes y una autobiografía espiritual que fue quemada junto a cuatro volúmenes. Se conservan veintidós romances, dos seguidillas, ocho loas, una endecha, una lira, un villancico y seis obras teatrales.

Juliana Morell (1594-1653)

Fue descendiente de judíos conversos. Estamos ante una poeta con grandes conocimientos clásicos y de distintos idiomas a una edad muy joven. Defendió una tesis sobre Margarita de Austria en 1608 con 14 años y sus obras principales son traducciones de textos eclesiásticos.

Marcela del Carpio, Sor Marcela de San Félix (1605-1687)

Hija de Lope de Vega y de la actriz Micaela de Luján, pasó a ser religiosa con 16 años bajo la denominación de Sor Marcela de San Félix. Escribió mucho más de lo que se ha conservado en cinco volúmenes y una autobiografía espiritual que fue quemada junto a cuatro volúmenes. Se conservan veintidós romances, dos seguidillas, ocho loas, una endecha, una lira, un villancico y seis obras teatrales.

Violante Do Ceo (1693-?)

Violante del Cielo, nacida como Violante de Ávila da Silveira Montesinos, fue una religiosa dominica y escritora en lengua portuguesa y castellana.

Amarilis ()

Amarilis fue, al parecer, una poetisa anónima peruana de finales del siglo XVI. Se cree que nació en Huánuco. No se sabe a ciencia cierta si fue hombre o mujer, aunque se cree que fue mujer por la lectura del único poema.

Luisa de Manrique (1649-1721)

María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga fue virreina de Nueva España de 1680 a 1686 junto con su esposo Tomás de la Cerda y Aragón, III Marqués de la Laguna de Camero Viejo.​ Ella, además, era princesa de la casa de Mantua Gonzaga-Guastalla y XI condesa de Paredes de Nava.​

La variedad formal es notable dentro de la producción literaria de estas valientes mujeres que se atrevieron a ir más allá de lo que su género permitía en aquellos siglos. Así encontramos sonetos, octavas, romances, villancicos, letrillas, madrigales, sátiras, liras, décimas… Más allá de las obras indiscutibles (la de la santa de Ávila o la magistral de sor Juana Inés de la Cruz), destacaría la “Epístola a Belardo”, de Amarilis; el soneto “Al marqués de San Felice”, de Euterpe o el primero de Leonor de la Cueva; los poemas de las extremeñas Luisa de Carvajal y Catalina Clara Ramírez de Guzmán; y el “Himno en desprecio del mundo”, de sor Hipólita de Jesús.

Para terminar, quisiera señalar que durante este periodo, podemos vislumbrar un discurso literario en el que la mujer da testimonio a través de la literatura, de su “yo” creador, y esto lo hace a través de la experiencia propia, busca unas señas de identidad para, además de estar existir, se consiga ser, comenzar a ser, fuera del yugo de la sombra masculina. Las escritoras, poetas de ahora deberíamos estar agradecidas a estas mujeres que constituyen la semilla de lo que somos, sin olvidarnos de seguir luchando por todo aquello que llegaremos a ser, pues en algunas circunstancias aún se nos “menosprecia” y no se nos da el lugar que nos corresponde.

post image

ANNE SEXTON, EL RITUAL DEL FIN

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero


Al hablar de Anne Sexto es inevitable comenzar por el final, cuando un 4 de octubre de 1974, vestida con el abrigo de piel de su madre y después de haber bebido dos vodkas, entró en su garaje con un tercero, encendió el motor del coche, conectó la radio y se quitó la vida.

Sexton, junto a Sylvia Plath, fue una de las exponentes de la “poesía confesional”. Este género surgido en Estados Unidos se ligaba al movimiento beat de mediados de los 50, se caracterizó por la expresión de la propia experiencia y la psicología como una autoexposición dolorosa, abarcando temas tabús como las relaciones sexuales o las enfermedades mentales al acercase al psicoanálisis.

Anne Gray Harvey (Anne Sexton) nació el 9 de noviembre de 1928 en el seno de una familia burguesa de Massachusetts. Hija de un exitoso fabricante de lanas, era la menor de tres hermanas, desde niña se interesó por la poesía. Siempre vivió en buenos barrios de Boston. Se fugó de casa escapando de problemas afectivos, decidió dejar los estudios para casarse con Alfred Sexton, del que adoptó su apellido. El nacimiento de su primera hija la indujo una depresión post-parto que la mantuvo en un hospital psiquiátrico. A pesar de pasar por hospitalizaciones a lo largo de toda su vida, debido a severos episodios de bipolaridad y crisis, acrecentada por el nacimiento de segunda hija, y atrapada en un matrimonio convencional, finalmente, encontró consuelo en la poesía, y un modo de catarsis.

Su médico, el doctor Martin Orne, la alentó a escribir poesía y en 1957 se unió a un taller de poesía animada por John Holmes. Poco después sus poemas conocieron cierto reconocimiento, sobre todo con sus publicaciones en varias revistas de prestigio estadounidenses como el New Yorker, Harper’s Magazine o Saturday Review. Su mentor, W.D. Snodgrass, intentó desarrollar su creatividad. Su poema Heart’s Needle la inspiró para escribir The Double Image, poema sobre las relaciones entre madre e hija.

En el atelier de John Holmes, conoció a la poetisa Maxine Kumin, de quien no se separó hasta el final de su vida y con quien escribió 4 libros infantiles. Asistió a varios cursos en la Universidad de Nueva York y en Boston. Allí estudió y coincidió con Robert Lowell al que consideró su mentor, y también a la también poeta  Sylvia Plath, a la que le unió una gran amistad, pasión e identificación mutua, y cierta rivalidad poética.  Años más tarde al enterarse de su suicidio en Londres dijo: “Se me ha adelantado. Esa muerte tenía que ser mía”. Anne Sexton también dirigió sus propios talleres de poesía en el Boston College, el Oberlin College y la Colgate University.

Sexton ofrece al lector una visión íntima de la angustia emocional que caracterizó su vida. Anne convirtió la experiencia de ser mujer en el tema central en su poesía, es la figura moderna del poeta confesionalista, a pesar de que soportó críticas por tratar asuntos tales como la menstruación, el aborto y la drogadicción.

Sexton fue una mujer reconocida y premiada en su tiempo, becada para escribir sus libros, profesora titular en la Universidad de Boston, ganadora del Pulitzer (1967), fue también jurado del prestigioso premio. Su poesía confesional la convirtió en una de las escritoras más famosas de su país. Para quien no la conozca son muy recomendables los vídeos en los que aparece en su casa en 1966. Cuando Sexton recita Menstruación a los 40 años tiemblan los relamidos jardines del sueño americano.

Delgada y alta como una modelo, teatral, con sus ojos azules y su pelo negro, su voz de fumadora se pega a la piel como el sudor en verano. Su amiga la escritora Maxine Kumin relata que al conocerla en un taller de poesía le llamaron la atención las pulseras, los tacones y el perfume francés. Su poesía se regodeaba en los tabúes del cuerpo femenino y ella, siempre intensa, no dejaba indiferente a nadie.

Poemarios: To Bedlam and Part Way Back (1960), All My Pretty Ones (1962), Live or Die (1966) – Premio Pulitzer de poesía en 1967, Love Poems (1969), Transformations (1971), The Book of Folly (1972), The Death Notebooks (1974), The Awful Rowing Towards God (1975, póstumo), 45 Mercy Street (1976, póstumo), Words for Dr. Y. (1978, póstumo).


5 poemas de Anne Sexton

Rezando en un boeing 707

Madre,
cada vez que le hablo a Dios
tú te entrometes.
Sales con tus bla bla blas en bloque,
otra vez con el asunto de las cartas.
Si escribo un poema
tú das un reporte contable.
Si hago el amor
me das las frases más graciosas.
Señora Sarcasmo,
¿por qué no te queda ningún hijo?
Ellos se aguantan sus reverencias.
Ellos se agachan con tu estilo.
Ellos se estrechan las manos –como-estás-tú
en esa misma forma inimitable.
Ellos se saltan la sopa con perejil
como tú nunca pudiste.
Ellos llevan a sus hijos en sus brazos
como tazas de chocolate caliente
como tú nunca pudiste
y todavía, todavía
con tu sonrisa, con tu hoyuelo, te imitábamos
te imitábamos a lo lejos…
el gran pino del verano,
la playa que te bañó de aceite,
el jardín hecho de narices,
la luna atada sobre el mar,
los grandes perros de sangre caliente…
la muñeca que me diste, Mary Gray,
o que tu madre me dio
o que me dio la crida.
Quizás fue ella.
Ella tenía un alma,
y era italiana.
Madre,
cada vez que le hablo a Dios
tú te entrometes.
Arriba en el avión,
bajo las nubes tan pequeñas como cachorros,
el fuego postrado en el sol,
hablé con Dios y le pedí
platicarle mis fracasos y mis éxitos,
le pedí que me hiciera un juicio moral
como lo hace.
Él dice
no has hecho,
no has hecho.
Madre,
tú y Dios
flotan con el mismo vientre
arriba.

Esperando morir

Ahora que lo preguntas, no recuerdo muchos días.
Camino metida en un sobre sin sellos postales para este viaje.
Es así, que como una lujuria innombrable, soy devuelta.
Aun entonces, no tengo nada contra la vida.
Conozco bien los brotes de hierba que mencionas
Y los muebles de casa que pusiste bajo el sol.
Pero los suicidas tienen un lenguaje especial.
Así como los carpinteros quieren saber cuáles herramientas.
Ellos nunca preguntan para que construir
Dos veces simplemente me declaré a mí misma
Haber poseído al enemigo, haber devorado al enemigo,
Tomado sus artificios, su magia.
De esta forma, profunda, meditada
Tibia como agua o aceite
Me he quedado babeando por el agujero de la boca.
No pienso en mi cuerpo como si fuera un bordado.
Incluso la cornea y los residuos de orina se fueron.
Los suicidas están listos para traicionar al cuerpo.
Aun siendo abortos, no siempre mueren,
Pero deslumbrados, no pueden olvidar la dulce droga.
A la cual desde niños les gustaba mirar y sonreír.
¡introducir toda esa vida bajo tu lengua!
Eso, por sí mismo, se convierte en pasión.
La muerte es una osamenta triste; amoratada, tú lo dijiste,
Y ahora ella espera por mí año tras año,
Para deshacer delicadamente un viejo deseo.
Para vaciar mi aliento de esta mala prisión.
Haciendo un balance, los suicidas

Flores y gusanos

Dejen dar a las flores un paseo
En lunes, para que pueda ver
Diez margaritas en un florero azul
Con, quizás una hormiga roja
Trepando hacia el centro de oro.
Un pedazo de campo en mi mesa,
Cerca de los gusanos que se agitan deslumbrados,
Moviéndose en el fondo de su viscosidad,
Moviéndose en lo profundo del abdomen de dios,
Moviéndose como aceite en el agua
Deslizándose al través de la buena tierra.
Las margaritas crecen salvajes
Como palomitas de maíz.
Ellas son la promesa de dios en el campo.
Soy tan feliz de amarlas, margaritas.
Así como ustedes de ser amadas,
Y encontrarlas mágicas, como un secreto
Del indolente campo.
Si todo el mundo recogiera margaritas
Las guerras terminarían, cesaría el frió común,
El desempleo terminaría, el mercado monetario se mantendría estable y no habría flotación de ninguna moneda.
Escucha mundo.
Si te tomaras el tiempo de recoger
Las flores blancas de corazón cobrizo,
Todo estaría mejor.
Ellas son humildes,
Son tan buenas como la sal.
Si alguien las hubiera llevado diariamente
Al cuarto de van gogh, su oreja se hubiera quedado en su sitio.
Me gusta pensar que nadie moriría nunca mas
Si todos creyéramos en las margaritas,
Pero los gusanos lo saben mejor, ¿no es cierto?
Ellos se deslizan en el oído del cadáver
Escuchando sus grandes suspiros.

La verdad que los muertos conocen

Se acabó, digo, y me alejo de la iglesia,
rehusando la rígida procesión hacia la sepultura,
dejando a los muertos viajar solos en el coche fúnebre.
Es junio. Estoy cansada de ser valiente.
Conducimos hasta el Cabo. Crezco
por donde el sol se derrama desde el cielo,
por donde el mar se mece como una cancela
y nos emocionamos. Es en otro país donde muere la gente.
Querido, el viento se desploma como piedras
desde la bondadosa agua y cuando nos tocamos
nos penetramos por completo. Nadie está solo.
Los hombres matan por ello, o por cosas así.
¿Y qué ocurre con los muertos? Yacen sin zapatos
en sus barcas de piedra. Son más parecidos a la piedra
de lo que lo sería el mar si se detuviera. Rehusan
ser bendecidos, garganta, ojo y nudillo.

El beso

Mi boca florece como una herida.
He estado equivocada todo el año, tediosas
noches, nada sino ásperos codos en ellos
y delicadas cajas de Kleenex, llamando llora bebé
¡llora bebé, tonto!
Antes de ayer mi cuerpo estaba inútil.
Ahora está desgarrándose en sus rincones cuadrados.
Está desgarrando los vestidos de la Vieja Mary, nudo anudo
y mira, ahora está bombardeada con esos eléctricos cerrojos.
¡Zing! ¡Una resurrección!
Una vez fue un bote, bastante madera
y sin trabajo, sin agua salada debajo
y necesitando un poco de pintura. No había más
que un conjunto de tablas. Pero la elevaste, la encordaste.
Ella ha sido elegida.
Mis nervios están encendidos. Los oigo como
instrumentos musicales. Donde había silencio
los tambores, las cuerdas están tocando irremediablemente. Tú hiciste esto.
Puro genio trabajando. Querido, el compositor ha entrado
al fuego.
post image

POESÍA Y MÚSICA ESA RELACIÓN ¿AMOROSA?

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero


Pese a que el ser de la música y el ser de la poesía son distintos, tanto por su origen, sus métodos y procedimientos, hay instantes de revelación o de creación en los que la música desemboca en la formación de un universo poético, y momentos en que la poesía propicia y da forma a un contenido o universo musical. Y es que la música y la poesía siempre han estado íntimamente unidas. La música obra en el sonido y el silencio, la poesía obra en la palabra. Sin embargo, las palabras también conllevan sonido y silencio. La música también conlleva significado por sí misma, igual que las palabras, y es aquí donde encontramos la estrecha relación que las enlaza y funde.

A través de la historia de la cultura y remontándonos a la antigua Grecia, nos encontramos tres tipos diferentes de poesía: lírica, dramática (teatral) y épica (narrativa). En este punto es importante subrayar que la poesía lírica se acompañaba de la música de la lira, y que los rapsodas cantaban los versos. Por lo que es importante subrayar que muchas de las obras maestras de la música han partido de un texto o un contexto literario, y muchas otras obras literarias, también grandiosas, han partido de un punto únicamente musical. Así podemos poner como ejemplo la audición de dos obras muy conocidas, la Sexta Sinfonía de Beethoven llamada “Pastoral”, cuya expresividad es la poetización de lo que acontece en el campo. De forma contraria, podemos poner la Octava Sinfonía, del mismo autor, donde la música es creada desde sí misma y no expresa absolutamente nada literario o visual y es considerada como ejemplo de “música pura”.

Son muchos los autores que han escrito sus poemas para la música, tal es el caso de Rosalía de Castro, que escribió sus versos “Cantares Gallegos” a tal fin.

  “As de cantar
Meniña gaiteira,
As de cantar
Que me morro de pena

Canta meniña
Na veira da fonte,
Canta dareiche
Boliños do pote.

Canta meniña
Con brando compas,
Dareich' unha proya
Da pedra do lar…”

Por lo que podemos sostener que una sola palabra es capaz de desencadenar todo un contexto musical; asimismo, una nota musical, un motivo o un timbre de cualquier instrumento, contextualizándolo de determinada manera, puede desencadenar una serie de pensamientos poéticos, filosóficos, sociales, retóricos, etc., y también expondrían un sin fin de posibles relaciones entre palabra y música.

La palabra desde el ámbito de la poesía adquiere una musicalidad propia, creando así la eficaz comunicación del ser aún más abstraído, tal es el caso del llamado “Cancionero” donde los poemas se agrupaban en canciones y decires: las canciones eran escritas para ser cantadas, e incluso existieron Cancioneros musicales; y los decires que se escribían básicamente para ser leídos o recitados. La poesía pues, tiene ese elemento, en determinados estilos, común e indispensable con la música, y esto es la abstracción, cosa que no logran otras formas de escritura como la prosa.

Cualquier cosa escrita o dicha, nos sugiere un ritmo o nos refiere cierta entonación. Cualquier melodía, nos hace pensar e imaginar tantos universos como sean posibles. Según Humberto Eco, las obras literarias nos invitan a la libertad de la interpretación, porque nos proponen un discurso con muchos niveles de lectura y nos ponen ante las ambigüedades del lenguaje y de la vida.

El ritmo es a la música lo que la palabra a la idea y el paralelismo que esto conlleva hace un todo más completo y complejo, decía Vicente Aleixandre: “La música es la poesía que ha transcendido porque no necesita de la palabra”. Y es que la idea de música siempre ha ido insertada de alguna manera en la poesía, ya sea explícita o implícitamente, deduciendo esa “musicalidad” (ritmo) que nos resuena mentalmente mientras leemos o escuchamos algún verso rimado.

La primera impresión: Cuando usamos un texto para la música, nos viene a la mente algún tipo de melodía que exprese la idea textual, cuando hay recitador y el texto no se canta; de todas formas, inconscientemente, buscamos la forma de que la música exprese lo dicho. Un buen ejemplo al respecto es “As froliñas dos toxos” poema de Antón Noriega Varela, fueron musicadas por el compositor catalán Eduard Toldrá en 1951, el cual también puso música al hermoso poema “Madre unos ojuelos vi” del poeta Lope de Vega.

  “Madre, unos ojuelos vi.
verdes, alegres y bellos.
¡Ay, que me muero por ellos,
y ellos se burlan de mí!
 
Las dos niñas de sus cielos
han hecho tanta mudanza,
que la calor de esperanza
se me ha convertido en celos.
Yo pienso, madre, que vi
mi vida y mi muerte en ellos
¡Ay, que me muero por ellos,
y ellos se burlan de mí!
 
¡Quién pensara que el color
de tal suerte me engañara!
pero ¿quién no lo pensara,
como no tuviera amor?
Madre, en ellos me perdí,
y es fuerza buscarme en ellos.
¡Ay, que me muero por ellos,
Y ellos se burlan de mí! "

Sin querer sobreponer la palabra a la música ni darle mayor relevancia sobre las artes como algo necesario, diremos que sin las palabras, sin el texto o sin la partitura, la ejecución y la audición poco o nada podría expresarse.  Ya que ambas manifestaciones son necesarias para la comunicación. Llegamos pues a la idea del “contexto” de la creación artística que se desarrolla en un mundo que comprende paralelismos, convergencias y divergencias entre el arte y la música con respecto a la palabra. Llegados a este punto, para mí es importante señalar que en ningún momento quiero decir, ni insinuar que la música esté a merced del texto o que el texto explique lo que suena, ya que no siempre sucede así.

La música creada en relación con algunas formas poéticas, es otro recurso recurrente en la composición. Ya que la relación música-poesía o poesía-canto no es nada nuevo, pues a través de la historia contamos con muchos ejemplos a este tenor. Conviene señalar que no son sólo los poetas desde el siglo XVII al XXI, los que han escrito poesía para la música o poesía que más tarde ha sido musicada, sin que haya tenido nada que ver en ello el deseo del autor. El interés de la música, más concretamente de los compositores, hacia la poesía también recae en la poesía medieval, renacentista, romancista, etc. Como es el caso de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Lope de Vega, incluso Jorge Manrique, del cual han sido musicadas sus “Coplas” por el vihuelista y compositor Alonso Mudarra, gran exponente del Renacimiento español, que publicó en Sevilla en 1546, sus “Tres libros de música en cifra para vihuela”

Este también es el caso de “Rimas y Leyendas”, la obra más célebre de Gustavo Adolfo Bécquer. Muchos de los poemas de este libro fueron utilizados por el compositor Isaac Albéniz, para componer música destinada al acompañamiento del canto o la recitación, lo que supuso una de las primeras obras para voz y piano del genial pianista y compositor. Como ejemplo, la rima VII.

 "Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.
 
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
 
¡Ay! pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: «¡Levántate y anda! "

En el caso de León Felipe muchos de sus poemas fueron recogidos en un álbum que lleva por título “Versos y canciones de caminante” y que fue nominado y finalista como “mejor álbum de música clásica” en los premios nacionales de la música independiente (MIN). En el caso de Miguel Hernández, Antonio Machado y Rafael Alberti, son muchos los cantautores que han llevado sus poemas a la música, como es el caso de Joan Manuel Serrat, Amancio Prada, entre otros.

Llegados a este punto y para finalizar, solo me resta señalar que el reencuentro de lo musical con lo poético se produce en ese horizonte en el que ambas artes trascienden sus limitaciones, y que ambas están destinadas a permanecer enlazadas entre sí a lo largo del tiempo, puesto que el objeto poético no es exclusivo de la poesía o la palabra, como el objeto musical no se limita única y exclusivamente a la especialización del oficio de músico. No cabe la menor duda: A la sensibilidad interna e incluso externa, que al momento de enfrentar la poesía a la música, ambos elementos estarán presentes uno en otro, y seremos capaces, según nuestra competencia sensible, de notar los paralelismos entre una y otra y de generar convergencias, o de acertar en los puntos en que se unen y separan poesía y música.

post image

ANTONIA POZZI: “CADA QUIEN LA PROPIA TRISTEZA”

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero


Cada quien la propia tristeza / se la compra donde quiere / también en una tienda negra / austera / entre libros polvorientos / que se liquidan a precios rebajados.

Puede que sea aquí dónde la literatura abre el gran abismo hacía la tristeza, hacia lo más profundo de la melancolía, hacia esa sombra que nos cubre y nos proyecta como un alargado ciprés que señala el ocaso y su desdibujado margen entre el día y lo que ya será para siempre noche. La tristeza de Antonia Pozzi es un páramo de recuerdos que desemboca en un manantial oscuro: Oh, dejad que yo me pierda / sombra en la sombra. Parece que así, la poeta italiana entra en la amarga negrura que precede a la nada, pero no al olvido. Detrás de ella un caudaloso río de versos permanece, como agua en el agua. La misma tal vez que abrazó a Virginia Wolf, en su camino hacia el silencio, o la misma agua marina en la que se adentró para siempre Alfonsina Storni, después de dejar su famoso poema de despedida: Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame / […] si él llama nuevamente por teléfono / le dices que no insista, que he salido… Sylvia Plath se durmió para siempre mecida entre el perfume del gas de horno y Anne Sexto entre el denso humo de su coche. Alejandra Pizarnik, dejó escritos sus últimos tres versos, antes de consumir hasta cincuenta cápsulas de barbitúricos: No quiero ir / nada más / que hasta el fondo.  Y una jovencísima Antonia Pozzi, de tan solo veintiséis años, dejó escapar la vida con la misma sustancia con la que lo hiciera Pizarnik.

¿Cuál fue el desencadenante de este temprano adiós? García Márquez decía que el poder más poderoso de todos era el amor. ¿Acaso sea este sentimiento, “el amor” el que libere y condene nuestras almas? Para Antonia Pozzi, el amor se transformó en una condena que tuvo que sufrir hasta el día en el que renunció a él para siempre, y con esta renuncia renunció también a la vida, al transcurrir de los días que curan cada una de las heridas que abrimos en nuestros corazones. En su poema Niño moribundo podemos leer: En una noche has vivido / los años de la vida entera: / y el lento amanecer te corona / como de espinas. Miras / con los ojos sabios las sombras. La noche se convierte en consejera en ella la visión es más clara, más sabia, y es en el amanecer el que trae el fin. Candilito, / quizá tú estabas / dentro de un sepulcro de niño, reza.

Tal vez fue el rechazo por parte de su familia ante su relación amorosa con su profesor de latín y griego, Antonio María Cervi, o el posible aborto al que se vio obligada, lo que haría que su poesía se impregnase de este denominado “Pathos de la imposibilidad”.  Antonia Pozzi se graduó con una tesis sobre Gustave Flaubert en 1935,  y tres años más tarde saboreó las hieles del trágico destino de Madama Bovary. En su poema Entierro sin tristeza podemos intuir como un presagio cuál será el punto final de este su trágico trayecto vital: Esto no es estar muertos, / esto es volver— / a la patria, a la cuna. Y es que para esta poeta la muerte es la verdadera patria, a donde uno realmente pertenece. Este deseo constante de la muerte, es un tema recurrente a lo largo de toda su obra poética y nos da a entender que para ella la muerte es más que un deseo es una liberación.  Esta postura ante la muerte fue adoptada por muchas grandes figuras del pensamiento, que van desde la antigüedad a nuestros días. Este es el caso de Emil Cioran cuando señala en un escrito “Me gustaría ser libre, inimaginablemente libre. Libre como un abortado” Este fuerte deseo de la llegada de la muerte, relaciona a la poeta italiana con algunos de los pensadores más célebres de la antigüedad. Ya en la mitología griega aparecen personajes cuyo fatal desenlace no se contempla como un mal sino, al igual que en la poesía de Pozzi, como un regalo y una liberación. Esta postura ante la muerte ha recorrido un largo camino desde la antigua Grecia hasta poetas como Pozzi, en cuyo caso este ferviente deseo desembocó en la muerte.

La idea del suicidio es en la poesía de Pozzi la primera y gran pregunta, lanzada entre sus versos como un susurro desgarrador o en un grito delicado, en mitad de una multitudinaria “humanidad” o “naturaleza” a la que le somos del todo indiferentes. Pero la vida es una selva inmensa / con árboles y senderos / infinitos, escribe la poeta en unos versos que reviven a Dante, cuando al inicio de La Divina Comedia, inaugurando El infierno, escribe: «A mitad del camino de la vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado de la recta vía».

Fue en 1938 cuando la pluma de Antonia Pozzi no volvería a recorrer con su tinta negra  la faz blanca de su cuaderno. Con su final nos hizo un regalo eterno, una voz poética única e irrepetible, que lamentablemente has sido condenada muy a menudo a transitar los márgenes del mapa geográfico de la poesía italiana del pasado siglo XX. La brevedad de su vida no fue impedimento para dejarnos una obra que, recuperada años después, sigue llegando hoy a nuevos lectores para impregnarles la visión poco común, una mirada desprovista de red, con un lenguaje rico y lleno particularidades que hacen esta poeta haya pasado a formar parte de la eternidad poética.

post image

FRANCO BATTIATO Y LA BUSCA DEL CENTRO DE GRAVEDAD PERMANENTE…

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero


Sentada frente a la puerta de madera de todas las mañanas, recitaba el azul que las últimas lluvias habían olvidado en las ventanas. Sentía entonces que todo se evaporaba a su alrededor: la luz, los sonidos, los recuerdos… La vida entera, hasta llegar al abismo.

Franco Battiato nació el 23 de marzo de 1945 en Sicilia, Italia. La gran capacidad creativa de Franco Battiato ha sido, y sigue siendo en la actualidad, objeto de diversas retrospectivas. Por ello me parece necesario resaltar que nos encontramos ante una de las personalidades más eclécticas y originales de cuantas han aparecido en el panorama cultural italiano de las últimas décadas. Este cantautor, músico y director de cine, ha pasado por múltiples estilos musicales: los inicios románticos, el rock progresivo en la década de los setenta, el pop filosófico, la música culta  o la música étnica. Ha hecho también incursiones en el mundo de la dirección cinematográfica.

Desde principios de la década de los años 1970, participa activamente en las corrientes europeas de investigación y experimentación musical. Sus primeras grabaciones aparecen en el sello experimental Bla Bla, permanece en él desde 1971 a 1975, con ellos graba: Fetus (1971), Pollution (1972), Sulle corde di Aries (1973), Clic (1974), M.elle le “Gladiator” (1975). Más tarde llega al sello discográfico Ricordi, quien lanza Feedback en el año 1975, un doble álbum retrospectivo de su producción en el sello Bla Bla, más tarde aparecen: Battiato (1976), Juke Box (1977) y Egipto antes de las arenas ( 1978). Con esta última pieza para piano, Battiato ganó el Premio Karlheinz Stockhausen en 1978.

En 1979 lanza L’Era del Cinghiale Bianco, su primer trabajo con la discográfica Emi Italia. A este primero le siguen Patriots (1980) y, en 1981, La voce del Padrone, que ocupa el primer puesto en el ranking italiano durante un año vendiendo más de un millón de copias. A partir de este Battiato se convierte en un «tema» de estudio para intelectuales y una fuente de inspiración para muchos músicos. Los siguientes álbumes son: L’arca di Noè(1982), Orizzonti perduti (1983) primera obra tras su explosión comercial. Importante señalar en este álbum la intervención de Giusto Pio al violín, también que en este disco prima la electrónica, Mondi lontanissimi (1985), Echoes of sufi dances (1985). En 1985 funda la editorial L’Ottava, en colaboración con Longanesi, y en 1989, el sello homónimo dedicado a la música «fronteriza» entre la composición culta, la canción y la música étnica, publicando seis títulos entre los años 1988 y 1989. Desde 1984 Franco Battiato comienza a trabajar en  la ópera “Génesis”, estrenada en el Teatro Regio di Parma el 26 de abril de 1987, recibiendo por ella un gran acogida y éxito. Mientras tanto en el sello discográfico Emi salen: Nomadas (1987, Emi España) que llegó en España al disco de platino. La versión en italiano de la canción no se publicaría hasta el año siguiente. Y su componente espiritual, aunque a Battiato no le falte, proviene de los años que pasó como monje benedictino el autor de la misma, Juri Camisasca, Fisiognomica (1988) y, en 1989, el doble álbum en vivo Giubbe rosse.

En 1990 Battiato compone la banda sonora de la película Benvenuto Cellini – Una vita scellerata. En 1991 Battiato lanza el álbum Come un cammello in una grondaia  trabajo con el que el artista de Catania abría los noventa. En el cual dedica una cara a composiciones propias y la otra a varios lieder con la firma de Wagner, Bramhs o Beethoven. Este lamento crítico sobre el estado de la política italiana brillaba entre las suyas con la canción Povera Patria, que rápidamente se convirtió en un símbolo de compromiso civil. Come un Cammello in una grondaia, fue reconocido como el mejor disco del año 1991 premio de la prensa especializada promovido por la revista Musica e Dischi. Durante este periodo también trabaja en su segunda ópera, Gilgamesh, representada con gran éxito por primera vez en el Teatro dell’Opera di Roma el 5 de junio de 1992. Durante este año prosigue con su Tour  Come un Cammello in una grondaia, acompañado por la orchestra I Virtuosi Italiani. El 4 de diciembre de 1992 da un concierto en Bagdad acompañado por la orchestra I Virtuosi Italiani y la Orquesta Sinfónica Nacional Iraquí. En octubre de 1993 aparece el álbum Caffé de la Paix, que nuevamente consigue la mejor crítica del año en la revista Musica e Dischi. En el mismo período se estrena la misa arcaica, composición para solistas, coro y orquesta.

En septiembre del 94, bajo el patronazgo de la Región de Sicilia, y con motivo del octavo centenario del nacimiento de Federico II, se representa en la Catedral de Palermo la ópera Il Cavaliere dell intelletto.

En 1995 aparece Unprotected, álbum en vivo grabado durante la tourneè del mismo año que concluyó en el Líbano el 7 de agosto en el Festival de Beiteddine y en 1995, continuando con la Emi, L’ ombrello e la macchina da cucire. El libreto del Cavaliere dell’intelletto y los textos de L’ ombrello e la macchina da cucire son del filósofo Manlio Sgalambro.

En 1996, aparacece Shadow, Light, con la discográfica EMI un álbum que contiene Messa Arcaica y brani mistici. En otoño de ese mismo año, con la casa discográfica Polygram, Franco Battiato lanza L’imboscata con canciones como La Cura con la cual se le otorga al cantautor el premio a la mejor canción del año.

En el año 1997 Battiato regresa con una larga y muy aclamada gira. En 1998 sale Gommalacca, el filósofo Manlio Sgalambro ya formaba parte como letrista del método creativo del músico, en este álbum se incluye el single Shock in my Town.  El disco combina beats con agresividad rock y arranca aludiendo al deterioro urbano de adicciones y deshumanización. En el tema, que incluye un mensaje para escucha al revés, lo mismo se mencionan conceptos tántricos que a The Velvet Underground. Con la canción Shock in my Town Battiato participa como invitado de honor en el Festival de Sanremo. Fleurs, aparece el 22 de octubre de 1999, álbum en el que Franco  Battiato versionó a grandes cantautores de finales del siglo 19 y principios y mitad del 20, en un disco intimista y clásico. Muchas de estas canciones forman parte de su repertorio actual, desde La canzone del amore perduto de Fabrizio D´andre, Ruby Tuesday de The Rolling Stones, Aria Di Neve de Sergio Endrigo, o La chanson des vieux amants de Jacques Brel, también aparecen en este álbum dos piezas propias inéditas Este álbum prosigue el discurso musical iniciado con L’imboscata, pero esta vez enriqueciéndolo aún más con sonidos duros y angulares. Este álbum recibe la placa al Mejor Intérprete en la edición 2000 del Premio Tenco.

En 2000 publica Campi magnetici, en 2001 sale Ferro battuto, al que le siguen Hierro Forjado (2001 en español), Fleurs 3 (álbum de versiones) (2002), Last Summer Dance (2003, en directo), Dieci stratagemmi (2004),  superados los 60, aparece Il vuoto (2007) en disco Battiato se hizo acompañar de la banda femenina de rock alternativo MAB. El cuarteto sardo le acompañó también en su gira por España, Fleurs 2 (2008) (3X Platinum) y en 2010, Inneres Auge (Il tutto e’ più della somma delle sue parti).

Después siguió con la ópera Telesio (2011), Apriti sesamo(2012), la adaptación al italiano del ‘Frankestein’ de Antony and the Johnsons ya aparecía en una de las colecciones de Battiato de temas ajenos, Fleurs 2. Luego grabarían juntos un disco en vivo en la Arena de Verona con canciones de ambos e invitadas como Alice, repitiéndose el dueto con el que ella y Battiato compitieron en 1984 en Eurovisión: ‘I treni di Tozeur’. Joe Patti’s experimental group (2014) y Le nostre anime (2015) uno de los inéditos de la antología más completa del genio siciliano. En él aparece el cantautor de vena reposada y melancólica para relatar el reencuentro de dos viejos amantes.

LA POESÍA DE SUS LETRAS


Pobre Patria

Mi pobre Patria, aplastada por abusos del poder
de gente infame que no conoce el pudor,
se creen los dueños todo poderosos
y piensan que todo les pertenece.

Los gobernantes, cuantos perfectos e inútiles bufones
en esta tierra que el dolor ha devastado
pero es que no sentís nada de pena
ante esos cuerpos tendidos sin vida?

No cambiará, no cambiará
no cambiará, quizá cambiará.

Y cómo excusarlos, las hienas en estadios y aquellas
de la prensa chapoteando en el fango como cerdos.
Yo me avergüenzo un poco y me hace daño
ver a los hombre como animales.

No cambiará, no cambiará
no cambiará, quizá cambiará.

Esperamos que el mundo vuelva a cosas más normales,
que pueda contemplar con calma el cielo
que nunca más se hable de dictaduras,
porque quizás tendremos que ir tirando
mientras la primavera tarda aun en llegar.

SU MÚSICA


Franco Battiato- Energia e Meccanica(1972)

‘Centro di gravità permanente’ (1981)

‘Bandiera Bianca’ (1981)

‘La stagione dell’amore’ (1983)

‘Nómadas’ (1987)

‘Povera patria’ (1991)

https://www.youtube.com/watch?v=qlwFygkAw9w&feature=emb_logo

‘Shock in my town’ (1998)

‘Il vuoto’ (2007)

‘Del suo veloce volo’ (2013)

‘Le nostre anime’ (2015)

DISCOGRAFÍA


Prima o poi / E più ti amo (1965, single)
L’amore è partito / È la fine (1965, single)
La torre / Le reazioni (1967, single)
Triste come me / Il mondo va cosí (1967, single)
È l’amore / Fumo di una sigaretta (1968, single)
Sembrava una serata come tante (1969, single)
La Convenzione/Paranoia (1971)
Fetus (1971)
Pollution (1972)
Sulle corde di Aries (1973)
Clic (1974)
M.lle le Gladiator (1975)
Feed Back (1975)
Battiato (1976) Juke Box (1977)
L’Egitto prima delle sabbie (1978)
L’era del cinghiale bianco (1979)
Patriots (1980)
La voce del Padrone (1981)
L’arca di Noè (1982)
Orizzonti perduti (Horizontes perdidos) (1983)
Mondi Lontanissimi (1985)
Echoes of Sufi Dances (1985, en inglés)
Ecos de Danzas Sufí (1985, en español)
Nómadas (1987, en español)
Fisiognomica (1988)
Giubbe Rosse (1989, en directo)
Come un cammello in una grondaia (1991)
Caffè de la Paix (1993)
Unprotected (1994, en directo)
L’ombrello e la macchina da cucire (1995)
Battiato studio collection (1996, recopilación)
L’imboscata (1996)
Shadow Light (1996)
Battiato Live Collection (1997, en directo)
Gommalacca (1998)
Fleurs (álbum de versiones) (1999)
Campi magnetici (2000)
Ferro battuto (2001)
Hierro Forjado (2001 en español)
Fleurs 3 (álbum de versiones) (2002)
Last Summer Dance (2003, en directo)
Dieci stratagemmi (2004)
Il vuoto (2007)
Fleurs 2 (2008) (3X Platinum)
Inneres Auge (Il tutto e’ più della somma delle sue parti) (2010)
Telesio (2011)
Aprieti Sesamo (2012)
Joe Patti’s experimental group (2014)
Le nostre anime (2015)
Torneremo ancora (2019)

BIBLIOGRAFÍA


Wikipedia

Biografie on-line

Todo música

Youtube

post image

CESARE PAVESE | EL SUFRIMIENTO COMO OFICIO

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero

Anochece con un suave susurro de lágrimas golpeando las ventanas. El cielo ha envejecido en el surco sombrío del gris que lo abraza toscamente, estrangulando poco a poco el azul oxidado en el filo de los tejados. Se ha roto el infinito en el vaivén ondulado de las nubes. No es casualidad, que la nostalgia siempre tenga frío, que los segundos se curven en la garganta convirtiéndose en punzantes agujas de tiempo.

 “Vendrá la Muerte y tendrá tus ojos” Cesare Pavese

El gran poeta y novelista italiano Cesare Pavese nació en el pueblo piamontés de Santo Stefano Belbo. Con seis años pierde a su padre, un funcionario del tribunal de Turín amante de la lectura, y desde entonces su vida queda para siempre influida la omnipresencia de su hermana y su madre Consolina, una mujer de fuerte carácter que intenta suplir la figura paterna a base de fuertes dosis de severidad. Pavese se refugia en sí mismo y en la literatura. Como provenía de una familia burguesa, cursó sus estudios en el Liceo moderno de Turín –donde se estudiaba inglés en lugar del griego que se estudiaba en el Liceo Clásico- bajo la orientación de Augusto Monti quien fuera figura relevante del antifascismo. En el Liceo se interesó por la lectura de la narrativa norteamericana e inglesa y tuvo como compañero al que luego sería el gran filósofo Norberto Bobbio.

Obtuvo la Licenciatura en Letras en el año 1932, y antes de dedicarse a la poesía se lanzó a la tarea de comenzar una traducción del inglés al italiano de la famosa novela de Herman Melville, Moby Dick, traducción que lo lanzó a la fama en Italia. De la traducción de Moby Dick, Pavese extrajo una doble lección que, al igual que la atmósfera de Santo Stefano, se iba a reflejar en su obra. Por un lado, la importancia de vincular una descripción realista a un símbolo profundo que articule la narración, el duelo a muerte entre la ballena blanca y el capitán Acab; Por otro lado, la necesidad de referir los acontecimientos desde una situación de testigo ocular de los mismos, pero evitando que el narrador sea el protagonista del relato.

En Turín, donde pasaría toda su vida, fue detenido en 1935 por su complicidad con la mujer de voz ronca, que desempeñaba importantes labores clandestinas en el partido comunista y de la que estaba perdidamente enamorado. La justicia de Mussolini lo encarceló en Calabria –dicen que esta fue la única temporada que pasó fuera de Turín-, donde se dedicó a escribir. Un año después regresó a Turín, se afilió al partido comunista, tradujo a John Dos Passos, Gertrude Stein y Daniel Defoe, y publicó la obra Trabajar cansa. Turín, siempre Turín, la ciudad en la que trabajó años en la editorial Einaudi. Tomando como referente su experiencia en el exilio calabrés, en 1939 escribió su primera novela, La cárcel. Después, a esta le sucedieron una tras otra sus obras más importantes, La playa, Fiestas de Agosto, Diálogos con Leucó, El diablo en las colinas, Tres mujeres y El hermoso verano, con el que consiguió el premio Strega. Ya en los cincuenta publicó La luna y las fogatas y su obra poética maestra, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos y El oficio de poeta.

De costumbres austeras y esquivas, Cesare Pavese nunca tuvo mujer, ni hijos, ni casa. Su vida trascurría entre un cuarto en la casa de su hermana casada y la oficina. Su literatura –no apta para frívolos ni indiferentes- está plagada de referencias a la soledad, la familia, el sexo, la mala suerte, el amor, lo desconocido y, sobre todo, la muerte. Agobiado por la depresión y el desengaño, el 27 de agosto de 1950 se suicida tomando diez dosis de somnífero en un hotel de Turín. El 16 escribió: “Un clavo saca a otro clavo, pero cuatro clavos hacen una cruz” y “mi obra pública está acabada en lo que me es posible. He trabajado, he dado poesía a los hombres, he compartido la pena de muchos”. El 17 escribió: “No deseo nada más en esta tierra. Este es el balance del año no acabado, que no acabaré”. El 18 acaba: “No escribiré más”. Y en el cajón de esa habitación encontrarán un poema: “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”. Los de ella. No tenía nada más que decir, ni a ella –porque no respondía– ni a nadie más. Excepto a nosotros.


Poemas:

Sueño

¿Aún ríe tu cuerpo con la intensa caricia
de la mano o del aire y en ocasiones reencuentra
en el aire otros cuerpos? Muchos de ellos retornan
con un temblor de la sangre, con una nada. También
el cuerpo
que se tendió a tu flanco te busca en esta nada.

Era un juego liviano pensar que un día
la caricia del alba emergería de nuevo
cual inesperado recuerdo en la nada. Tu cuerpo
despertaría una mañana, enamorado
de su propia tibieza, bajo el alba desierta.
Un intenso recuerdo te atravesaría
y una intensa sonrisa. ¿No regresa aquel alba?

Aquella fresca caricia se habría apretado a tu cuerpo
en el aire, en la íntima sangre,
y habrías sabido que el tibio instante
respondía en el alba a un temblor distinto,
un temblor de la nada. Lo habrías sabido
igual que, un día lejano, supiste que un cuerpo
se tendía a tu lado.
Dormías con ligereza
bajo un aire risueño de efímeros cuerpos,
enamorada de una nada. Y la intensa sonrisa
te atravesó abriéndote los ojos asombrados.
¿Nunca más regresó, de la nada, aquel alba?

Mañana

La ventana entornada recuadra un rostro
sobre el campo del mar. Los lindos cabellos
acompañan el tierno ritmo del mar.

No hay recuerdos en este rostro.
Sólo una sombra huidiza, como de nubes.
La sombra es húmeda y dulce como la arena
de una intacta caverna, bajo el crepúsculo.
No hay recuerdos. Sólo un susurro
que es la voz del mar convertido en recuerdo.

En el crepúsculo, el agua mullida del alba,
que se impregna de luz, alumbra el rostro.
Cada día es un milagro intemporal,
bajo el sol: lo impregnan una luz salobre
y un sabor a vívido marisco.

No existe recuerdo en este rostro.
No hay palabra que lo contenga
o vincule con cosas pasadas. Ayer,
se desvaneció de la angosta ventana,
tal como se desvanecerá dentro de poco, sin tristeza
ni humanas palabras, sobre el campo del mar.

Last blues, to be read some day

Era un sólo galanteo,
seguramente lo sabías-
alguien fue herido
hace mucho tiempo.

Todo está igual,
el tiempo ha pasado-
un día llegaste,
un día morirás.

Alguien murió
hace mucho tiempo-
alguien que intentó,
pero no supo.

Celos

1

Uno se sienta de frente y se vacían los primeros vasos
lentamente, contemplando fijamente al rival con adversa mirada.
Después se espera el borboteo del vino. Se mira al vacío,
Bromeando. Si tiemblan todavía los músculos,
también le tiemblan al rival. Hay que esforzarse
para no beber de un trago y embriagarse de golpe.

Allende el bosque, se oye el bailable y se ven faroles
bamboleantes -sólo han quedado mujeres
en el entarimado. El bofetón asestado a la rubia
congregó a todo el mundo para regodearse con el lance.
Los rivales notaban en la boca un gusto de rabia
y de sangre; ahora notan el gusto del vino.
Para liarse a golpes, es preciso estar solos,
como para hacer el amor, pero siempre está la noche.

En el entarimado, los faroles de papel y las mujeres
no están quietos con el aire fresco. La rubia, nerviosa,
se sienta e intenta reír, pero se imagina un prado
en que los dos contienden y se desangran.
Les ha oído vocear más allá de la vegetación.
Melancólica, sobre el entarimado, una pareja de mujeres
pasea en círculo; alguna que otra rodea a la rubia
y se informan acerca de si en verdad le duele la cara.

Para liarse a golpes es preciso estar solos.
Entre los compañeros siempre hay alguno que charla
y es objeto de bromas. La porfía del vino
ni siquiera es un desahogo: uno nota la rabia
borboteando en el eructo y quemando el gaznate.
El rival, más sosegado, ase el vaso
y lo apura sin interrupción. Ha trasegado un litro
y acomete el segundo. El calor de la sangre,
al igual que una estufa, seca pronto los vasos.
Los compañeros en derredor tienen rostros lívidos
y oscilantes, las voces apenas se oyen.
Se busca el vaso y no está. Por esta noche
-incluso venciendo- la rubia regresa sola a casa.

2

El viejo tiene la tierra durante el día y, de noche,
tiene una mujer que es suya -que hasta ayer fue suya.
Le gustaba desnudarla, como quien abre la tierra,
y mirarla largo tiempo, boca arriba en la sombra,
esperando. La mujer sonreía con sus ojos cerrados.

Se ha sentado el viejo esta noche al borde
de su campo desnudo, pero no escruta la mancha
del seto lejano, no extiende su mano
para arrancar la hierba. Contempla entre los surcos
un pensamiento candente. La tierra revela
si alguien ha colocado sus manos sobre ella y la ha violado:
lo revela incluso en la oscuridad. Más no hay mujer viviente
que conserve el vestigio del abrazo del hombre.

El viejo ha advertido que la mujer sonríe
únicamente con los ojos cerrados, esperando supina,
y comprende de pronto que sobre su joven cuerpo
pasa, en sueños, el abrazo de otro recuerdo.
El viejo ya no contempla el campo en la sombra.
Se ha arrodillado, estrechando la tierra
como si fuese una mujer que supiera hablar.
Pero la mujer, tendida en la sombra, no habla.

Allí donde está tendida, con los ojos cerrados, la mujer no habla
ni sonríe, esta noche, desde la boca torcida
al hombro lívido. Revela en su cuerpo,
finalmente, el abrazo de un hombre: el único
que podría dejarle huella y que le ha borrado la sonrisa.

Creación

Estoy vivo y he sorprendido las estrellas en el alba.
Mi compañera continúa durmiendo y lo ignora.
Mis compañeros duermen todos. La clara jornada
se me revela más limpia que los rostros aletargados.

A distancia, pasa un viejo, camino del trabajo
o a gozar la mañana. No somos distintos,
idéntica claridad respiramos los dos
y fumamos tranquilos para engañar el hambre.
También el cuerpo del viejo debería ser sano
y vibrante -ante la mañana, debería estar desnudo.

Esta mañana la vida se desliza por el agua
y el sol: alrededor está el fulgor del agua
siempre joven; los cuerpos de todos quedarán al
descubierto.
Estarán el sol radiante y la rudeza del mar abierto
y la tosca fatiga que debilita bajo el sol,
y la inmovilidad. Estará la compañera
-un secreto de cuerpos. Cada cual hará sentir su
voz.
No hay voz que quiebre el silencio del agua
bajo el alba. Y ni siquiera nada que se estremezca
bajo el cielo. Sólo una tibieza que diluye las estrellas.
Estremece sentir la mañana que vibre,
virgen, como si nadie estuviese despierto.

Traducción de Carles José i Solsora


Las Obras de Cesare Pavese son:

-Trabajar Cansa 1930-40
-La Cárcel 1938
-De Tu Tierra 1939
-El Bello Verano 1940
-La Playa 1941
-Feria de Agosto 1944
-La Tierra y la Muerte 1945
-Diálogos con Leucò 1945
-El Camarada 1946
-La Casa de la Colina 1948
-El Diablo en las Colinas 1948
-Entre Mujeres Solas 1949
-La Luna y las Fogatas 

Póstumamente:

-Vendrá la Muerte… 1949
-La Literatura Americana y otros Ensayos 
-El Oficio de Vivir. Diario. 1935-1950
-Noche de Fiesta, con Bianca Garuti 1955
-Cartas 1966


Bibliografía:

  • Zenda Libros
  • Wiquipedia
  • Todos tus libros
  • lecturalia

post image

ALEJANDRA PIZARNIK | CUANDO LA SOMBRA ARAÑA EL ALMA

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero

La noche es un vagón sonámbulo que enlaza las horas con el sonido del silencio. Los ojos parten destino al abismo, a la oscuridad amarga que rasga el aire con la luz vacía de esa palabra que nunca pronunciamos.

Duele el compás seco de la soledad que avanza, del grito fermentado en la garganta, anterior a la sequía de los pasos. Duele la plenitud de la melancolía, que contempla el cielo moribundo. Duele la angustia en su engranaje de tiniebla.

28 de abril, 1958, Alejandra Pizarnik escribe en su diario: «Pierdo los días, la vida, el sueño. Pero yo no tengo la culpa si deseo, a la vez, la muerte y la vida, al mismo tiempo, a la misma hora. Y lo quiero todo al mismo tiempo. Me angustio porque quisiera ser todo y sólo soy nada».

Decían de ella que había nacido con la oscuridad en el alma, esto hizo que se sintiera siempre una mujer extranjera en el mundo. Su niñez marcada por el miedo, el desencanto y el vacío, dieron lugar a su rebeldía, a su aire trágico, a su pasión, nutridos estos por las tinieblas que tanto contribuyeron a su obra poética. Navegó siempre entre la locura y lo onírico, exploró el sufrimiento como nunca antes lo había hecho nadie y nos dejó como legado una obra excepcional.

Alejandra Pizarnik nace el 29 de abril de 1936, Avellaneda, un suburbio de Buenos Aires. Su familia era de origen ruso-judío, y arrastraban de forma permanente el dolor de haber dejado su país de origen, las marcas del Holocausto, del horror y las pérdidas personales vividas durante la guerra. Todo esto crea en ella una impronta, que no la abandonará nunca.

Desde niña haya refugio en la literatura y más tarde en la filosofía, ya que desde muy temprano aparece en ella la necesidad de escribir, la rebeldía ante el rechazo de una madre que valora más a su hermana, una salud delicada y una afectación en el habla, hicieron que siempre se percibiera distinta, como una suerte de personaje en el que no se reconocía.

Después de cursar estudios de filosofía y periodismo, que no terminó, Pizarnik comenzó su formación artística de la mano del pintor surrealista Batlle Planas. Entre 1960 y 1964 vivió en París, una de las etapas más gratificantes de su vida, comienza a trabajar para la revista Cuadernos, realiza traducciones y críticas literarias y prosigue su formación en la prestigiosa universidad de La Sorbona; forma parte asimismo del comité de colaboradores extranjeros de Les Lettres Nouvelles y de otras revistas europeas y latinoamericanas. Durante sus años en Francia comenzó su amistad con el escritor Julio Cortázar y con el poeta mexicano Octavio Paz, que escribió el prólogo de su libro de poemas Árbol de Diana (1962).

En 1965 de regreso a Argentina publicó algunas de sus obras más destacadas; su valía se vio reconocida con la concesión de las prestigiosas becas Guggenheim (1969) y Fullbright (1971), que sin embargo no llegó a completar. Sus amigos dijeron que, tras volver de París, empezó a crear una costra progresiva de aislamiento a su alrededor. Tras la muerte de su padre llegaron los intentos de suicidio. Su dependencia a las pastillas para dormir se volvió más intensa, desesperada casi, de manera que en 1972 fue ingresada en un psiquiátrico bonaerense a raíz de un intenso cuadro depresivo; el 25 de septiembre de 1972, aprovechando un permiso en el hospital, termina tomando 50 pastillas de seconal. Ya no hay vuelta atrás, finalmente Alejandra Pizarnik halló su liberación. Tenía 36 años.

Había publicado sus primeros libros en los cincuenta, pero sólo a partir de Árbol de Diana (1962), Los trabajos y las noches (1965) y Extracción de la piedra de la locura (1968), encontró Alejandra Pizarnik su tono más personal, tributario al mismo tiempo del automatismo surrealista y de la voluntad de exactitud racional. En esa tensión se mueven estos poemas deliberadamente carentes de énfasis y muchas veces hasta carentes de forma, como anotaciones alusivas y herméticas de un diario personal. Su poesía, siempre intensa, a veces lúdica y a veces visionaria, se caracterizó por la libertad y la autonomía creativa.

Su obra lírica comprende siete poemarios: La tierra más ajena (1955), La última inocencia (1956), Las aventuras perdidas (1958), Árbol de Diana (1962), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de locura (1968) y El infierno musical (1971). Después de su muerte se prepararon distintas ediciones de sus obras, entre las que destaca Textos de sombra y últimos poemas (1982), que incluye la obra teatral Los poseídos entre lilas y la novela La bucanera de Pernambuco o Hilda la polígrafa. También póstumamente fue reeditado el conjunto de sus textos en el volumen Obras completas (1994); sus cartas quedaron recogidas en Correspondencia (1998).

 

POEMAS:

Cuarto solo

Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.

Despedida

Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña.

Amantes

una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío

La única herida

¿Qué bestia caída de pasmo
se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?

He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo o la tierra.

L’obscurité des eaux

Escucho resonar el agua que cae en mi sueño.
Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo
en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis
aguas, me digo mis silencios. Toda la noche
espero que mi lenguaje logre configurarme. Y
pienso en el viento que viene a mí, permanece
en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia
desconocida. A mí me han dado un silencio
pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada
como el único pájaro en el viento.

 

DOCUMENTAL:

Documental que narra la vida de la poeta argentina Alejandra Pizarnik. Dirigido y producido por Ernesto Ardito y Virna Molina.

 

BIBLIOGRAFÍA:

Wikipedia
Buscabiografias.com
Zendalibros
A media voz
post image

ALBERT CAMUS, EL DESERTOR DEL PARAÍSO

El Atelier

Por: Inma J. Ferrero

Se yergue el gris como un plateado ovillo, que esparce su perfume entre las fachadas sombrías que daban cobijo al transeúnte. Yo vivo en este frío, en esta indiferencia que marca el ritmo de la soledad que avanza.

Sentada en el manto oscuro del rellano, acompasando la melancolía en el húmedo bostezo de una vela, alimento la tristeza línea a línea; palabra a palabra, mientras se mece en mis labios un nombre, una grafía que da sentido al silencio… Albert Camus.

(Mondovi, Argelia, 1913 – Villeblerin, Francia, 1960) Novelista, dramaturgo y ensayista francés. Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes franceses, su infancia y gran parte de su juventud transcurrieron en Argelia. Inteligente y disciplinado, empezó estudios de filosofía en la Universidad de Argel, que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis.

Formó entonces una compañía de teatro de aficionados que representaba obras clásicas ante un auditorio integrado por trabajadores. Luego ejerció como periodista durante un corto período de tiempo en un diario de la capital argelina, mientras viajaba intensamente por Europa. En 1939 publicó Bodas, conjunto de artículos que incluyen numerosas reflexiones inspiradas en sus lecturas y viajes. En 1940 marchó a París, donde pronto encontró trabajo como redactor en Paris-Soir.

Albert Camus empezó a ser conocido en 1942, cuando se publicaron su novela corta El extranjero, ambientada en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se complementan y que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo. Tal influjo se materializa en una visión del destino humano como absurdo, y su mejor exponente quizá sea el «extranjero» de su novela, incapaz de participar en las pasiones de los hombres y que vive incluso su propia desgracia desde una indiferencia absoluta, la misma, según Camus, que marca la naturaleza y el mundo.

Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial se implicó en los acontecimientos del momento: militó en la Resistencia y fue uno de los fundadores del periódico clandestino Combat, y de 1945 a 1947, su director y editorialista. Sus primeras obras de teatro, El malentendido y Calígula, prolongan esta línea de pensamiento que tanto debe al existencialismo, mientras los problemas que había planteado la guerra le inspiraron Cartas a un amigo alemán.

Su novela La peste (1947) supone un cierto cambio en su pensamiento: la idea de la solidaridad y la capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir se impone a la noción del absurdo. La peste es a la vez una obra realista y alegórica, una reconstrucción mítica de los sentimientos del hombre europeo de la posguerra, de sus terrores más agobiantes. El autor precisó su nueva perspectiva en otros escritos, como el ensayo El hombre en rebeldía (1951) y en relatos breves como La caída y El exilio y el reino, obras en que orientó su moral de la rebeldía hacia un ideal que salvara los más altos valores morales y espirituales, cuya necesidad le parece tanto más evidente cuanto mayor es su convicción del absurdo del mundo.

Si la concepción del mundo lo emparenta con el existencialismo de Jean-Paul Sartre y su definición del hombre como «pasión inútil», las relaciones entre ambos estuvieron marcadas por una agria polémica. Mientras Sartre lo acusaba de independencia de criterio, de estirilidad y de ineficacia, Camus tachaba de inmoral la vinculación política de aquél con el comunismo.

De gran interés es también su serie de crónicas periodísticas Actuelles. Tradujo al francés La devoción de la cruz, de Calderón de la Barca, y El caballero de Olmedo, de Lope de Vega. En 1963 se publicaron, con el título de Cuadernos, sus notas de diario escritas entre 1935 y 1942. Galardonado en 1957 con el Premio Nobel de Literatura, falleció en un accidente de automóvil.


FRAGMENTOS:

La felicidad es la mayor de las conquistas, la que hacemos contra el destino que se nos impone.«Cartas a un amigo alemán» (1948)

Todos los especialistas de la pasión nos lo dicen: no hay amor eterno si no es contrariado. No hay pasión sin lucha.«El mito de Sísifo» (1942)

Ningún hombre es hipócrita en sus placeres.«La caída» (1956)

Quizá no estaba seguro de lo que me interesaba realmente, pero en todo caso, estaba completamente seguro de lo que no me interesaba. Y, justamente, lo que él me decía no me interesaba.«El extranjero» (1942)

 En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio.«La peste» (1947)


Discurso y entrevista a Albert Camus, al recibir el Premio nobel de literatura 1957


BIBLIOGRAFÍA:
Wikipedia
Lecturalia
Muy interesante